Banco Santander ha trasladado a los sindicatos la necesidad de eliminar 5.090 puestos de trabajo, aunque la entidad estaría dispuesta a rebajarlos a 4.000, un 14,7% de una plantilla del entorno de 27.200 empleaodos, con unas 1.090 recolocaciones en empresas especializadas del Grupo que, según explican fuentes del proceso a Invertia, irán en su mayoría a Santander Personal, el centro remoto de 'gestores 24 horas' para consultas online de los clientes.
La cifra supera con creces los 3.000 empleos que se habían barajado inicialmente entre los sindicatos para el ajuste que el consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, confirmó durante la última presentación de resultados del banco.
Según explican fuentes sindicales, la idea es regular el proceso mediante tres condiciones. La primera, esa recolocación en empresas especializadas del Grupo, que serían de carácter obligatorio para todas las personas afectadas. Eso sí, Santander se compromete a mantener la antigüedad, aunque los trabajadores tendrán que asumir el convenio colectivo de la empresa de destino, así como sus beneficios sociales.
La segunda condición sería aceptar la movilidad geográfica a todo el personal, tanto de servicios centrales, Boadilla, Red y EEII a un ratio de hasta 400 kilómetros con una compensación de entre el 10% y el 15% del salario.
La tercera sería esa reubicación interna en Santander Personal con las condiciones acordadas para ellos. Condiciones todas ellas que se empezarán a negociar a partir del próximo martes, cuando se constituya la mesa de negociación.
Fuentes del banco cántabro confirman a Invertia que el plan también incluye el ajuste de entre 900 y 1.000 oficinas en España, lo que supone un fuerte recorte sobre las más de 3.100 que la entidad mantiene actualmente abiertas en el país.
Tercer ERE en España
Este será, así, el tercer gran ajuste consecutivo del Santander en España, después de los dos acometidos desde 2018 para llevar a cabo el proceso de integración de Banco Popular (oficinas y servicios centrales) y que afectó a unos 4.700 empleados.
Ahora, el difícil entorno de tipos de interés negativos que tanto está presionando la rentabilidad del sector, obliga a la entidad a dar este paso, que también se repetirá en el resto de Europa. Aunque aún se desconocen los detalles, sí se sabe que el proceso de ajuste se producirá también en sus mercados en Portugal, Reino Unido y Europa. La idea del banco es registrar una reducción de costes adicional cercana a los 1.000 millones de euros para 2022 entre ajustes de personal y oficinas, que van de la mano del proceso de digitalización en el sector.
Un giro hacia la nueva era digital que se ha visto acelerado, y de qué forma, por la pandemia del coronavirus, que también ha ayudado a establecer nuevos hábitos en la relación que los clientes reclaman a sus bancos.