No hay paz para el sector bancario. Los números rojos siguen presionando a los seis bancos del Ibex 35, ante el miedo de los inversores a que el coronavirus acabe impactando en las previsiones de crecimiento económico global y, por lo tanto, a las de beneficios de estas entidades.
Banco Santander y el Sabadell vivieron el miércoles un intento de rebote en bolsa al que no logró sumarse el resto del sector, poniendo sobre la mesa la desconfianza que aún impera en el sentimiento de los inversores en torno a la banca. Los gráficos están 'hechos un cuadro' y sin visos de recuperación. Este jueves, la industria vuelve a sufrir el revés de los inversores.
Solo en las últimas tres sesiones (hasta el cierre del miércoles), la banca del Ibex ha visto esfumarse 8.000 millones de euros de su valor en bolsa. La cifra supera ya los 5.500 millones que el sector perdió en todo el año 2019, un periodo en el que solo BBVA y Sabadell se libraron de las caídas.
El panorama bursátil es desolador para ambas entidades. BBVA es el que más ha caído desde el lunes, cuando se reactivó el botón de venta en el mercado por el miedo a la expansión de la epidemia que surgió en China. Los títulos de la entidad se han desplomado un 7,5% desde entonces y ya han perdido el soporte de los 5 euros por acción, situándose al cierre del miércoles en 4,73 euros.
En términos absolutos, el banco presidido por Carlos Torres ha perdido 2.500 millones de euros de capitalización. La situación del Sabadell no pinta mejor. La entidad, que intentaba sobreponerse al castigo de los inversores a sus cuentas anuales, pierde un 5,7% en lo que va de semana, ampliando su desplome en 2020 al 21%. Con sus títulos cotizando en mínimos de 0,87 euros, ha perdido 281 millones de valor en bolsa esta semana.
Adiós a los 60.000
Banco Santander también sufre pérdidas de más del 6% desde el lunes, que implican casi 4.000 millones de euros menos de capitalización. El 'arreón' bajista de los últimos días provoca que pierda los 60.000 millones de euros de valor bursátil. Y sus acciones están a punto de perder los 3,5 euros, ampliando su 'spread' con Iberdrola, cuya capitalización supera ya los 66.200 millones de euros.
CaixaBank y Bankinter se han dejado más de un 4% en estas tres últimas sesiones, borrando 657 millones del valor en bolsa de la primera y 260 millones de la segunda. Pero peor ha sido el comportamiento de Bankia, con descensos del 6,5% en el periodo que amplían al 17% las pérdidas desde que comenzó el año. En total, se ha dejado 337 millones de euros de capitalización, limitando su valor total en 4.849 millones de euros.
Bankia es, precisamente, uno de los valores del sector que los inversores vigilan más de cerca en las últimas semanas. De hecho, y pese a acumular caídas del 16% en lo que va de año, los analistas limitan su potencial alcista al 10% para los próximos 12 meses, al situar su precio objetivo en 1,8 euros por acción. Este jueves, el valor repite como el más castigado en bolsa, con caídas de más del 35 que deja su cotización en mínimos históricos de 1,51 euros por acción.
Toda prudencia es poca. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri es la más expuesta a la evolución de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y es ahí donde radica precisamente el miedo de los inversores. La perspectiva de que el coronavirus acabe 'infectando' a la economía amenaza con obligar al organismo a prolongar los tipos negativos más allá de lo estimado inicialmente.
La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha repetido en varias ocasiones que había llegado la hora de revisar la estrategia de la institución, admitiendo que "los efectos secundarios de los tipos negativos son una preocupación". Pero esas palabras quedan ahora en un segundo plano ante la amenaza del 'parón' económico.
Los expertos coinciden en que, sin cambios sustanciales en la política monetaria, será prácticamente imposible que los bancos recuperen la senda de los ingresos vía subida del euríbor. Y este escenario amenaza con modificar no solo la cuenta de resultados de las entidades, sino también sus objetivos de dividendo e, incluso, el posible baile de fusiones.