Unicaja y Liberbank han puesto en marcha la maquinaria para llevar a buen puerto su fusión. Tras cancelar en mayo de 2019 las negociaciones por las diferencias en la ecuación de canje, este punto repite como principal incógnita para la operación. Sobre todo en un momento en el que las valoraciones deben incluir un nuevo (y peor) escenario macro que complica la mejora de rentabilidad solo vía reducción de costes.
Fuentes relacionadas con el proceso explican a Invertia que ambas entidades conocen bien las entrañas de su competidor, como consecuencia del anterior proceso de negociaciones. Sin embargo, indican que los asesores que se contraten para la ‘due diligence’ tendrán que centrar el tiro en cómo impactará la evolución de la pandemia en la calidad del balance de las entidades.
La propia Autoridad Bancaria Europea (EBA) advirtió ayer de que ya se empiezan a observar las primeras señales de deterioro en la calidad de los activos del sector bancario, dejando claro que el compromiso por controlar el riesgo al milímetro debe ser total.
Los analistas consultados coinciden en que el empeoramiento de las perspectivas macro ha sido uno de los principales factores para que Liberbank y Unicaja retomasen sus contactos hace unas semanas. Nuria Álvarez, analista de Renta 4 Banco (es entidad proveedora de liquidez de Liberbank), confía en que “el nuevo entorno hace más probable que la operación salga adelante sin que se enroque tanto en el canje como la otra vez”.
Coinciden desde una gestora nacional al asegurar que “el escenario económico es tan distinto al de hace un año que ambas entidades están obligadas a llegar a un acuerdo para seguir generando negocio en un difícil entorno al que se suman, además, los tipos de interés en mínimos, que también seguirán bajos mucho más tiempo de lo esperado en 2019”. En este sentido, consideran que ambas entidades tendrán que ceder en sus pretensiones de poder en la entidad resultante.
El experto recuerda cómo han cambiado las propias previsiones del Banco de España, que ahora espera una contracción del PIB de entre el 10,5% y el 12,6% para este año que no se recuperará ni siquiera en 2022. Antes del estallido de la pandemia, la previsión apuntaba a un crecimiento, aunque moderado, del 1,7%.
La morosidad, por su parte, podría alcanzar el 15% en el peor de los escenarios, derivada de la quiebra de empresas y de los impagos que pueden poner en peligro incluso la estabilidad del sector si este no gestiona los riesgos a tiempo.
Objetivo: ganar masa crítica
Uno de los objetivos de la fusión será, pues, evitar que el deterioro de la macro acabe arramplando con cualquier posibilidad de seguir compitiendo en un mercado en el que, tras la fusión de Bankia y CaixaBank, ganar masa crítica es clave de cara al futuro. En este sentido, la evolución de las previsiones será clave para la ecuación del canje porque ambas entidades irán reflejando en su cotización, como el resto del sector, la evolución de la pandemia. Y eso puede dar más poder a una de las partes a la hora de negociar.
Unicaja despidió la sesión de ayer con subidas del 15%, hasta los 0,738 euros por acción, dejando su capitalización bursátil en unos 1.190 millones de euros. Por su parte, los títulos de Liberbank se dispararon un 13,5%, hasta los 0,26 euros. A esos precios, su valor en bolsa asciende a unos 786 millones de euros.
Si se toma como referencia el valor bursátil, la capitalización de la entidad fusionada ascendería a 1.976 millones de euros, con un peso del 60% para Unicaja y del 40% para Unicaja.
Ese es precisamente el porcentaje que hizo saltar por los aires las negociaciones el pasado año. Pero el mercado ha demostrado en ocasiones anteriores que tiene bastante tino a la hora de poner en valor este tipo de operaciones. “Alguien tiene que ceder y aunque ambas entidades han mejorado mucho en términos de capital y solvencia, Unicaja presenta un mejor perfil de riesgo y esto también podría influir a la hora de negociar”, explican los expertos.
Morosidad a raya
Unicaja cuenta con un ratio de morosidad del 4,5%, por encima del 3,1% que presentaba Liberbank a cierre del primer semestre. Eso sí, su perfil de riesgo es algo mejor con una cobertura del 61%, frente al 50% de Liberbank. La entidad malagueña también cuenta con un exceso de capital de 1.176 millones de euros.
Desde ambas entidades insisten en que esta operación "no viene motivada por una debilidad en concreto ni por malos resultados o por una posición financiera débil, sino por las sinergias que ayuden a mejorar la rentabilidad", en un momento en el que indicadores macro como el PIB, el desempleo o el consumo se están recuperando de una forma mucho más lenta de lo anticipado”. Según cálculos de UBS, las entidades asumirían unos costes de restructuración de 290 millones de euros, para alcanzar unas sinergias de 97 millones.
Fuentes inmersas en el proceso confirman que ambas entidades reunirán a sus consejos en los próximos días, para abrir después el proceso de 'due diligence' que podría tardar unas semanas más. Será entonces cuando empiecen las negociaciones serias para alcanzar un acuerdo sobre la ecuación de canje. Si todo sigue según lo previsto, las entidades esperan tener la fusión cerrada en el primer trimestre de 2021.