Unicaja se encuentra inmersa en una reorganización de su red de oficinas con anterioridad a la integración de Liberbank, que está prevista para finales del segundo trimestre o principios del tercero. Como parte de este proceso, el banco andaluz prevé echar el cierre a unas 54 sucursales a partir de la primera semana de mayo, si bien la mitad se reconvertirá en agencias, de forma que el banco continuará ofreciendo el servicio a los clientes de estas oficinas de forma presencial.
Esta medida no se traducirá en una merma de la plantilla, pues los trabajadores que correspondan a estas sucursales serán recolocados en otras, según han explicado a Invertia fuentes de la entidad, que enmarcan este proceso en el plan de reorganización de oficinas que lleva meses en marcha y que se está produciendo también en el resto del sector bancario.
A este proceso se suma, según explican fuentes sindicales, la clausura de otras 42 oficinas de apertura parcial, como denomina el banco a los despachos gestionados por agentes que dependen de otras sucursales y atienden a los clientes solamente algunos días de la semana.
En total, 96 puntos de atención dejarán de funcionar en varias provincias, en su mayoría en Castilla y León, que aglutinará 65 cierres en Salamanca (37) y León (28). En Andalucía se echará la persiana a otras 30 oficinas, principalmente en Málaga (14), sede social del banco, pero también en las regiones occidental (9) y oriental (7). Además, la territorial de Castilla-La Mancha-Madrid experimentará otro cierre.
Este ajuste se llevará a cabo a partir de la primera semana de mayo, según añaden estas fuentes sindicales, que lamentan que parte de las oficinas que bajarán la persiana "están en zonas rurales". En la actualidad, Unicaja dispone de un millar de oficinas en toda España.
Reajuste de la red
Este proceso forma parte del plan de redimensionamiento de la red comercial del que Unicaja ya informó a principios de 2020 en el marco de la presentación de su plan estratégico 2020-2022. Con todo, durante la junta de accionistas celebrada en abril del pasado año, el banco ya adelantó que modificaría sus objetivos para ajustarlos a la nueva realidad económica que surge tras la llegada de la pandemia.
A esta nueva realidad se suma, además, la fusión que Unicaja llevará a cabo con Liberbank, para la que tan solo falta el visto bueno de las autoridades implicadas (BCE, Banco de España, CNMV, CNMC, DGSFP y el Ministerio de Asuntos Económicos).
Una vez recabada la aprobación pública, la nueva Unicaja, que mantendrá su sede en Málaga, tendrá vía libre para registrar la integración legalmente, momento en el que la marca Liberbank comenzará a desaparecer.
Para ello faltan en torno a tres meses, pues desde que se alcanzó un acuerdo para la fusión, las pasadas Navidades, se marcó el final del segundo trimestre o el principio del tercero como horizonte para la integración legal.
Por el momento no se conoce qué afectación tendrá la fusión a las sucursales o a la plantilla, si bien es cierto que las redes comerciales de Unicaja y Liberbank presentan pocas duplicidades por su dispersión geográfica por todo el país.