La banca española se la juega, y mucho, en el éxito de la recuperación económica del país. Y no solo en términos de provisiones frente a la morosidad. Según datos del Banco Central Europeo (BCE), las entidades financieras acumulan más de 260.000 millones de euros en deuda soberana. Una exposición que se encuentra cerca de máximos y que puede perder valor si la hoja de ruta no se cumple según lo previsto.
Las estadísticas del organismo no desglosan los países a los que los bancos están más expuestos, pero tradicionalmente el mayor peso es para los de origen.
Los 260.000 millones de euros que acumulan los bancos españoles en bonos soberanos siguen en zona de máximos de dos años y medio y muy por encima de los 223.954 millones de euros registrados a cierre de 2019, año en el que la exposición a esta clase de activos se redujo en unos 20.000 millones. Es decir, en 2020, la banca española incrementó su riesgo soberano en un 16%.
Las estadísticas del BCE reflejan que fue en junio de 2013, cuando las entidades alcanzaron un máximo de 319.209 millones de euros en bonos de gobierno en cartera, en plena crisis bancaria y de deuda soberana en Europa.
Aunque lejos de aquella situación, la tendencia registrada en 2020 sí ha desencadenado avisos sobre esos viejos fantasmas del pasado, en los que el principal factor de incertidumbre era el círculo vicioso entre deuda soberana y banca.
Cuidado con el mercado
El propio BCE ha advertido en varias ocasiones durante los últimos meses de crisis que el aumento de la deuda pública por la lucha contra la pandemia, podría desembocar en una “revaluación del riesgo soberano por parte de los participantes del mercado”, provocando tensiones en los países más vulnerables.
Y resulta evidente que, por fundamentales, España está en este grupo, con la mayoría de bancos de inversión y firmas especializadas anticipando que será el país que más tarde en recuperar niveles de PIB previos a la crisis.
El problema es que, además de quedar a la cola de Europa, el país podría vérselas con las agencias de calificación crediticia, con el riesgo que supone una rebaja en el rating no solo para la deuda española... y para la valoración de esos bonos en cartera de la banca.
Moody’s ha sido la primera en advertir esta semana de que los bancos de países con alta deuda y riesgo crediticio, en los que incluye a Italia y a España, “continúan siendo muy vulnerables a un incremento en los rendimientos a medio plazo”.
El papel del BCE
En este escenario de lenta recuperación económica, la calificadora deja claro que la evaluación de la credibilidad de la estrategia de los gobiernos para revertir el deterioro fiscal esperado “será un factor clave de las trayectorias futuras de calificación”, que en el caso español se mantuvo a raya en ‘Baa1’ en 2020, con perspectiva estable.
Los riesgos soberanos siempre han estado ahí, pero desde el sector alejan la posibilidad de que se repita un shock similar al vivido hace casi una década. Además, el incremento de la exposición de la banca al riesgo soberano de este año coincide con un momento en el que la política monetaria del BCE ha contribuido a esa tendencia.
La respuesta del organismo contra la crisis ha desembocado en un alud de financiación barata a través de los programas TLTRO. La idea es que las entidades trasladen esos fondos a crédito empresarial y a las familias, pero los bancos también lo han aprovechado para aumentar sus compras de deuda, algo que, a su vez, beneficia a la financiación del Estado.