El Banco de España sigue insistiendo en la necesidad de que los bancos continúen dotando provisiones, pero ha dado un paso más al pedir al sector que realice en 2021 y 2022 un esfuerzo "similar" al del pasado ejercicio. Para el supervisor, aún existe "incertidumbre" en muchos frentes, por lo que la norma debe ser la "prudencia".
Una petición que choca con la actitud de las entidades, que de forma general están lanzado el mensaje de que el mayor esfuerzo de provisiones lo han realizado ya.
"Este año y el que viene deberían hacer un esfuerzo similar", ha explicado el director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, Ángel Estrada, que es consciente, no obstante, de que "algunos bancos están mejor y muy por encima de la media y otros por debajo". El mensaje, por tanto, se envía al sector en su conjunto, pero especialmente a aquellas entidades que han realizado un esfuerzo menor.
El Banco de España insiste en esta cuestión dado que considera que "hay mucha incertidumbre sobre la evolución macroeconómica y sobre las medidas que se están tomando". El supervisor reconoce que el plan de salvación a las pymes puesto en marcha recientemente podría rebajar las provisiones necesarias, si bien, dado que aún no se conoce a qué empresas concretas beneficiará, persiste la "incertidumbre". "El mensaje es que sean prudentes y vayan dotando de forma anticipada", ha añadido Estrada.
El director general ha destacado, además, que los bancos pueden disponer de sus colchones de capital para absorber las dotaciones y en ese sentido ha trasladado que los bancos no deben tener "reticencias" en usarlos si es necesario.
Crecimiento del crédito
Estas declaraciones se producen en el marco de la presentación del último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, que desgrana que el saldo vivo de crédito de las entidades creció en 2020, con especial dinamismo en el primer semestre, debido al fuerte volumen de préstamos concedidos con aval del Estado.
La tasa de crecimiento interanual se situó en el 3,5%, lo que supone el primer avance del crédito bancario en España desde 2008 y "refleja la capacidad que ha tenido el sector bancario de cubrir las demandas de liquidez de hogares y empresas, así como el efecto de las medidas de política económica adoptadas para paliar los efectos negativos de la crisis, en particular los programas de apoyo al crédito".
El crédito nuevo total concedido durante el año pasado a hogares y sociedades no financieras y empresarios individuales superó en un 4,1% al otorgado en 2019, aunque el comportamiento fue dispar en sociedades no financieras y empresarios individuales, donde aumentó un 6,6%, y en hogares, donde se observó un descenso del 5,6%.
El volumen de crédito dispuesto en operaciones vinculadas con las líneas de avales del ICO representó el 18% del total del crédito nuevo otorgado por las entidades el año pasado y el 34% del crédito por nuevas operaciones concedidas a empresas.
Los créditos refinanciados y reestructurados, por su parte, continuaron descendiendo en 2020, pero se moderaron desde el inicio de la pandemia, algo que "podría indicar un mayor uso de los mismos por las entidades para mitigar las dificultades de pago por parte de algunos acreditados", señala el Banco de España.
Desde el supervisor explican que al cierre de 2020 el saldo de créditos en vigilancia especial, es decir, los que tienen posibilidades de terminar siendo impagados, ascendía 82.000 millones en España y supondrían el 7,5% de la cartera total de préstamos a empresas y el 5,2% en hogares. Estos créditos en vigilancia especial se dispararon un 20% el año pasado.
Finanzas públicas
Por otra parte, el Banco de España ha urgido al Gobierno a presentar un plan de consolidación fiscal creíble, aunque a corto plazo siga siendo necesario mantener los estímulos.
"La reconducción de las finanzas públicas en España requerirá de un esfuerzo considerable. Las autoridades deberían diseñar sin más demora un programa creíble y suficiente de consolidación de las finanzas públicas a lo largo de un período dilatado de tiempo, que comience a implementarse tras la salida de la crisis sanitaria y económica", advierte en su último Informe de Estabilidad Financiera.
Pese a las reticencias del Gobierno a presentar un plan de reequilibrio, según la institución considera que con esa hoja de ruta para la consolidación fiscal se favorecería el crecimiento a largo plazo.
Además, también incide en la necesidad de ejecutar con rapidez el reparto de ayudas directas a empresas afectadas por la Covid-19 para ayudar a las empresas viables que tienen problemas de solvencia. También afirma que ese reparto -que articularán las comunidades autónomas- debe hacerse de forma "homogénea" para ayudar a las empresas.
En este sentido, el Banco de España afirma que será necesaria "la flexibildiad en el volumen y uso de los fondos comprometidos para adaptarse a la evolución de la pandemia".
Familias vulnerables
El Informe de Estabilidad Financiera también analiza la situación de las familias y advierte de que la brecha entre hogares vulnerables y el resto se estaría agrandando por la pandemia.
A pesar de que los depósitos indican que la riqueza de los hogares está creciendo por el aumento del ahorro en términos agregados, el Banco de España también detecta que se está aumentando el grado de presión financiera de las familias, especialmente en el caso de las familias más vulnerables.
Todo ello, recuerdan sus economistas, a pesar de que "las medidas de apoyo público habrían contribuido hasta el momento a mitigar estos efectos significativamente" gracias a medidas como los ERTE, las moratorias o el Ingreso Mínimo Vital (IMV).
La tasa de ahorro de las familias está en máximos históricos. Sin embargo, advierte la institución, "es muy probable que el aumento de la riqueza más líquida se concentre en los hogares menos vulnerables. El impacto negativo sobre las rentas del trabajo de los hogares ha variado marcadamente en función de la rama de actividad de su empleo".