Apabullados. Así se sienten los grandes bancos del país ante la avalancha de solicitudes de moratorias de hipotecas y préstamos al consumo que han recibido en medio de la mayor crisis sanitaria jamás vivida en el mundo y que, en España, ha generado ya un 3,8% más de paro y un 1,4% del empleo destruido en el primer trimestre.
La reciente ronda de resultados de las entidades cotizadas ha servido para conocer los datos de las primeras semanas de solicitudes de estas moratorias puestas en marcha por el Gobierno y por el propio sector para ayudar a las familias afectadas por la pandemia.
Las cifras hablan por sí solas. En total, y solo teniendo en cuenta a los seis bancos que forman parte del Ibex 35 (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter), el número de solicitudes de moratorias ronda ya las 381.300.
De esa cifra total, que crece día a día, 180.777 correspondían a peticiones de demora en el pago de hipotecas hasta finales de abril, mientras que más 200.500 corresponden a moratorias de préstamos al consumo.
Es cierto que, de todas esas solicitudes, la banca solo ha aprobado una parte. Pero el problema es que, tal y como auguran desde el sector, el gran pico llegará en este mes de mayo, cuando se cumplan dos meses de confinamiento, cierre de empresas, ERTE y, por lo tanto, del desplome o la desaparición total de los ingresos de las familias.
¿Confianza en los pagos futuros?
Fuentes del sector financiero consultadas por Invertia explican que “por una cuestión cultural, lo último que se deja de pagar en España es la hipoteca, pero ante la situación actual con muchas familias que han perdido todos sus ingresos, aunque sea de manera temporal, el ahorro da para lo que da”.
La flexibilidad otorgada a las entidades financieras por el Banco Central Europeo (BCE) para que no incluyan estos préstamos en su ‘cajón’ de morosos en términos regulatorios ayuda, sin duda, a aliviar la presión en el sector.
Sin embargo, la mayor preocupación es que tras los periodos de moratoria establecidos tanto por el real decreto de estado de alarma como por las propias entidades (que han lanzado sus propias alternativas para dar acceso a un mayor número de clientes), la morosidad se dispare de la mano de los impagos.
“Habrá mucha gente que, pese a las ayudas, no puedan reabrir su empresa o que pierdan su trabajo”, temen desde una entidad financiera nacional. “Tenemos que aceptar que perderemos dinero, pero es lo que tenemos que hacer para nuestros clientes”, auguraba esta semana Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, durante la presentación de resultados de la entidad.
Banco por banco
El mayor número de solicitudes de moratorias lo acumula, precisamente, CaixaBank. En total, 220.000 peticiones repartidas entre 95.000 para hipotecas y 125.000 en préstamos al consumo.
La entidad despidió el trimestre con una ratio de mora del 3,6% y sus directivos anticipan una subida que podría rozar el 5% a final de año, pero lejos del 11% que alcanzó en la anterior crisis. “Son préstamos de hace años, de clientes que han pagado siempre y que ahora no pueden hacerlo por una causa temporal”, explican desde la entidad.
El mismo mensaje lanzan desde Bankia, con una amplia cuota de mercado en el sector hipotecario. En total, la entidad ha recibido 33.500 solicitudes. De ellas, 19.400 corresponde a hipotecas, un 3% de la cartera, y otras 14.100 a consumo, un 2% sobre el total, aunque reconocen que ese porcentaje subirá en los próximos meses.
El mismo mensaje mandan desde Banco Santander, con 45.000 solicitudes de clientes, solo en España, para acogerse a la moratoria hipotecaria, lo que supone el 8% de su cartera, además de otras 46.000 en préstamos al consumo, el 9% de la cartera de la entidad.
BBVA también ronda las 30.000 millones de solicitudes, repartidas casi a la mitad hipotecas y consumo, mientras que Banco Sabadell ya ha formalizado 1.812 peticiones, 1.377 de hipotecas y 435 de consumo. Por su parte, Bankinter, con datos actualizados, ha recibido 5.000 solicitudes de moratorias hipotecarias, aunque las formalizadas son, de momento, 2.800 en conjunto, lo que supone un volumen de hipotecas por 380 millones de euros. Del mismo modo, la entidad ha recibido unas 1.000 solicitudes de moratoria de crédito al consumo, y se han formalizado casi dos tercios, 646.
Es previsible que la solicitud de moratorias siga creciendo en las próximas semanas. Una gota que se puede sumar a los problemas para recuperar los préstamos a empresas, en los que las entidades están centrando ahora todos sus esfuerzos ante el desplome de la nueva producción en hipotecas que, por lo general, ronda entre el 60% y el 80% en las últimas semanas.
Pese a todo, desde el sector confían en manejar la situación. “La morosidad va a repuntar, habrá impagos, pero sabremos manejarnos para que no se desboque, con lo que descartamos tasas de doble dígito como en el pasado”, aseguran.