Las negociaciones para la fusión entre Unicaja y Liberbank siguen su curso, con el reparto accionarial de la entidad resultante como principal incógnita de la operación. Fuentes consultadas explican a Invertia que Liberbank quiere aprovechar la mejora en determinadas ratios claves en plena crisis, como la evolución de su solvencia o la actividad comercial en el último año y medio, para ganar terreno en las negociaciones.
El pasado 8 de octubre, los consejos de administración de ambas entidades anunciaron el inicio formal de las conversaciones para crear el que sería el quinto mayor banco por activos en España. En el proceso de 'due diligence' que ya se desarrolla, Unicaja cuenta con PwC como firma auditora, con el despacho Uría Menéndez como asesor jurídico y con Mediobanca como banco de inversión. Por su parte, Deutsche Bank es el banco de inversión de Liberbank, que también contará con la consultora Deloitte como auditora y Ramón y Cajal en jurídico.
Son los mismos asesores encargados de las negociaciones durante el anterior proceso de fusión, que comenzó en diciembre de 2018 y se cerró sin acuerdo en mayo de 2019. Parte de las desavenencias llegaron, como es bien sabido, por la ecuación de canje final, en la que Unicaja quería un peso del 60% y Liberbank del 42%-45%.
Tira y afloja
Aunque es evidente que, tras las anteriores conversaciones, ambas partes conocen bien las ‘tripas’ de su competidor, las valoraciones deben ajustarse a un escenario macroeconómico completamente distinto, que puede ser clave para el reparto accionarial final.
En este escenario, las fuentes consultadas indican que Liberbank estaría sacando músculo en la evolución de sus ratios de solvencia, medido a través de sus ratios CET 1 fully loaded. “Es lógico que Liberbank quiera apretar por ese lado, pues aunque ambas entidades presentan una sólida posición en este sentido, en términos de capital, la evolución de Liberbank desde finales de 2018, cuando se empezó a analizar la anterior operación, ha sido algo mejor”, indican los analistas consultados.
Las cuentas anuales de cada entidad así lo reflejan. Unicaja cerró el primer semestre del año con una ratio de capital CET 1 fully loaded del 14,4%, de las más altas del sector, mientras que la ratio en Liberbank se situó en el 14%. A cierre de 2018, las ratios eran del 13,5% y del 12,1%, respectivamente, con lo que el esfuerzo de Liberbank en este sentido habría sido mayor.
Los analistas recuerdan, además, que el BCE podría dar un impulso mayor a Liberbank en este sentido (también a Unicaja, pero el impulso sería mayor en el caso de la asturiana), como ya hizo recientemente con Bankia, al aprobar los modelos internos de cálculo del riesgo de crédito de su cartera hipotecaria (IRB) minorista, algo que permitirá a la entidad elevar su ratio de capital CET 1 fully loaded (el de máxima calidad) hasta el 14,87%.
Datos a vigilar
En términos de morosidad, Unicaja cuenta con un ratio de morosidad del 4,5%, por encima del 3,1% que presentaba Liberbank a cierre del primer semestre. Eso sí, su perfil de riesgo es algo mejor con una cobertura del 61%, frente al 50% de Liberbank.
Todos estos datos serán tenidos muy en cuenta en las negociaciones, mucho más ante el difícil escenario macroeconómico que ya ha hecho admitir al propio Banco de España de un “impacto significativo” sobre la solvencia del sector si la recuperación es más lenta de lo esperado.
Tras las caídas bursátiles experimentadas el martes, superiores al 3% en las dos entidades y a precios de mercado, los inversores estarían dando por hecho una ecuación de canje del 59% para Unicaja y del 41% para Liberbank. Pero los expertos insisten: “Liberbank va a luchar por la mejora experimentada en solvencia y actividad comercial en este último año y medio para ganar un mayor peso en la entidad resultante”.
Y es que, además de la valoración en bolsa de cada una de las entidades, los asesores de la operación tienen que tener en cuenta aspectos como la liquidez o la cobertura del riesgo, además de aspectos específicos de cada entidad, como las contingencias legales (cláusulas suelo, por ejemplo), improductivos o la valoración de las participadas.
Ambas entidades esperan tener lista la ‘due diligence’, como tarde, a finales de noviembre, para poder aprobar la fusión definitiva en el primer trimestre de 2021.