BBVA coloca 1.250 millones de euros en deuda senior no preferente
- El vencimiento de estos 'bonos anticrisis' está fijado en enero de 2027
- La entidad comandada por Carlos Torres estrena este mercado en 2020
BBVA ha colocado este martes una emisión de 1.250 millones de euros de deuda senior no preferente a siete años, según ha informado la entidad.
La acogida de los inversores de la que ha sido la primera emisión de deuda de la banca española en 2020 ha sido "muy positiva", al recibir una sobredemanda que ha duplicado la oferta, con 200 órdenes de inversores por importe conjunto de 2.600 millones de euros.
Gracias a la elevada demanda, la prima de la emisión ha sido nula, y el precio inicial de 'mid-swap' más 90 puntos básicos se ha abaratado hasta un precio final de 'mid-swap' más 70 puntos básicos. Los bancos colocadores de la operación han sido BBVA, Crédit Agricole-CIB, Citi, Commerzbank, Credit Suisse y NatWest Markets.
El banco ha explicado que la emisión servirá para "aprovechar el apetito de los inversores habitual en enero" y que se ha elegido un vencimiento de siete años al considerar que tiene "una mayor profundidad de demanda", como se vio en la última emisión del pasado mes de noviembre, en la que colocó 1.000 millones de deuda senior preferente.
BBVA tiene previsto ejecutar este año entre 2.500 y 3.500 millones de euros en emisiones de deuda senior no preferente. La entidad lanzó en 2019 dos operaciones de bonos contingentemente convertibles ('CoCos') por 1.000 millones de euros y dólares, tres emisiones de deuda no preferente de 1.000 millones de euros cada una y una de deuda subordinada Tier 2 de 750 millones de euros.
Con esta colocación, BBVA se coloca como la primera entidad española en estrenar el mercado de deuda senior no preferente en 2020. Según datos recopilados por la agencia de rating S&P Global Ratings para el diario 'Financial Times', el volumen de este tipo de deuda 'anticrisis' despidió 2019 en casi 100.000 millones de euros para el conjunto de la banca europea. Estos bonos son instrumentos computables en su capital ante una eventual futura crisis financiera.
La idea con la que se crearon estos bonos es que sus tenedores estén por encima en orden de prelación en caso de quiebra, evitando que sean los contribuyentes quienes paguen los rescates bancarios. Según recuerda el diario financiero en un reciente artículo, los mayores bancos mundiales están obligados a emitir deuda de este tipo equivalente al 18% de sus activos ponderados por riesgo de aquí a 2022, tal y como dictan las normas interncionales del Comité de Basilea.