La familia portuguesa Espírito Santo vuelve a la escena financiera. Los banqueros y empresarios José Maria Ricciardi y João Manuel Brito e Cunha, considerados por muchos de la rama "buena" de la familia que dominó el antiguo Banco Espírito Santo (BES), a la postre el Novo Banco, planean montar un nuevo banco de inversión.
El objetivo es "restablecer socialmente el nombre de la familia", según ha podido saber EL ESPAÑOL (INVERTIA) de fuentes financieras. Por cierto, que Brito e Cunha ha sido relacionado recientemente con el rey emérito, Juan Carlos I.
Los financieros manejan dos opciones para el corto plazo: adquirir algún pequeño banco ya en activo o bien hacerse con un paquete de Novo Banco si sus propietarios -el fondo Lone Star y el Estado portugués- lo venden 'troceado' y construir sobre él su nuevo banco.
De ser la primera opción, se decantarían por una ficha bancaria local, en suelo luso, aunque no descartan comprar un banco extranjero (por ejemplo, en Luxemburgo) desde el que centrar su actividad en Portugal. Empezar su nueva andadura con un banco extranjero, más si la licencia está en una de las plazas financieras de referencia en la UE, allanaría el camino para que sus clientes hicieran las inversiones internacionales y depositaran su patrimonio fuera de Portugal.
En caso de que se abriera una oportunidad de compra en Novo Banco para alguno de sus paquetes, entrarían "de lleno a por activos y pasivos", según las fuentes consultadas.
La 'solera' de los Espírito Santo
"El apellido Espírito Santo ha caído en desgracia, pero todavía es muy respetado en Portugal", recuerda una de estas fuentes. La obsesión de los Espírito Santo "buenos" es crear un nuevo banco, especializado en banca de inversión y banca patrimonial, "con sangre de la familia, pero con savia nueva".
En una entrevista para SIC Notícias, el propio Ricciardi avanzó su intención de montar un nuevo banco "de capital portugués", ya que la mayoría de entidades lusas están participadas por grupos españoles. CaixaBank, Santander, Bankinter y Abanca tienen fuertes posiciones en el país vecino. BBVA también está presente, aunque en menor medida, mientras que el Grupo CIMD posee distintas firmas de inversión.
Ricciardi, que ocupó -entre otros- los puestos de director general de Banco Espírito Santo Investment Holding (BESI) y director ejecutivo de BES, fue quien se enfrentó en privado y públicamente a su primo Ricardo Salgado, presidente durante 22 años del BES y a quien culpó de la quiebra del grupo financiero portugués, que llegó a ser el segundo banco más grande de Portugal y uno de los más antiguos y reconocidos internacionalmente.
En 2014 fue nacionalizado tras un rescate público al registrar pérdidas multimillonarias y después de que se detectaran irregularidades en sus cuentas. La parte saneada dio lugar a Novo Banco, que fue adquirido en 2017 al 75% por el fondo norteamericano Lone Star.
Por su parte, Brito e Cunha ha aparecido este verano en los medios de comunicación ya que se barajó la posibilidad de que el rey emérito, Juan Carlos I, se hubiera instalado en su finca tras dejar España como su residencia principal. La madre de Brito e Cunha era la segunda accionista del antiguo BES.
Pérdidas de 4.000 millones
Su intención de irrumpir en escena con un nuevo proyecto bancario llega en mitad del revuelo que ha causado la auditoría de Deloitte, que ha revelado pérdidas superiores a los 4.000 millones de euros en Novo Banco, entre el periodo 2000-2018, por lo que buena parte de las mismas se debe a la antigua etapa de BES. En su mayoría, corresponden a operaciones de crédito fallidas y actividades con subsidiarias realizadas por el BES que fueron transferidas a Novo Banco.
Las pérdidas afloradas, las grandes inyecciones de capital recibidas con anterioridad y varios escándalos financieros de distinta índole y en diferentes países están presionando a Lone Star pero, sobre todo, al Estado portugués para encontrar una solución de emergencia a Novo Banco. La entidad tiene a la venta su sucursal en España -también en números rojos- para hacer caja, aunque ningún grupo ha mostrado interés por ella.
Los problemas del banco amenazan con romper la coalición de Gobierno en el país vecino y Lone Star y el Estado luso ya van a la desesperada, por lo que solo quedan dos caminos: o se vende el grupo en su totalidad, incluida la sucursal española, a un precio simbólico o de derribo para evitar más ayudas públicas, o se 'trocea' y se vende en varios paquetes de negocio diferenciados. Es ahí donde podrían entrar en juego Ricciardi y Brito e Cunha, los Espírito Santo "buenos" de la familia más poderosa del país.