El BCE endurece su examen a los directivos de la banca: restará puntos haber estado en una empresa quebrada
Esta circunstancia se tendrá en cuenta para valorar si el candidato evaluado en un fit and proper tiene "buena reputación".
16 junio, 2021 01:43Noticias relacionadas
El Banco Central Europeo (BCE) va a ser cada vez más exigente en sus evaluaciones a los primeros espadas de los bancos bajo su paraguas supervisor, cuyos nombramientos controla a través del "examen" conocido como fit & proper. Próximamente actualizará la guía con los criterios que sigue para darles su aprobado y entre las novedades se encuentra que tendrá en cuenta la participación de un directivo en la quiebra o insolvencia de una entidad u otro tipo de empresa a la hora de evaluar si cuenta con una "buena reputación".
Aunque las entidades financieras sean privadas, el supervisor tiene la obligación de vigilar que los directivos elegidos para sus consejos de administración son adecuados para el puesto que se les quiere asignar con el objetivo de que dirijan las entidades personas que no supongan un riesgo para su funcionamiento y se preserve la estabilidad financiera.
Uno de los últimos aprobados que ha dado a la banca española a través de este fit and proper es el correspondiente al nombramiento de César González-Bueno como consejero delegado de Sabadell. Su incorporación al banco no fue oficial hasta que recabó este visto bueno por parte del BCE, como ocurre habitualmente en estos casos.
Valorar la "buena reputación"
Para obtener ese aprobado, los candidatos tienen que cumplir una serie de requisitos y uno de ellos es tener una "buena reputación", un criterio algo subjetivo que el BCE determina teniendo en cuenta aspectos como que el candidato no tenga un historial delictivo ni investigaciones regulatorias en curso, así como que no esté inmerso en un proceso de justicia civil.
De acuerdo con la nueva guía que el BCE pretende poner en marcha próximamente se tendrá en cuenta también que el candidato haya tenido responsabilidad en un banco u otra empresa que haya entrado en insolvencia o quiebra.
"La participación del candidato en procedimientos de quiebra o insolvencia se tiene en cuenta cuando se evalúa su buena reputación, pues puede indicar una deficiente gestión financiera y de riesgos que no es compatible con la gestión sana y prudente de una entidad supervisada", explica el BCE en el borrador de la guía sometido a consulta pública, tras lo que aclara que se trata "tanto de insolvencia personal como empresarial".
"Y es particularmente relevante cuando el candidato era un miembro del consejo de administración que declaró la insolvencia o requirió de apoyo financiero estatal", añade el supervisor.
En todo caso, para conocer si la insolvencia es resultado de una conducta deshonesta, imprudente o culpable del candidato el BCE pasa la pelota a las autoridades competentes. "Si es así, puede constituir una duda material respecto a la buena reputación del candidato", añade.
Como es lógico, se valorará en función de la responsabilidad que el candidato tuvo o no en la insolvencia de la empresa, así como la existencia de sanciones y la buena conducta desarrollada por el directivo desde que ocurrieran los hechos.
Cinco años
Según explica el BCE, el efecto de una conducta de este tipo sobre la reputación del candidato puede extenderse unos cinco años desde la declaración de insolvencia, si bien todo se valora "caso por caso".
Este requisito se utilizará una vez entre en vigor la guía, que por el momento está en consulta pública hasta el próximo 5 de julio, pues no aparece en la que utiliza actualmente el BCE para sus valoraciones, que se actualizó por última vez en mayo de 2018.
Otros hechos que se valoran para concluir si el candidato goza de "buena reputación" (es decir, si cumple "altos estándares de integridad y honestidad") son si es moroso, si tiene grandes inversiones y préstamos que puedan tener un impacto significativo en su solvencia personal, si no ha sido transparente en su trato con supervisores o si ha perdido un empleo fruto de mala conducta, entre otros.
El borrador de la nueva guía incluye también otras cuestiones a las que se dará más relevancia a la hora de evaluar a los directivos, como el conocimiento y la experiencia en riesgos relacionados con el cambio climático y la diversidad de género.
Rechazar el aprobado
A la hora de dar su aprobado, el BCE puede condicionarlo a un requerimiento de información al candidato o la entidad para ampliar su conocimiento sobre un determinado aspecto o puede directamente negar su visto bueno.
"Si el candidato ya está actuando como miembro del consejo de administración y rechaza dejarlo, el BCE puede utilizar sus poderes supervisores para retirarlo", se explica en la guía, un paso que, en todo caso, requiere que el supervisor emita una nueva decisión.