Ha sido el mantra más repetido por banca y los reguladores desde el inicio de la pandemia: “El sector afronta esta nueva crisis con holgura suficiente de capital”. Y es verdad. A pesar de que las entidades españolas están a la cola de Europa en niveles de solvencia, los colchones acumulados parecen suficientes para cumplir con los requisitos regulatorios. Sin embargo, las dudas sí han llegado para los objetivos que las entidades se habían marcado para final de año, antes de que la crisis echase por la borda todas las estimaciones.
Apenas quedan un par de semanas para la presentación de resultados del segundo trimestre y los departamentos de riesgo de las entidades echan humo. Las cifras de este periodo pasan a ser cruciales, pues engloban los meses de abril, mayo y junio y las entidades podrán tener una perspectiva más clara, aunque solo sea un poco, de la factura de la crisis en su balance.
La clave está en las previsiones de impago que amenazan con disparar la morosidad en el medio plazo. El Banco de España calcula que el sector podría soportar que la tasa alcance el 13%, pero es evidente que esos niveles consumirían parte del capital con el que las entidades sí contaban en sus previsiones de inicios de año. Por eso, los analistas seguirán muy de cerca la evolución de esta ratio en los resultados de aquí a final de año.
Entidades a vigilar
Un gestor de fondos consultado por Invertia señala, bajo condición de anonimato, a Santander y Sabadell como las entidades a vigilar en este sentido. “Ninguna de las dos tendrá problemas para cumplir los requisitos regulatorios, mucho más después de que el BCE y el Banco de España hayan dejado claro que la reconstrucción de los colchones de capital será gradual y solo cuando se supere la crisis”, indica.
Sin embargo, apunta a que las previsiones para final de año sí pueden quedar dañadas, pese a medidas como la venta de activos o el parón de los dividendos para reforzar la ratio frente al impacto de la crisis.
En el caso de Banco Santander, los expertos apuntan a su elevado nivel de préstamos empresariales durante la crisis, igual que en Sabadell, especialmente por el peso de su negocio de pymes.
Para la entidad cántabra, otro revés puede llegar de su exposición a emergentes y al crédito al consumo. “De momento, dada la situación actual y las perspectivas de aumento de la morosidad, los bancos sí tienen margen para asumir el aumento de los impagos sin poner en riesgo los niveles mínimos de capital. Por entidades hay mucha disparidad, a pesar de las ventas de activos, y habría que monitorizar en mayor proporción a Santander y Sabadell”, coincide Nuria Álvarez, analista de Renta 4 Banco.
Respecto a Sabadell, las dudas son menores. “Vigilaremos de cerca su evolución, pero su colchón antes de provisiones es realmente alto y podrá soportar el deterioro por la crisis, especialmente tras las ventas de su negocio de depositaría y de la gestora a Amundi”, indican los expertos. Sin embargo, coinciden en que su exposición a pymes dificultará que la entidad alcance su objetivo de cerrar el año con una ratio de capital del 12%, al ser este uno de los sectores en el que se prevé mayor morosidad derivada del coronavirus.
En el caso del Santander, el objetivo era despedir 2020 con una ratio CET 1 del 12% en el rango superior, e incluso distribuir entre sus accionistas el ‘sobrante’ si se batía esa meta. A cierre de marzo, la cifra se situó en el 11,58%, pero incluyendo en el dato el capital generado con la cancelación del dividendo complementario de 2019. Ahora, incluso Fitch advierte de la posibilidad de que esa ratio caiga por debajo del 11%. Todo dependerá, de nuevo, del ritmo de la recuperación económica.
Escudo para el capital
Con las previsiones de todos los organismos internacionales apuntando a un desplome económico a doble dígito, las entidades ya han empezado a tomar cartas en el asunto para mitigar el impacto del capital consumido por la crisis. Además de la venta de activos y alguna que otra emisión de 'deuda anticrisis', el veto a los dividendos parece clave para preservar el colchón durante estos meses.
Pero los expertos coinciden en que hace falta más hasta que el mercado se normalice. Desde el sector financiero esperan que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) dé otro respiro en este sentido al adelantar para después de verano la aprobación de la norma que permitirá que la inversión en software sume de forma parcial al capital de máxima calidad.
¿Qué pasará con las provisiones?
Respecto a las cifras del segundo trimestre, los expertos creen que “en términos generales deberían mostrar una resistencia del margen de intereses mayor a la que podría esperarse por el tema del confinamiento, y unas comisiones netas que sí serán las que realmente sufran las consecuencias del confinamiento”, explican desde Renta 4 Banco.
En cuanto a las provisiones, salvo sorpresas, no esperan el anuncio de paquetes extraordinarios como ocurrió en el primer trimestre, pero advierten que “las provisiones recurrentes sí serán más altas de lo habitual ajustándose a las nuevas guías que dieron las entidades del coste de riesgo de acuerdo a la situación económica que se está viviendo”.
Por su parte, Victoria Torre, responsable de producto de Singular Bank, matiza que las provisiones del primer trimestre se tomaron cuando la visibilidad sobre la evolución de la crisis era todavía muy escasa, por no decir nula. Es decir, “los bancos contaban con una información muy reducida para tomar decisiones sobre la potencial insolvencia de préstamos y créditos de miles de millones de euros en algunas entidades, por lo que es previsible que las provisiones de marzo no se ajusten a las que se hubieran hecho con la información con la que contamos actualmente”, indica
En este sentido, coincide en que “podríamos ver que la ratio de capital CET1 de las entidades españolas cae algunas décimas respecto al inicio de año”, lo que impediría los objetivos de cierre de ejercicio. Aun así, deja claro que la media no caerá por debajo del 10%, “nivel al que podrían saltar las alarmas”, frente al 11,8% actual.
La clave, por sectores
Como en la anterior crisis financiera, la exposición sectorial de cada entidad del portfolio de préstamos y créditos tendrá mucho que ver en la photo finish del año. “Aquellas entidades que en 2008 contaban con una alta exposición a la construcción, sufrieron más que el resto, con lo que una elevada exposición a sectores con sesgo más cíclico, como aerolíneas, podría obligar a nuevos incrementos en los importes destinados a provisiones de insolvencia”, explica Torre.
De forma agregada, la banca provisionó un total de 3.800 millones de euros en el primer trimestre solo para hacer frente al Covid-19. Desde Singular Bank recuerdan que las dotaciones de Banco Santander (1.600 millones de euros ) y BBVA (1.400 millones de euros) “son inferiores a los dividendos que pagaron en 2019, 3.780 millones por parte de Banco Santander y de 2.150 millones de euros por parte de BBVA”.
Este año, ese gasto no se producirá si se mantienen las restricciones en la retribución al accionista. Eso, junto con la venta de activos y el apoyo de la flexibilidad regulatoria, pueden ser el escudo definitivo para evitar males mayores si el proceso de recuperación económica se complica más de lo previsto.