Banco Santander ha nombrado a António Simões nuevo responsable regional de Europa. A partir del próximo 1 de septiembre, Simões se hará cargo de la gestión y supervisión de los negocios del Grupo en la región y le reportarán los responsable de país (country heads) de España, Reino Unido, Portugal y Polonia. El directivo formará parte del comité de dirección del Grupo y reportará al consejero delegado, José Antonio Álvarez.
Simões llega al Santander procedente de HSBC, donde ha liderado varias unidades de negocio en los últimos 13 años en Londres y Hong Kong. Hasta ahora, era el responsable de Banca Privada Global del grupo y, con anterioridad, había sido consejero delegado de Reino Unido y Europa continental. Antes de incorporarse a HSBC, fue socio de McKinsey & Company en Londres y también trabajó en Goldman Sachs.
La presidenta de Santander, Ana Botín, mostró su confianza en que "con su liderazgo, seguiremos impulsando los avances que ya se han logrado en la región, simplificando el modelo de negocio y aprovechando nuestra transformación digital para mejorar los productos y servicios que ofrecemos a los clientes”.
Botín confía en este nuevo fichaje para relanzar el negocio del banco cántabro en una región en la que lleva sufriendo mucho tiempo no solo por la caída del peso de Reino Unido sobre el total del Grupo, sino por un entorno de tipos negativos que, sin duda, es mucho más complejo que el que presentan, incluso ahora, EEUU o Latinoamérica.
En el primer trimestre del año, el beneficio ordinario atribuido del banco en Europa ascendió a 974 millones de euros, un 16% menos que en 2019 por los menores ingresos de clientes y las mayores dotaciones (en parte por venta de carteras en SCF en el primer trimestre de 2019).
Apuesta digital
En sus resultados del primer trimestre, Banco Santander ya informó de que uno de los objetivos en la región era la integración de las distintas plataformas tecnológicas y la aceleración del proceso de transformación digital, "mejorando la experiencia del cliente y ampliando los canales de distribución de productos y servicios".
Y para esto llega el nuevo directivo a la entidad, cuyo objetivo también estará en "simplificar el modelo de negocio, reduciendo el número de productos para ganar en eficiencia y agilidad, pero manteniendo una oferta de valor completa, que sea capaz de atender las necesidades diarias de nuestros clientes particulares y ofrezca soluciones a medida a pymes y grandes empresas".
En un comunicado, Simões reconoció que asume el cargo en un momento "crítico para el sector financiero en el que hay muchos factores sociales y comerciales que suponen grandes retos pero también oportunidades significativas, entre ellas las vinculadas con la tecnología y la innovación".
En este sentido, la entidad apostará por el desarrollo de su plataforma europea en este entorno cambiante, "liderando la transformación del negocio y trabajando con uno de los mejores equipos de la banca internacional".
Simões ocupa el puesto que deja Gerry Byrne, que ha decidido jubilarse a principios de 2021 tras una larga trayectoria de casi 50 años en banca. Byrne se incorporó a Grupo Santander en 2011 como presidente del consejo supervisor de Bank Zachodni WBK. Desde entonces, ha desempeñado un papel clave en el desarrollo de Santander Bank Polska.
El nombramiento se produce apenas un año después de la nueva estructura organizativa regional del banco. Sergio Rial, consejero delegado de Santander Brasil, y Héctor Grisi, consejero delegado de Santander México, dirigen las regiones de Sudamérica y Norteamérica, respectivamente.
Los responsables de país siguen siendo los principales representantes del Grupo en cada mercado.
En Europa, Santander tiene 9,9 millones de clientes vinculados y 14,2 millones de clientes digitales en Europa, donde cuenta con 70.000 empleados y 4.900 sucursales. En el primer trimestre de 2020, el banco consiguió más de 100 millones de euros en eficiencias gracias a una reducción de costes del 5% con respecto al mismo periodo
del año anterior, sin inflación. El objetivo del banco es lograr unos ahorros de costes de 1.000 millones de euros a medio plazo.