No hay manera. El impacto de la pandemia en el beneficio de la banca ha dado la estocada final a sus ratios de rentabilidad. Una variable que el mercado mira especialmente de cerca y que en los últimos tiempos no ha hecho más que ampliar la brecha con el coste de capital del sector, que a grandes rasgos mide el retorno que los inversores esperan al invertir en un banco.
La rentabilidad media sobre capital (ROE) de los seis bancos del Ibex 35 se ha desplomado hasta el 4,35% a cierre de septiembre, según las cuentas trimestrales del sector, desde el ya de por sí bajo nivel del 8,25% que registraban en septiembre de 2019.
Ni siquiera la mejora de resultados experimentada en el tercer trimestre por entidades como Banco Santander o BBVA, con fuertes pérdidas a cierre de junio por las provisiones frente a la pandemia y el deterioro del fondo de comercio, ha servido para dar un empujón a los datos.
La banca... ¿siempre gana?
Así que no. La banca no siempre gana. Al menos en lo que se refiere a la rentabilidad que genera con su negocio. Algo que también queda reflejado en otro de los ratios más seguidos por el mercado en este sentido, el ROA (rentabilidad sobre los activos), que mide la capacidad que tienen los activos de una compañía para generar rentabilidad por ellos mismos.
Pues bien, los activos de los seis bancos del Ibex rondan actualmente 3,1 billones de euros. Y el ROA medio apenas supera el 0,25% a cierre de septiembre, desde el 0,54% de hace justo un año. Es decir, apenas extraen 0,25 euros de beneficio por cada 100 euros que movilizan.
Es cierto que la mejora de los beneficios del tercer trimestre ha servido para salir de las cifras negativas que este indicador presentaba a cierre de junio, según el último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España. En concreto, en la primera mitad del año, el resultado neto consolidado del conjunto del sistema bancario español fue negativo por un importe de alrededor de 9.500 millones de euros, una cifra que se tradujo en una rentabilidad sobre activos del –0,5%.
Banco Sabadell es la entidad que más ha sufrido en este sentido en los últimos tiempos. Su ROA ha pasado del 0,4% al 0,09% en 12 meses, a cierre de septiembre. Una caída del 77,5% similar a la experimentada por Bankia, que pasa del 0,4% al 0,1%. Las cosas no pintan mejor para Bankinter, Santander y BBVA, todas ellas con caída en la rentabilidad que extraen de sus activos superiores al 40% en el último año.
Caídas generalizadas
En concreto, Bankinter extrae una rentabilidad del 0,36% al total de sus activos, similar al 0,38% que presenta Banco Santander desde el 0,66% de hace un año. El ROA de BBVA ha pasado del 0,84% al 0,5%. Por su parte, CaixaBank extrae una rentabilidad del 0,2% a su activo, desde el 0,3% a septiembre de 2019.
Estos datos se ven reforzados por esa mencionada caída del ROE en el sector, que desde el 4,35% actual se aleja, y mucho, de la media de los últimos años y sigue por debajo del coste del capital (COE), estimado en el 10%.
Si se echa un vistazo entidad por entidad, no hay duda de que el talón de Aquiles de la banca seguirá presionando al sector durante un largo periodo de tiempo.
Por ejemplo, la rentabilidad del Santander ronda el 5,3%, desde el 8,39% de hace un año. Y eso sin contar con el impacto de las pérdidas provocadas por la pandemia. En otras entidades el ‘drama’ es aún mayor. El ROE de Banco Sabadell se ha desplomado del 6,92% al 1,49% en solo 12 meses, y el de Bankia ha pasado del 6% al 1,9%.
Más presión del BCE
Estas métricas siguen preocupando al Banco Central Europeo (BCE), a pesar de que mucho tiene que ver en ellas las políticas monetarias ultraexpansivas de los últimos años y los tipos de interés negativos. De hecho, han sido uno de los principales motivos para presionar por un rápido proceso de consolidación que empezó a tomar forma con los procesos abiertos entre CaixaBank y Bankia, y Unicaja y Liberbank.
Ayer mismo, el vicepresidente del organismo monetario, Luis de Guindos, anticipó que la rentabilidad de la banca no recuperaría niveles previos a la crisis, que ya eran bajos de por sí, hasta finales de 2022.
La agencia de calificación crediticia Moody’s también acaba de elaborar un informe en el que advierte de que la segunda ola de la pandemia presionará aún más las ratios del sector.
Y apunta directamente a las entidades más dependientes de los ingresos por comisiones, que pueden verse perjudicados por un nuevo frenazo en el ritmo de recuperación económica. Por ejemplo, las comisiones supusieron más de un tercio de los ingresos totales de Bankia y CaixaBank en el tercer trimestre.
Parece claro que, con este panorama, las entidades tendrán que seguir la senda de los ajustes para, al menos, alcanzar ese objetivo. Y aquí se encuadra la ola de recortes que se avecina en el sector, con una nueva ronda de despidos y cierre de oficinas que se acelerará en el primer trimestre de 2021.