La Comisión Europea ha confirmado este lunes que no está trabajando para poner en marcha un 'banco malo' europeo que permita liberar los balances de la banca de miles de activos tóxicos y ha recordado que el bloque ya tiene "herramientas y normas" para "garantizar la solidez" de las entidades financieras.
Bruselas ha salido de esta forma al paso de la información publicada por el diario británico 'Financial Times' según la cual altos funcionarios del Ejecutivo comunitario han rechazado la propuesta de crear una entidad de estas características como habían propuesto sus homólogos del Banco Central Europeo (BCE).
"Hemos visto las informaciones en prensa sobre la creación de un banco malo. Puedo confirmar que no hay trabajos en marcha sobre esta cuestión en la Comisión Europea", ha expresado en una rueda de prensa el portavoz de Servicios Financieros de la Comisión Europea, Daniel Ferrie.
Normas vigentes
El portavoz ha recordado que la UE "ya cuenta con un amplio abanico de herramientas y normas para garantizar la solidez de los actores de los mercados financieros", así como que las autoridades comunitarias "siguen supervisando detenidamente" el impacto de la pandemia de Covid-19 sobre la economía real y las finanzas.
En esta misma línea, ha destacado que Bruselas ya publicó un modelo de 'banco malo' para que los Estados miembros puedan crear este tipo de entidades, pero siempre a nivel nacional, con el objetivo de reducir la carga de préstamos dudosos (NPL, por sus siglas en inglés).
Según ha publicado el prestigioso rotativo británico, altos funcionarios del BCE han mantenido contactos con sus homólogos en Bruselas con el objetivo de establecer un 'banco malo' de la zona euro que permita liberar los balances de los bancos de la región de miles de millones en créditos tóxicos que las entidades aún acumulan.
La idea del BCE pasaba por liberar a los bancos de la eurozona del lastre de miles de millones de créditos dudosos en sus balances como legado de la crisis financiera de 2008 antes de que la pandemia vuelva a disparar las carteras de fallidos de las entidades, obstaculizando la capacidad de préstamo de los bancos en un momento crítico.
Al final de 2019, el volumen de préstamos no productivos (NPL) de los 121 mayores bancos de la zona euro rondaba los 506.000 millones de euros, alrededor del 3,2% de los balances, lo que representa prácticamente la mitad que hace cuatro años, aunque los bancos griegos, chipriotas, portugueses e italianos aún registran ratios de NPL superiores al 6%.