El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha eludido este jueves hacer ningún tipo de comentario sobre el proyecto de fusión entre CaixaBank y Bankia, que dará lugar al mayor grupo de España, pero ha vuelto a defender la consolidación en el sector financiero europeo como estrategia para sobrevivir a la crisis del Covid-19.
¿Es la compra de Bankia por parte de CaixaBank el tipo de fusión que el BCE deseaba o constituye esta operación otra oportunidad perdida para las concentraciones transfronterizas en la eurozona?, le han preguntado a Guindos en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno de este jueves. "Nosotros no hacemos ningún tipo de valoración sobre operaciones concretas", ha respondido el vicepresidente.
El BCE se limita a hacer una "recomendación genérica" a las entidades de la eurozona para que se fusionen basada en "consideraciones de estabilidad financiera". El motivo es que "una de las principales vulnerabilidades que hemos indicado en el pasado, y de forma más prominente tras la pandemia, es la baja rentabilidad de los bancos europeos y las reducidas valoraciones que esta baja rentabilidad ha producido", alega Guindos.
A juicio del BCE, la consolidación es uno de los instrumentos para mejorar la rentabilidad de los bancos europeos, eliminar el exceso de capacidad y reducir los costes y las estructuras". "Pero no tenemos ningún comentario específico sobre operaciones concretas como las que usted ha mencionado", ha insistido Guindos en una comparecencia junto a la presidenta, Christine Lagarde.
Privatización de Bankia
Tampoco la Comisión Europea ha querido hasta ahora hacer ningún comentario sobre el proyecto de fusión entre CaixaBank y Bankia. Se limita a señalar que son las propias entidades las que deben verificar si la operación es de dimensión comunitaria y debe notificarse a Bruselas para que el departamento dirigido por Magrethe Vestager examine su impacto en la competencia.
En el pasado, tanto el BCE como el Ejecutivo comunitario han pedido al Gobierno español que complete la privatización de Bankia como parte de la vigilancia posterior al rescate bancario de 41.000 millones de euros que la UE concedió a nuestro país en 2012. Pero tras el anuncio de la fusión con CaixaBank, Bruselas tampoco ha querido pronunciarse si la salida del Estado del capital sigue siendo o no una prioridad.
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