Adelantarse a los tiempos y desarrollar un modelo energético 100% renovable en 20 años es posible para los territorios no peninsulares (Islas Canarias, Islas Baleares y las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla).
El informe elaborado por Monitor Deloitte en colaboración con Endesa, Los Teritorios No Peninsulares 100% descarbonizados en 2040: la vanguardia de la transición energética en España demuestra que se puede implantar un sistema energético completamente descarbonizado en 2040.
De llevarse a cabo podría convertirse en el banco de pruebas de lo que puede ser diez años después el territorio peninsular.
En las Islas Baleares se ha aprobado una Ley de Cambio Climático y Transición Energética con el objetivo de reducir un 90% las emisiones para 2050 y en las Islas Canarias se está elaborando un Plan de Transición Energética (PTECan) con el objetivo de alcanzar la descarbonización de la economía canaria en el año 2040 e incluso, a ser posible, antes del año 2035.
Uno de los sectores donde más hay que localizar el esfuerzo por la descarbonización es en el transporte. Según el estudio, el 60-80% del consumo de energía final en los territorios no peninsulares se realiza en el transporte, el resto se reparte entre los sectores residencial y servicios (20-30%) y el industrial (entorno al 5%).
El vehículo eléctrico es una solución más económica que el vehículo convencional (entre un 25 y 30% menos en Canarias y un 10% menos en Baleares) y la autonomía de estos coches es más que suficiente para estos territorios.
Entre 10 y 11 GW de renovables en Canarias
Según el informe, un sistema eléctrico en Canarias completamente descarbonizado requeriría entre 10 y 11 GW de capacidad instalada renovable, combinado con 20-25 GWh de capacidad de almacenamiento y respaldo estacional. Se necesitaría instalar de media 250-275 MW de nueva capacidad renovable entre 2020 y 2025 y 430-470 MW al año entre 2025-2030.
Y ese almacenamiento en el archipiélago debería estar desarrollado por baterías, mucho mejor que el bombeo "por su modularidad, ocupación del terreno, eficiencia y costes".
A la hora de decidir cuál es el mix renovable de las islas, Deloitte lo tiene claro, hay que desarrollar más la solar, pero para minimizar la ocupación del suelo hay que impulsar el autoconsumo. Sin embargo, deja abierta la puerta a explorar la opción de las tecnologías offshore, es decir, las energías marinas (eólica marina u otras aún en proceso de desarrollo, como la de las olas, las corrientes o las mareas).
Para cerrar el círculo, también ven necesario impulsar la gestión de la demanda.
Todo este proceso tiene una cifra. El importe total en los próximos 20 años estaría entre los 12.000 y los 19.000 millones, pero para descarbonizar el último 5% con hidrógeno, se necesitarían entre 3.000 y 9.000 millones más.
Se calcula que el coste medio del 95% de la generación sería de 50-55 €/MWh y de 70-90 €/MWh, el 5% restante. Aún así supondría una rebaja de hasta un 40% respecto al coste actual de la electricidad en el archipiélago.
Por último, también se advierte de dos obstáculos a los que se enfrenta esta transición, las relevantes barreras administrativas para llevar a cabo los proyectos y la falta de un mecanismo competitivo sostenible.
De 5 GW renovables en Baleares, 2 GW para autoconsumo
En el caso de Baleares existe una interconexión con la Península. Por tanto, para conseguir un sistema eléctrico completamente descarbonizado en 2040 serían necesarios, considerando una capacidad de interconexión neta con la Península de 650 MW, 4,5-5 GW de capacidad renovable instalada y 13-14 GWh de capacidad de almacenamiento, a no ser que se aumente la capacidad de interconexión.
Esto significa que entre 2020 y 2025 se debería instalar entre 125-135 MW al año y entre 2025 y 2030 210-230 MW/año, además de 2GWh de almacenamiento para 2030 y promover la gestión de la demanda.
Al igual que en Canarias, hay más margen para el desarrollo de la solar que de la eólica, por las limitaciones del suelo, y por tanto, se pondera el autoconsumo, para el que ven necesario un crecimiento de entre 1 y 2 GW, además de capacidad de respaldo de emergencia.
Este sistema requería una inversión de 6-7.000 millones de euros a 2040,y el coste medio de generación estaría en 50-55 €/MWh, un 60% menos del coste actual.
Para Alberto Amores, socio responsable de la práctica de Energía y Recursos Naturales de Monitor Deloitte, “descarbonizar los territorios no peninsulares en 2040, una década antes que en la península, es viable, económicamente rentable y permitiría adquirir una experiencia que podría ser aprovechada en el despliegue de nuevas tecnologías en el resto de España. La transición energética en estos territorios debe ser una prioridad para todas las Administraciones y agentes involucrados”.
Para ambos sistemas se pide mantener y en el caso de que sea necesario, mejorar el parque de generación térmica para dar el respaldo necesario durante los años de la transición.
También se pide el desarrollo de un sistema de subastas específico y que generen la señal de precio a la inversión. Deberían convocarse al menos una vez al año y desarrollarse por tecnología.
Además, se destacan los importantes beneficios que este avance puede aportar para estos territorios en materia de inversión, generación de empleo, economía y de eficiencia energética, y para el resto de España, al convertirse en un banco de pruebas inmejorable.
Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla
Alcanzar unos sistemas descarbonizados en Ceuta y Melilla para 2040, con actuaciones como las planteadas en el estudio, supondría una inversión aproximada de 280-300 millones de euros.
En Ceuta, si se materializa la interconexión planificada con la península, se podría cubrir la demanda de este sistema mayoritariamente con la energía de origen renovable de la península siendo sólo necesaria capacidad firme de generación ante incidencias o retrasos en la planificación.
En Melilla, en cambio, la descarbonización ha de estar basada en el desarrollo de generación basada en combustibles renovables y el fomento del autoconsumo, siendo igualmente necesario impulsar la adaptación del parque actual al gas natural.