La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ha concretado este jueves las modalidades de aplicación de la moratoria en el cobro de créditos a los afectados por la pandemia del coronavirus, tal y como se comprometió a hacer en sus medidas de apoyo a la economía.
La idea es evitar que los bancos tengan que provisionar estos créditos como morosos pero que, a su vez, tengan muy presente el riesgo que este tipo de medidas pueden tener en el largo plazo para las entidades. Entre sus conclusiones, que no varían demasiado respecto a anteriores advertencias, destaca que en cualquier país en el que se aplique una moratoria, bien por imperativo legal o bien por decisión de los propios bancos, habrá ciertas limitaciones.
Por ejemplo, la EBA indica que "no es aceptable que se aplique la moratoria en deudores que estén incluidos en una lista de morosos o aquellos que experimentaron dificultades financiera antes del estallido de la pandemia", aclaran, insistiendo en que estos créditos deberían clasificarse en el 'cajón' de riesgos de los bancos.
De hecho, la EBA especifica que si se aplica una moratoria a exposiciones que fueron clasificadas ya como impagos por los bancos, esta clasificación debe mantenerse dentro de los balances.
Del mismo modo, indican que la moratoria no se puede aplicar a los nuevos préstamos concedidos después del lanzamiento de la misma. "Hay que asegurarse de que la medida aborda un problema específico que surge como resultado de la pandemia del COVID-19 y que no se utiliza para nuevos préstamos otorgados después del brote", insisten.
En este contexto, la EBA aclara que el uso de líneas de crédito existentes o la renovación de préstamos no se considerarán como un préstamo nuevo a tales efectos.
La institución bancaria aprovecha su comunicado de medidas para mostrar su apoyo a los planes de los Gobiernos, incluido el confinamiento de la población, para luchar contra la crisis sanitaria, pero recuerda las graves consecuencias económicas que traerán estos planes. "En particular, muchas empresas y los particulares afectados por la crisis pueden enfrentar escasez de liquidez y dificultades para hacer frente a tiempo de sus compromisos financieros", indican.
La EBA recuerda que esta situación puede tener, a su vez, un impacto en el crédito de los bancos, ya que "los retrasos en el reembolso de las obligaciones crediticias conducen a un mayor número de incumplimientos, lo que puede provocar también un incremento en los requisitos de fondos propios de las entidades", advierte.
En este sentido, apela al sector financiero para que identifique los posibles riesgos a largo plazo, midiéndolos "de manera verdadera y precisa". "Se considera necesario que las instituciones recopilen información sobre el alcance y los efectos de uso de la moratoria", añade la EBA.
Así, piden a la banca que comparta dicha información con las autoridades competentes de cada país, "para poder monitorizar de forma efectiva los efectos de la pandemia de COVID-19 y de la aplicación de los planes de respuesta frente a ella". Del mismo modo, el Banco de España tendrá que remitir a la EBA los informes sobre el impacto de la moratoria en las soluciones de la crisis y en el negocio de los bancos.