Dieciséis grandes bancos europeos de cinco países (Alemania, Bélgica, España, Francia, y los Países Bajos) han sentado hoy las bases para el futuro lanzamiento de la Iniciativa de Pagos Europea (EPI). Banco Santander, CaixaBank y BBVA son, de momento, las entidades españolas que participan en el proceso.
Según han explicado las entidades en un comunicado, el inicio de la fase de implementación se materializará durante las próximas semanas mediante la creación de una compañía transitoria en Bruselas (Bélgica), que establecerá unos hitos claros, entre los que se incluyen la definición de la hoja de ruta técnica y operativa y el inicio del desarrollo de una solución que ofrezca la mejor experiencia de usuario.
Cada banco tendrá que evaluar el desempeño de esta compañía antes de incorporarse a la definitiva que lanzará EPI al mercado.
Otros proveedores de servicios de pago están invitados a unirse al proyecto hasta finales de 2020, tanto bancos individuales o consorcios bancarios, como terceros prestadores de servicios de pago, con la idea de que la iniciativa comience a operar en 2022.
El propósito de EPI es crear una solución de pagos integral paneuropea que aprovechando pagos instantáneos (“SEPA Instant Credit Transfer, SCT Inst”) incluirá una tarjeta de pagos común para los consumidores y comercios de toda Europa, un monedero electrónico y funciones de pago entre particulares (“P2P”).
La solución se añadirá a las ya existentes ofrecidas por los sistemas de pago internacionales y pretende convertirse en el medio de pago preferido para los consumidores y comerciantes europeos en todo tipo de transacciones, tanto las realizadas de forma presencial o en línea, como las retiradas de efectivo y los pagos electrónicos entre particulares.
Objetivo: fomentar los pagos digitales
El objetivo de EPI es ofrecer una solución de pago digital que pueda usarse en toda Europa y que elimine la fragmentación actual. "Ante todo, EPI beneficiará a los ciudadanos europeos estimulando la innovación en el mundo de los pagos", indican las entidades.
Recuerdan que más del 50% de las transacciones de pago minoristas en Europa aún se realizan en efectivo. EPI también aportará beneficios tangibles a los comercios europeos, puesto que les ofrecerá una solución de pagos integral, competitiva y unificada para toda Europa que también estará disponible para todos los consumidores europeos.
Según insisten, las soluciones de pago digitales existentes en Europa están fragmentadas y los ciudadanos europeos no siempre pueden pagar digitalmente. Además, la crisis de la Covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de una solución digital europea unificada. En este sentido, EPI también pretende alinear el ecosistema europeo de pagos de los bancos, comercios, adquirientes y prestadores de servicios de pago, con lo cual contribuirá al fortalecimiento del Mercado Único y a la Agenda Digital europea.