Más de 2.000 millones de dólares blanqueados mediante ingenios financieros que dejaron en la ruina a emprendedores, pymes y particulares en todo el mundo, cientos de avisos de irregularidades pasados por alto y numerosos directivos de la Primera División de la banca internacional haciendo la vista gorda durante más de 15 años. Así lavaban el dinero negro de mafiosos, terroristas y traficantes bancos como el Deustchebank, HSBC o JPMorgan Chase, según revelan los Archivos del FinCEN.
Robert Meltzer, director de gimnasios para niños en Los Ángeles; Stanford Media Group, una empresa que vendía CD y DVD en línea y la arquitecta Maureen Sullivan tenían en común un contable poco ortodoxo y sendos agujeros inexplicables en sus respectivas cuentas bancarias.
Ninguno de estos propietarios de pequeñas empresas sabían que sus pérdidas, la quiebra de sus negocios y los muchos despidos que conllevaron, estaban relacionadas con un escándalo bancario de alcance internacional. Su contable malversó su dinero, inyectándolo en un complejo sistema de lavado de dinero utilizado para financiar a líderes de grupos criminales y terroristas y carteles de la droga. Los participantes lavaron 10.000 millones de dólares en dinero negro, transformándolo en efectivo limpio con la ayuda de Deutsche Bank, la institución financiera más grande de Alemania.
Bancos occidentales para burlar los bloqueos
Cientos de documentos bancarios confidenciales a los que ha tenido acceso NBC News -uno de los medios que han colaborado con BuzzFeed y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (CIPI)- ofrecen una visión poco común de cómo Corea del Norte y otros regímenes políticos cuestionables mueven dinero negro y acceden al sistema financiero global a pesar de las sanciones internacionales a las que están sometidos.
Durante años, varias organizaciones vinculadas al Gobierno de Pyongyang consiguieron blanquear más de 174,8 millones de dólares mediante transacciones autorizadas a través de bancos estadounidenses como JPMorgan Chase y el Bank of New York Mellon. Sin ir más lejos, un informe presentado por JPMorgan al Departamento del Tesoro obtenido por NBC News indicó que el banco había permitido casi 90 millones de dólares en transferencias financieras que involucraban a empresas que se creía estaban vinculadas a Corea del Norte entre 2011 y 2013.
Todas esas empresas habían sido previamente señaladas como sospechosas por JPMorgan, según el informe. "Los documentos que tienen frente a ustedes, creo que ayudan a explicar por qué los norcoreanos han tenido tanto éxito en la evasión de sanciones", dijo a NBC News Hugh Griffiths, exjefe del Panel de Expertos de Naciones Unidas que rastrea las sanciones contra Corea del Norte.
Los Archivos de FinCEN muestran además cómo JPMorgan, el mayor banco con sede en Estados Unidos, movió más de más de 2 millones de dólares para la empresa de un joven magnate de la energía que ha sido acusado de engañar al gobierno de Venezuela por contribuir, entre otras cosas, a causar apagones eléctricos que paralizaron gran parte del país.
En la misma línea, otros documentos filtrados por BuzzFeed y el CIPI de los que se ha hecho eco el IrishTimes revelan que hasta mil millones de dólares al mes pasaban por una red internacional de lavado de dinero cuyos operadores rusos cobraban un 5% de comisión a quienes usaban el servicio. La red de cuentas bancarias se utilizó durante varios años para mover enormes cantidades de capital fuera de Rusia.
Entre los bancos involucrados se contaba uno situado en las afueras de Moscú dirigido, entre otros, por un primo del presidente ruso, Vladimir Putin. La red de lavado de dinero fue operada por cuatro empresarios rusos conocidos y podría haber existido desde 2011, según el informe del FinCEN. "En un proceso aparentemente continuo, estas personas, que han tenido un comportamiento sospechoso, se aseguran de que las transferencias de fondos se procesen de manera opaca por una tarifa de hasta el 5%".
"Son informaciones antiguas"
El FinCEN -Red de Investigación de Delitos Financieros de Estados Unidos dependiente del Departamento del Tesoro del Gobierno de EEUU- ya avisó el pasado 1 de septiembre en un comunicado publicado en su página web que estaba al tanto de que varios medios de comunicación tenían la intención de publicar una serie de artículos basados en los Informes de Actividad Sospechosa (SAR, por sus siglas en inglés.) El organismo destacaba que "la divulgación no autorizada de SARs es un crimen que puede afectar la seguridad nacional de los Estados Unidos".
Estos Informes de Actividad Sospechosa (SAR, por sus siglas en inglés) se emiten cuando una entidad sospecha de que sus clientes pudieran estar realizando operaciones ilegales. Con ello se pretende combatir el blanqueo de capitales resultado de actividades delictivas. Además, las entidades tienen obligación de cesar las operaciones de un cliente cuando consideren que se puede estar cometiendo un delito, sin esperar a una intervención de las autoridades. Los SAR son una forma de alertar a los reguladores gubernamentales y a las fuerzas del orden sobre actividades irregulares que deben investigarse, aunque no son necesariamente evidencia de irregularidades.
Contactados tras la filtración, los principales bancos nombrados en los documentos han reaccionado de forma similar, aduciendo que la mayoría de las informaciones eran antiguas o que las supuestas actividades sospechosas referidas habían prescrito. Desde HSBC, por ejemplo, explicaban en un comunicado: "No comentamos sobre informes de actividades sospechosas. Toda la información proporcionada por el ICIJ es histórica y es anterior a la conclusión de nuestro Acuerdo de enjuiciamiento diferido (DPA) en 2017.
A partir de 2012, HSBC se embarcó en un viaje de varios años para revisar su capacidad para combatir los delitos financieros en más de 60 jurisdicciones Durante ese período, el monitor cumplió su función de identificar problemas y hacer recomendaciones para mejorar, y concluyó que HSBC se convirtió en un banco más seguro cada año como resultado de los esfuerzos del banco".
El Deustche Bank apuntaba por su parte: "Esta no es información nueva para nosotros o nuestros reguladores. Los problemas presentados que se relacionan con Deutsche Bank se remontan a los años anteriores a 2016, nosotros mismos los informamos a nuestros reguladores y autoridades y han sido informados en gran parte por los medios de comunicación. Reconocimos las debilidades pasadas en nuestro entorno de control, nos disculpamos por ello y aceptamos nuestras respectivas multas. Lo más importante: aprendimos de nuestros errores, abordamos sistemáticamente los problemas e hicimos cambios en nuestro perímetro comercial, nuestros controles y nuestro personal".
Archivos de FinCEN y multas millonarias
Los documentos filtrados durante el fin de semana podrían suponer otro duro revés para los principales bancos internacionales, bancos que ya pagaron un total de 20.000 millones de dólares entre 2012 y 2015 por su laxitud a la hora de controlar y prevenir el blanqueo de capitales, la evasión de impuestos o la violación de sanciones impuestas por EEUU.
Las grandes multas impuestas a entidades como HSBC Holdings Plc y Standard Chartered Plc en 2012 ayudaron a impulsar un aumento en los informes de actividades sospechosas (SARs por sus siglas en inglés), que pasaron de unas 60,000 ese año a más de 2 millones anuales en los últimos años. Sin embargo, las agencias reguladoras encargadas de aplicar la ley inquieren sobre el 4% de esas alertas, según una encuesta del Bank Policy Institute, mientras que sólo el 1% del dinero ilícito en el sistema financiero es confiscado, de acurdo con estimaciones de Naciones Unidas citadas por Bloomberg.