Banco Santander concedió 125.000 millones de euros en moratorias hipotecarias y al consumo durante los peores meses de la crisis. Así lo ha confirmado el consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, que prevé que el esperado repunte de la morosidad como consecuencia de los impagos llegue ya en 2021.
Durante su participación en Santander International Banking Conference, donde la firma reúne en diversas jornadas a economistas, directivos y expertos financieros, el número dos de la entidad cántabra ha reconocido que la economía se encuentra 'a la espera' de factores como la llegada de la vacuna contra el coronavirus o del impacto de las medidas económicas de los Gobiernos para comprobar cómo evoluciona la crisis.
"Estamos en una situación de parálisis, con planes gubernamentales que ahora apoyan la reactivación de la economía pero que terminarán desapareciendo, y en 2021 veremos lo que pasa", indica el directivo. A su juicio, la política fiscal para proteger a empresas, especialmente a pymes, y a las familias, será clave para la recuperación, insistiendo en que de ella dependerá el momento en el que llegue el repunte de los impagos, como consecuencia del cierre de empresas o del desempleo.
Pese al difícil panorama, Álvarez considera que el sistema bancario presenta una situación mucho más fuerte en términos de capital que en la anterior crisis de 2008 para enfrentarse a lo que ha denominado "las secuelas de la crisis".
Aún así, ha advertido de que "es el flujo lo que me preocupa". "En un mundo ideal, pagas la deuda mala con el flujo de nuevos negocios, pero la capacidad de generar capital en Europa se ha visto dañada por los bajos tipos de interés, a veces en negativo", alerta.
Toque de atención
En la sesión online organizada por Banco Santander, también han participado figuras como Larry Summers, ex Secretario del Tesoro de EEUU y Agustín Carstens, exgobernador del Banco de México y actual director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS).
Ambos ha coincidido en que la crisis "ha puesto a prueba a Occidente", indicando que la rápida actuación de gobiernos y bancos centrales ha sido clave para evitar un shock económico mucho peor. Aún así, tienen claro que "la Covid va a cambiar la cara de la economía", indicando que "muchos sectores no van a poder recuperarse porque habrá otra forma distinta de vivir, de viajar, de trabajar, de hacer la compra... todo ello acompañado por el impulso de lo digital".
Para los expertos, "tenemos que estar preparados para mayores diicultades a futuro, pues aunque al principio pensábamos que la crisis sería fuerte, pero transitoria, ahora vemos que va a durar más".
En este sentido, han aplaudido la decisión de muchos Gobiernos de extender los planes de ayuda que ahora iban a ser suspendidos, como en el caso de los ERTE. No obstante, reconocen que "llegará un momento en el que la acción gubernamental no pueda prevenir el incremento de bancarrotas y eso dará lugar a una reasignación de recursos".
Pese a destacar la eficacia de las acciones de bancos centrales y Gobiernos, Summers ha recordado que "los esfuerzos internacionales (en referencia a organismos como el FMI o el Banco Mundial) han sido tibios, lo que puede incrementar las desigualdades globales".
Por su parte, Jörg Kukies, viceministro de Finanzas alemán, ha coincidido con el resto de ponentes en que, pese a que las medidas de apoyo social han limitado el impacto de la crisis, "no podemos cantar victoria todavía". En este sentido, ha indicado que para el próximo año, Alemania tiene previsto un plan de inversiones de apoyo a municipios (hospitales, etc) y al impulso de energías verdes, tecnología, etc.
Frente al esperado aumento de la deuda pública de los países, Kukies defiende que "debemos plantearnos el 2021 con un espíritu decidido de déficits notables", indicando que, en estos momentos, "nos lo podemos permitir porque los mercados siguen concediendo dinero a uns precios fantásticos".