Bankia se apoya en la inversión sostenible para ganar cuota en el mercado institucional. La entidad preparara nuevas estrategias ESG con las que captar a este colectivo que en los últimos años se ha convertido en ‘objeto de deseo’ de la industria de gestión de activos española.
Es un hecho. La escasa base de clientes institucionales ha penalizado históricamente al sector de fondos de inversión nacional frente a otros países europeos. Según datos de Inverco, mientras que en España el 62% del volumen de activos totales de los fondos está en manos de las familias (incluye todas las IIC -fondos y sicavs-, tanto domésticas como extranjeras), en países como Francia o Alemania el porcentaje se limita al 26%, con la mayor parte del patrimonio en manos de inversores institucionales.
Desde la patronal siempre han mantenido que el hecho de contar con una menor base institucional supone un problema comparativo para la industria en momentos de volatilidad del mercado, pues los minoristas son más propensos a ‘abandonar’ sus fondos en lugar de mantener la calma y una perspectiva de largo plazo con la que sí cuentan institucionales como grandes fondos de pensiones, aseguradoras, mutualidades, etc.
Objetivo: potenciar el verde
Conscientes de ello, las gestoras llevan tiempo reforzando sus equipos comerciales en este sentido. Hace justo un año, Bankia lanzó una nueva línea de negocio con la finalidad de comercializar parte de su catálogo de fondos en el mercado internacional de institucionales. Ahora, sus productos verdes serán la nueva base de esta estrategia, ante el interés que la inversión verde despierta en este colectivo.
La entidad ya ha confirmado que va a impulsar la comercialización entre institucionales su estrategia Bankia Futuro Sostenible, que ahora cumple tres años y ya cuenta con el suficiente ‘track record’ para este perfil de clientes, que ahora representan unos 7 millones de euros sobre un patrimonio total de unos 35 millones.
Augusto Caro, director de renta variable, mixtos y empleo de Bankia AM, cree que el patrimonio del producto se incrementará notablemente con este paso pues, según explican desde la entidad "además del histórico de tres años para entrar en su universo de fondos invertibles, muchos institucionales exigen otras variables como tener un patrimonio mínimo, que suele moverse entre 50 y 100 millones de euros". En este sentido, consideran que "a medida que vaya ganando patrimonio, el fondo estaría abriéndose las puertas para cada vez un mayor universo de institucionales", explican.
Del mismo modo, Bankia AM también ampliará en los próximos meses su gama con el lanzamiento de nuevos fondos sostenibles y de impacto como vía de crecimiento.
Interés institucional
El salto que la firma pretende se acopla a la perfección con la evolución del interés por los ‘activos verdes’ entre los grandes inversores. Según una reciente encuesta a escala mundial de BlackRock, el 66% de los institucionales declara que ya está incluyendo criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en sus procesos de inversión, mientras que un 38% de los que aún no lo hacen están estudiando fórmulas para integrar estos factores en sus carteras.
Por regiones, Europa es la más adelantada, con más de un 90% de los institucionales implementando ya este tipo de estrategias, mientras que en EEUU o Canadá lo hacen algo menos de la mitad (un 46%).
Mucho tiene que ver en este sentido la ola de nuevos activos en los que invertir bajo estos criterios, como las emisiones de bonos verdes en las que, de nuevo, lidera el Viejo Continente. Los analistas de Bank of America recuerdan, además, que las agencias de rating tendrán cada vez más en cuenta el impacto ESG de las cotizadas a la hora de establecer su calificación crediticia, un punto clave, también, para que los institucionales decidan apostar por unos activos frente a otros.
Hasta la fecha, y según datos de la firma, menos del 5% de las calificaciones han cambiado debido a consideraciones ESG, pero advierten que la cifra se irá incrementando a medida que las agencias detallen cómo estos criterios impactan en el riesgo de crédito de las cotizadas. De hecho, sectores como bancos o energéticas ya incluyen consideraciones de sostenibilidad en sus memorias anuales como un capítulo más dentro de sus cuentas. Y esta información es cada vez más detallada.
Bankia Futuro Sostenible
En este sentido, Bankia ha sido una de las primeras gestoras en presentar un informe de impacto de su fondo Bankia Futuro Sostenible. Entre sus conclusiones, los asesores del fondo (Portocolom) detallan que las empresas que componen la cartera recortaron el pasado año sus emisiones de CO2 en 132,56 toneladas. “Esta reducción equivale a las emisiones de 18 vuelos de ida y vuelta entre Madrid y Sidney, a 300 viajes en tren alrededor del mundo, o a evitar que se hubieran derretido 86.300 toneladas de hielo glacial”, indican desde la gestora.
El informe de impacto también detalla aspectos como el consumo energético o de agua de las empresas en las que invierten, así como el uso de energía renovable. “Las empresas en cartera han consumido durante el año 329.203 KW/h, lo que equivale al consumo de 33 hogares españoles al año en energía”, explican.
Las compañías y los fondos tendrán que ser cada vez más escrupulosos y transparentes con este tipo de información si quieren alcanzar ese objetivo de atraer a los institucionales. Gigantes como BlackRock ya han dejado claro que la sostenibilidad estará en el centro de sus decisiones de inversión. Entre las medidas que la mayor gestora de fondos contempla en este sentido está, incluso, dar la espalda a las cotizadas que presenten un alto riesgo para el cambio climático. Y parece evidente que muchos otros seguirán sus pasos en los próximos años.