La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha asegurado este jueves que no recibió presiones del Gobierno para comprar el Banco Popular en el año 2017. Botín ha declarado como testigo a primera hora de la mañana en la Audiencia Nacional dentro de la causa que investiga dos piezas por la resolución del banco.
Según fuentes jurídicas, la presidenta del Santander ha explicado al juez José Luis Calama que ante la difícil situación que atravesó la entidad antes de llegar a su desparición, recibió llamadas del exministro de Economía, Luis de Guindos, y del gobernador del Banco de España, Luis María Linde. Pero en esas conversaciones se comentó la preocupación por el futuro de la entidad y no hubo presiones para una compra.
De hecho, Botín ha explicado que cuando se abrió la venta de la entidad, por la que se interesaron varias entidades, se encontraba fuera de España.
También ha señalado que el Santander analizó la compra del Popular antes de que llegara a ese final crítico y la descartó por no ser posible ejecutarla en condiciones de mercado.
Esa operación se llevó finalmente a cabo en el mes de junio, cuando la Junta Única de Resolución (JUR) tomó la decisión de que el banco fuera resuelto y el Banco Santander compró esa misma noche la entidad por un euro. A cambio tuvo que hacer una ampliación de capital.
La declaración de Ana Botín se ha producido una semana después de la del vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos.
El exministro de Economía reconoció durante su interrogatorio que entre enero y junio de 2017 mantuvo conversaciones con los presidentes de los cinco grandes bancos españoles, entre ellos, el Santander.
Según relató las entidades que estudiaron la operación se negaron a comprar el banco porque tenía un patrimonio neto negativo.
Botín ha dicho no recordar que Luis de Guindos le hablara de fondos propios negativos. Al contrario, ha subrayado que el Popular tenía una cartera de pymes muy atractiva para el Santander y que cumplía con los requisitos regulatorios hasta donde ella sabía.
Guindos también apuntó a que en una conversación con Botín, la banquera comentó que su equipo había visto las cuentas del Banco Popular y que la entidad había decidido no hacer una oferta.
El magistrado de la Audiencia Nacional mantiene abiertas dos piezas en esta investigación. La primera es la relativa a la ampliación de capital que llevó a cabo la entidad en 2016 y afecta al expresidente, Ángel Ron, y su equipo. La segunda es por una supuesta manipulación de mercado y se ciñe sobre el último presidente del banco, Emilio Saracho.