No solo los niveles de capital. El Banco Central Europeo (BCE) vigilará muy de cerca las provisiones de la banca y su gestión del riesgo de crédito para medir las políticas de retribución al accionista en el sector. Está previsto que este martes, previsiblemente a cierre de mercado, el organismo anuncie el fin del veto al dividendo, pero con un mensaje de estrictos límites muy ligados al impacto de la pandemia en resultados.
En las últimas semanas, el Banco de España y el propio BCE han ‘tirado de las orejas’ al sector tras la cierta ‘relajación’ detectada en los niveles de provisiones del tercer trimestre, después de una primera mitad de año marcada por las fuertes dotaciones. La banca ha tomado buena nota de cara a la recta final del año, mostrando al supervisor un fuerte compromiso con la prudencia para favorecer el levantamiento de las restricciones.
Aún así, las advertencias sobre una deficiente gestión del crédito y la necesidad de mayores provisiones no han dejado de sucederse en las últimas semanas, y el BCE tendrá muy en cuenta este factor cuando hoy anuncie el fin del veto al dividendo.
Remuneración sin daños
Bajo este escenario, el reto para el organismo está, precisamente, en conseguir que los bancos puedan volver a remunerar al accionista al mismo tiempo que aumentan provisiones sin dañar los niveles de capital, que ahora se han visto fortalecidos con una mayor flexibilidad regulatoria que, sin embargo, acabará en algún momento de 2021.
Sin ir más lejos, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) anunció la pasada semana que dejará que las entidades no lleven al ‘cajón de morosos’ los créditos en moratoria hasta el próximo mes de abril.
Algo positivo para el sector, pero negativo si se ‘olvidan’ de que la medida tiene fecha de caducidad.
Y es que las autoridades europeas siguen viendo con preocupación la evolución de la economía en 2021, por mucha vacuna que haya. Todos tienen claro que la ola más fuerte de impagos, más en empresas que en familias, llegará el próximo año, por lo que algunas entidades necesitarían esas mayores provisiones a las anunciadas.
Límites al 'pay out'
Respecto al anuncio de este martes, se han filtrado algunas medidas que podría adoptar el organismo, como limitar a entre el 10% y el 20% el 'pay out' (porcentaje del beneficio que se destina a dividendo) en las entidades que demuestren ser lo suficientemente fuertes para pagar sin perjudicar el colchón necesario para hacer frente a la pandemia.
Todo apunta a que la institución presidida por Christine Lagarde accederá también a tomar sus decisiones entidad por entidad, acabando con el ‘café para todos’ tan criticado por la banca en los últimos meses.
“La restricción de dividendos para todos los bancos sin discriminación no es adecuada. El problema no es si habrá dividendo el año que viene o no, sino la regla de juego que se establezca”, explica Eduardo Areilza, director senior de Alvarez & Marsal. “Si yo creo que voy a tener dividendos pero no sé cuándo me los van a poner y quitar, porque dependemos siempre de un tercero, al final, no quieres estar en banca, sino en otros sectores más seguros en este sentido como, por ejemplo, las telecos”, explican.
Los expertos apuntan a que el BCE debería implantar el modelo americano en el tratamiento de los dividendos, en el que se discrimina entidad por entidad en función de capital y de expectativas de pérdidas.
Según explican desde la firma, la banca de Wall Street realiza un test de estrés con sus modelos internos. “Se parte de un nivel de capital, que se estresa en función del perfil de riesgo y, desde ese colchón de capital restante, los bancos piden una aprobación de su política de dividendos y recompra de acciones que la Fed realiza posteriormente”, apuntan. “Sin embargo, aquí tenemos unos test de estrés que no generan esa vinculación objetiva con la distribución de capital y no hay unas reglas claras”, indican.
Rafael Alonso, analista de Bankinter, coincide en que “las cantidades que se permitirán pagar serán algo más estrictas que las establecidas por Reino Unido la semana pasada”. En concreto, el Banco de Inglaterra ha establecido que las entidades solo puedan pagar el 0,2% de sus activos ponderados por riesgo, o el 25% de los beneficios ajustados por recompras, dividendos y deterioro del fondo de comercio. Una medida que deja la rentabilidad por dividendo del sector tiritando en el 2% según cálculos de Citi.