La carrera para buscar la receta que suponga el inicio de la recuperación económica ha comenzado. Expertos, políticos, agentes sociales y económicos han esbozado sus propuestas ante la crisis que ha dejado el Covid-19. La banca también ha querido hacer su aportación, como en el caso de Unicaja Banco.
La entidad andaluza ha optado por mayor formación, planes de choque por sectores, apostar por la inversión industrial o la internacionalización de las empresas. Así reza en la documentación remitida por Unicaja a la subcomisión de reactivación económica dentro de la Comisión de estudio sobre la recuperación económica y social de Andalucía a causa de la pandemia del Covid-19.
Las propuestas, a las que ha tenido acceso Invertia, buscan aportar luz a una crisis “sin precedentes” con importantes pérdidas en términos de consumo e inversión empresarial. El turismo, la hostelería o el comercio han sido los sectores más afectados, claves para la economía española y andaluza.
En este sentido, el presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, ha puesto de relieve los rasgos estructurales de la economía que dificultan la rápida recuperación a nivel nacional y andaluz: la pronunciada temporalidad, el elevado nivel de desempleo o la menor inversión en I+D y densidad empresarial.
“La propagación de la pandemia ha superado todas las expectativas”, admite Azuaga señalando que la crisis es el mayor desafío global desde la Segunda Guerra Mundial que llevará a la economía mundial a los peores registros de su historia reciente.
Protección a las familias y financiación para empresas
Divididos en diferentes bloques, Unicaja Banco ha optado por medidas orientadas a la lucha contra la pandemia, la protección de las rentas de las familias, la concesión de financiación y liquidez a las empresas y su supervivencia, la potenciación de actividades económicas o la mejora del marco institucional.
Bajo el punto de vista de la entidad, se deben promover medidas orientadas a la inserción y permanencia en el mercado laboral así como la flexibilización de los procesos de regulación de empleo pensando especialmente en empresas y autónomos.
En este sentido, ven oportuno el impulso de mecanismos de garantía pública para operaciones de financiación empresarial, al igual que la eliminación de costes transaccionales para las entidades financieras.
La recuperación económica también pasa por la mejora de la seguridad jurídica y la potenciación de la colaboración público-privada. Precisamente, el banco ha optado por planes de choque en sectores clave para impulsar la demanda interna perjudicada por el Covid-19.
La batería de propuestas también están orientadas a los sectores productivos más perjudicados: construcción, industria, turismo, comercio y transporte. Todo ello, puntualizaba Manuel Azuaga, para el crecimiento “sostenido, sostenible e inclusivo”.
Entre ellas, Unicaja ha pedido impulsar un programa de inversión sostenible en vivienda e infraestructuras en línea con los objetivos de la Agenda 2030 o la creación de clusters que compensar el reducido tamaño de las empresas andaluzas.
Campañas de posicionamiento como destino seguro, intensificar la transformación digital con la formación de los empleados o la implementación de programas de intermovilidad que garanticen la seguridad son otras de las propuestas de Unicaja transmitidas al Parlamento andaluz.
Una crisis sin precedentes
A nivel nacional, las previsiones no apuntan a la mejor dirección. Según los datos recogidos por Unicaja, la economía española será la que registre una mayor contracción de los países de la OCDE con un descenso del PIB estimado de un 15%.
Pese al repunte esperado para 2021 y 2022, la tasa de paro no encaminaría sus mejores cifras: se prevé que aumente hasta un 19,6% este año. Peor escenario le espera a Andalucía, comunidad que roza el millón de parados y podría alcanzar el 29% de tasa.
Desde Unicaja han reconocido la dura situación a la que se enfrenta la comunidad andaluza. Entre las preocupaciones con las que trabaja la entidad se encuentra el aumento de brechas sociales y económicas, que se produzca un efecto estructural negativo en la fortaleza de sectores clave o que deje de ser un destino atractivo para la inversión.
Equilibrio entre salud y economía
Pese a las medidas tomadas por el Gobierno central en materia laboral y económica, desde Unicaja han encomendado que se establezcan prioridades y que se determinen cuáles son los mejores instrumentos para alcanzar los objetivos fijados.
Para ello, ven óptimo que las actuaciones se configuren en torno a un plan sistemático, coordinado y detallado, la ampliación de medidas directas a autónomos y empresas o ayudas dirigidas a familias vinculadas a la participación en el mercado laboral.
Las estrategias fijadas deben tener un mismo eje: minimizar los riesgos sanitarios y maximizar la actividad económica potencialmente desarrollable. Para ello, Unicaja ha reclamado que se proteja las rentas de las familias, las necesidades financieras de las empresas o que mejore la calidad del marco institucional, entre otras medidas.
“Las entidades bancarias forman parte de la solución de esta crisis”, afirma el presidente de Unicaja Banco quien ha valorado la labor del sector financiero durante el Estado de Alarma. Por este motivo, ha alertado del peligro que supondría verse afectadas en materia de calidad de activos y volumen de negocio.
“De no preservarse la solvencia y la rentabilidad de las entidades financieras se correría el riesgo de volver a entrar en un bucle entre la economía real y la financiera de consecuencias negativas sobradamente conocidas”, ha zanjado mientras ha reivindicado su papel como intermediario al servicio de la economía real.