BBVA revoluciona la seguridad en los medios de pago con su nueva tarjeta Aqua, que la entidad espera distribuir entre un millón de clientes en los próximos dos años. En concreto, el cliente podrá elegir entre una tarjeta física (de plástico reciclado) o digital (pago con el móvil), sin que en la física aparezca la numeración, la fecha de caducidad o el CVV (código de verificación de tres cifras, generalmente al dosrso de la tarjeta), lo que garantiza una mayor seguridad en los pagos.
Ese es el principal objetivo que la entidad se ha marcado para conseguir que todos esos clientes que durante la pandemia se han animado a 'probar' la operativa online en sus compras, mantengan este comportamiento, garantizando una mayor seguridad de las operaciones.
En este sentido, Gonzalo Rodríguez, responsable de desarrollo de negocio para BBVA en España, explica que "esta tarjeta va dirigida a toda la base de clientes del banco", además de los nuevos que puedan captar animados porque se sientan atraidos por la posibilidad de contar con un plástico sin numeración visible. "El público objetivo es aquel que quiere hacer compras por Internet y no se siente del todo seguro", insiste el directivo.
La ventaja de que esta tarjeta no cuente con numeración ni códigos impresos es, por ejemplo, que si se pierde, esos datos no acabarán en manos de otra persona. Pero entonces, ¿se pueden realizar compras por Internet? Sí. El cliente contará con toda esa información 'invisible' en la App del banco. Y, para más seguridad, el código CVV es dinámico y cambia cada 5 minutos.
Es decir, cada operación de compra tendrá un CVV distinto (a no ser que se hagan dos o más operaciones en esos 5 minutos establecidos hasta que se cambia). "Si pierdes la tarjeta después de una compra, nadie podrá usar tus datos porque estos habrán cambiado", indican desde la entidad.
Más soluciones innovadoras
Además de esta mejora en la seguridad, las tarjetas Aqua ofrecerán otra serie de soluciones, como permitir que el cliente pueda encender y apagar la tarjeta cuando quiera, sin necesidad de llamar al banco para hacerlo.
Del mismo modo, BBVA intenta dar a los clientes un control total a través de la app, con herramientas para organizar presupuestos, pagos, ver sus gastos, etc. "Se van a poder financiar pagos en crédito y débito y el cliente siempre podrá elegir el tipo de tarjeta que quiere: física (prepago, crédito o débito) o con pago móvil.
Las tarjetas Aqua también permitirán ver en qué qué comercios y dispositivos tienen almacenados los datos móviles o de la tarjeta del cliente, para que este pueda, si quiere, cancelar esas suscripciones.
La entidad ofrecerá su nuevo producto a todos los clientes que se registren nuevos a través de canales digitales. Las contrataciones en oficina también podrán elegir el tipo de tarjeta que quieren, siendo el coste el mismo para las tarjetas físicas como digitales.
En concreto, si se cumplen las condiciones de vinculación (domiciliar la nómina si la contratación se hace en oficina), la tarjeta será gratuita. Para los que no las cumplan, la tarjeta Aqua de débito tendrá un coste de 35 euros por año, mientras que la de crédito costará 43 euros por año (siendo el primero gratuita).
Operativa online
Aunque la gran apuesta comercial en medios de pago será esta a partir de ahora, desde BBVA insisten en que los clientes siempre podrán elegir, manteniendo toda su gama de tarjetas actuales en el escaparate. Sin embargo, confían en un notable crecimiento, después de unos meses en los que la operativa digital se ha disparado en el sector como consecuencia de la pandemia.
En el caso de BBVA, los clientes de la entidad ya realizan más del 10% de pagos con el móvil. Dos de cada tres clientes ya son digitales y el banco ya realiza el 58% de sus ventas en España por canales online. Durante los últimos meses de crisis sanitaria, los accesos a la App han crecido más de un 30%.
En este sentido, los próximos pasos de la entidad se centrarán en llevar Aqua a otros países como Turquía, Perú y Colombia. En 2021, además, la entidad permitirá que los clientes puedan sacar una foto de cada una de sus compras para gestionar el ticket y los gastos del día a día.