La situación es casi dramática. Los bancos españoles se han visto obligados a dejar a un lado los riesgos que hasta hace apenas un mes marcaban los esfuerzos de sus cúpulas directivas. Mejorar la rentabilidad en un entorno de tipos de interés en mínimos ha pasado a un segundo plano en un momento en el que facilitar liquidez es la máxima prioridad.
En este escenario, cada céntimo cuenta para no dañar el capital en un momento de máxima incertidumbre sobre la duración de la crisis sanitaria. Por eso, y sobre todo por la fuerte presión del Banco Central Europeo (BCE), los bancos han iniciado un proceso de ajuste tanto en dividendos como en retribuciones de sus directivos que, según anticipan los expertos, debería extenderse más allá de 2020.
Unas entidades se han movido más rápido que otras, sobre todo tras la amenaza del BCE de tomar acciones legales contra los bancos que no ajustasen dividendos y retribución de directivos a la situación actual. La mayoría ha modificado, o cancelado, los dividendos con cargo a 2019, pero los expertos creen que la previsible caída de beneficios este año en el sector obligarán a poner en cuarentena también el reparto con cargo a 2020, incluyendo así en los ajustes los pagos de 2021.
Reducción de beneficios
“No esperamos una situación muy grave, pero habrá una importante reducción de sus beneficios, que aún es difícil de cuantificar”, indicaba esta semana Francois Lavier desde la gestora Lazard.
Del mismo modo, Goldman Sachs anticipa una caída del 55% en el beneficio de la banca europea en 2020. “Es muy difícil cuantificar el impacto de la crisis, pero en cualquier caso el beneficio se verá lastrado por menores ingresos en la operativa y mayor coste del riesgo de crédito”, coincide Fernando de la Mora, director de Alvarez & Marsal para España y Portugal.
Bajo esta perspectiva, y reconociendo que la presión del BCE ha tenido mucho que ver en su decisión, Banco Santander anunció antes de su junta de accionistas la suspensión del pago previsto para mayo, con cargo a 2019, y su retribución de 2020. Lo mismo hizo Bankia al suspender sus planes para el dividendo extraordinario de este año, poniendo también en revisión el pago correspondiente a los resultados de 2020.
Pero hay entidades que aún se resisten a esta drástica decisión que, según los expertos, tendrán que terminar tomando. Sin ir más lejos, Bloomberg publicaba esta semana que Banco Sabadell estudia cancelar su dividendo de 2020, además de recortar los bonus de sus directivos, como también han hecho en Santander, CaixaBank o BBVA.
La entidad presidida por Josep Oliú sí pagó el viernes su dividendo complementario de 0,02 euros por acción con cargo a los beneficios de 2019, tal y como aprobó el 26 de marzo en junta de accionistas.
La clave, en las juntas
Es precisamente el hecho de haberlo aprobado en junta el escudo de las entidades frente a las advertencias del BCE que, sin embargo, sigue animando al sector a modificar las propuestas, aunque ya hayan sido aprobadas.
BBVA, por ejemplo, pagará su dividendo complementario de 0,16 euros el próximo 9 de abril. Pero la entidad podría recular con los pagos correspondientes a los resultados de 2020 si se extiende la crisis, sobre todo para no tener problemas con el BCE.
En la misma situación se encuentra CaixaBank, aunque en este caso la entidad sí modificó su plan estratégico recortando su previsión de pay-out (porcentaje del beneficio destinado al dividendo) del 50% a un máximo del 30%, lo que implicará una reducción tanto de los pagos correspondientes a 2019 como a 2020, pero no una suspensión.
De hecho, el 15 de abril es la fecha en la que la entidad tiene previsto, si no hay más modificaciones, remunerar al accionista con cargo a 2019, con un pago de 0,07 euros por acción desde los 0,15 euros iniciales.
En el caso de Bankinter, la entidad sí tuvo tiempo de distribuir el 26 de marzo su dividendo complementario de 0,09 euros por acción (el último de los cuatro pagos anuales). Pero la consejera delegada, María Dolores Dancausa, dejó claro que la prioridad ahora “es mantener el empleo”, pidiendo paciencia a los accionistas del banco que reclaman "resultados, dividendos y rentabilidad".
En el caso de las pequeñas, las modificaciones sí podrían llegar en los próximos días atendiendo a la condición de anunciarlas antes de la junta. Unicaja, por ejemplo, no celebra su encuentro con los accionistas hasta el 29 de abril en primera convocatoria y, en caso de no haber quórum suficiente, el 30 de abril. La entidad ha propuesto a la junta el pago de un dividendo por un valor total de 78 millones de euros, lo que equivaldría a 0,048 euros por acción ordinaria y supondría una tasa de reparto del 45% del beneficio neto del grupo.
Por su parte, Liberbank ya decidió el pasado 30 de marzo retrasar, al menos hasta octubre, el pago de 22,13 millones de euros en dividendos para el 17 de ese mismo mes, lo que suponía un 'pay out' del 20%.