Los grandes números de la fusión entre CaixaBank y Bankia ya están sobre la mesa. Sin embargo, y a solo unos días de que las entidades reúnan a sus respectivos consejos para aprobar la operación, hay flecos sobre los que pesa cierta incertidumbre y se han convertido en punto caliente de la negociación. Es el caso de las alianzas que ambas entidades mantienen en el negocio de bancaseguros, una de las cuales tendría que desaparecer con su correspondiente indemnización.
Para tener una foto general del sector, actualmente CaixaBank distribuye seguros de vida a través de VidaCaixa y de no vida con SegurCaixa Adeslas, una sociedad en la que, a su vez, Mutua Madrileña mantiene un 50,08%. Por su parte, Bankia distribuye en exclusiva los seguros no vida Mapfre en su red de oficinas.
La regulación impide que un mismo banco tenga acuerdos con dos aseguradoras que comercialicen el mismo producto, con lo que una de las dos ‘alianzas’ debe llegar a su fin en el proceso de fusión. Y el mercado parece tener claro que la ruptura entre Bankia y Mapfre guía la lógica de la operación. “Al final se trata de una fusión por absorción y la parte más grande será la que luche por quedarse”, explican desde una consultora nacional, en referencia al poder de CaixaBank en este punto de la negociación.
El coste de la ruptura
“La discusión ahora es quién paga el coste de la ruptura con Mapfre”, explican las fuentes consultadas. Es cierto que “quién rompe paga”, siendo la propia Bankia vía descuento en la valoración de la fusión o bien la entidad resultante la que haga frente a la penalización.
Pero en este sentido, otras voces apuntan a que ese coste, o buena parte de él, lo asumiría Mutua Madrileña o Adeslas, consciente del enorme salto que para la aseguradora supondría el acceso a la red de Bankia. Esta es la teoría que en un reciente informe manejan los analistas de Barclays, valorando la posible indemnización a Mapfre en unos 600 millones de euros.
“Tiene todo el sentido del mundo que Mutua pague parte de ese coste por un beneficio futuro. Es más, no hay que descartar que el próximo movimiento de la aseguradora sea incrementar su posición en Adeslas”, indica Juan Juan Abellán, director del Máster en Gestión de Activos y Mercados Financieros del IEB.
Los analistas de Barclays manejan la posibilidad de que Adeslas renegocie los términos del contrato de distribución, como sucedió cuando CaixaBank adquirió Banca Cívica en 2013. Según sus estimaciones, el acceso a la red de oficinas de Bankia podría impulsar sus primas un 21% en 2022 respecto al cierre de 2019, de manera que la compañía aseguradora podría mejorar su beneficio neto en 24 millones de euros.
El acuerdo final, a largo plazo
Aún así, fuentes cercanas al proceso matizan que el futuro del negocio de bancaseguros de la entidad resultante tardará tiempo en concretarse, con lo que Bankia seguirá distribuyendo los seguros de Mapfre en sus oficinas aunque la operación se cierre, si todo va según lo previsto, en un corto plazo de tiempo.
De hecho, el acuerdo final en el negocio asegurador puede incluir flecos que mantengan algún tipo de acuerdo con la aseguradora presidida por Antonio Huertas, como así sucede con el negocio de vida y pensiones de Bankia en Baleares, cuyo socio estratégico sigue siendo Caser.
“Todas las opciones están abiertas. Este tipo de contratos son complicados, con muchos parámetros, cambios de control… y todo eso lleva su tiempo”, explican los expertos, que recuerdan cómo Banco Santander culminó la compra del 60% de Allianz Popular a la aseguradora alemana este mismo año, tres años después de quedarse con Banco Popular.