Banco Santander apuesta todo al negocio digital para competir con los gigantes bancarios que dejará la nueva ola de fusiones en España. De prosperar la integración entre BBVA y Banco Sabadell, tras las de CaixaBank y Bankia y la anunciada entre Unicaja y Liberbank, la entidad presidida por Ana Botín quedará en el tercer puesto del pódium en el mercado español, con dos competidores muy potentes, entre otras cosas, en el segmento empresarial.
El cambio que el mapa bancario nacional ha dado en menos de tres meses obliga a la entidad cántabra a acelerar alternativas para seguir creciendo, una vez descartada por parte de sus propios directivos la entrada en el proceso de consolidación.
Esta misma semana, el consejero delegado de Santander España, Rami Aboukhair, ha dejado claro que, tras la absorción del Popular, el banco está más que satisfecho con su tamaño y escala, incluido el negocio de pymes o banca mayorista, donde acumula un 30% de cuota.
Pérdida de 'poderío'
Pese a todo, la realidad de las fusiones ha puesto sobre la mesa la pérdida de 'poderío' de la entidad en España. Tal y como recuerdan desde Analistas Financieros Internacionales (AFI), de las cinco entidades que correspondían en agosto a las más grandes en cuanto a volumen de negocio (Santander, CaixaBank, BBVA, Bankia y Sabadell), se producen dos integraciones entre ellas.
"Esto da como resultado que esas nuevas entidades se situarían en las dos primeras posiciones, entrando en este ranking la otra fusión anunciada hasta el momento, Unicaja-Liberbank, y Bankinter", indican.
Con datos a cierre de septiembre, y sin las fusiones cerradas, Banco Santander copa el 18,4% por volumen de negocio en España, frente al 17,6% de CaixaBank y el 15,1% de BBVA en el país. Bankia y Sabadell quedarían por debajo con el 10,1% y el 9,3% por este indicador, según datos recopilados por AFI.
Si se cierran las operaciones previstas, la nueva CaixaBank pasará a ostentar el 27,7% por volumen de negocio, la nueva BBVA el 24,4% y Santander España el 18,4%.
Además, la potencia comercializadora de los nuevos 'superbancos', especialmente de la nueva CaixaBank, también supone un reto para el crecimiento y, sobre todo, la generación de ingresos de sus competidores. Todo en un momento en el que esta pata resulta crucial para complementar la fuerte reducción de costes que se avecina en el sector para 'aguantar' la maltrecha rentabilidad en un entorno de tipos negativos.
Aun así, desde Banco Santander insisten. “Nuestra única prioridad es mejorar el servicio al cliente y darles motivos suficientes para que se queden con nosotros y, sobre todo, que nos recomienden". “No me preocupa absolutamente nada el tamaño, si tuviéramos una cuota inferior al 10%… pero con cerca del 20% la escala no es algo que te pueda preocupar”, explicaba también recientemente José Antonio Álvarez, consejero delegado del grupo.
El mensaje desde la presidencia del banco se mantiene firme. Santander ya ha hecho todo lo que tenía que hacer en el proceso de consolidación en España y la apuesta ahora es la digitalización. Si hay que hacer alguna compra, será de plataformas tecnológicas que ayuden al crecimiento en este sentido.
Bajo el paraguas de esta estrategia se encuentra la reciente adquisición de activos tecnológicos de Wirecard para acelerar la expansión de su negocio de servicios de pago para comercios, Getnet, incorporando a Santander 500 empleados que actualmente trabajan en la plataforma.
Objetivo digital
Los activos tecnológicos de la fintech alemana quebrada hace unos meses, y cuya adquisición se cerrará previsiblemente antes de que termine el año, permitirán a Santander ampliar la arquitectura global de su plataforma abierta de soluciones de pago.
La nueva estrategia One Europe presentada por el banco recientemente también va en esta dirección. “Esta crisis ha acelerado de forma muy intensa el proceso de digitalización y el comportamiento de los clientes y su manera de relacionarse con el banco ha sufrido un cambio brutal”, indican desde la entidad.
La operativa digital se ha disparado. Según las cifras a cierre del tercer trimestre, ya supera los 41 millones de clientes digitales, tras sumar cinco millones en el último año. 5,12 millones corresponden al negocio en España, con un incremento del 10% interanual.
A nivel de grupo, los clientes de móviles se sitúan en más de 34 millones (+5,9 millones en doce meses) y las ventas digitales acumuladas a septiembre representan el 44% de las totales (36% en 2019).
Bajo este escenario, y con el plan de digitalización puesto en marcha en 2019, que contempla una inversión de 20.000 millones de euros hasta 2022 en transformación digital y tecnológica, la idea del Grupo es seguir creciendo con compras similares a la de Wirecard o a la que el pasado abril culminó para hacerse con el 50,1% de Ebury tras una inversión de nos 400 millones de euros.
Esta operación, que ya se anunció en noviembre de 2019, también ayuda a la entidad a crecer en el segmento pymes al dotarlas de herramientas para su expansión internacional con servicios globales de financiación al comercio.