Hace algunas semanas la posibilidad de volver a ver una huelga en el sector bancario era difícil de imaginar. Ahora tras la celebración de dos en BBVA y CaixaBank este mes y con la convocatoria de una más para este martes en la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, se puede ver a los empleados de este sector (en el que solía reinar la "paz social") dejar su puesto de trabajo durante unas horas. Una imagen que se está convirtiendo en más que habitual.
La plantilla de CaixaBank protagonizó la pasada semana un parón de todo el día con el objetivo de presionar a la entidad para reducir el número de afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y ofrecerles mejores compensaciones económicas y este martes volverá a intentar forzar avances por parte de la empresa en la que ya es la undécima semana de negociación.
Según informan a Invertia varias fuentes sindicales, la representación de la plantilla de CaixaBank ha decidido seguir adelante con la huelga de todo el día prevista para este martes ante el "inmovilismo" de la entidad, que en su propuesta final ha rebajado en un 16% el número de salidas que contempla el despido colectivo (de las 8.291 iniciales a las 6.950 que puso sobre la mesa la pasada semana).
La convocatoria se mantiene a pesar de que CaixaBank decidió el lunes dar un paso adelante y presentar su última oferta dentro del plazo de negociación. Una medida que elimina la cláusula de equilibrio generacional, según la cual al menos el 40% de las adscripciones al ERE debía corresponder a empleados menores de 52 años, uno de los aspectos que durante todo el proceso menos ha gustado a los sindicatos, que exigen total voluntariedad.
No obstante, la última propuesta de la entidad establece algunos límites a la adscripción voluntaria. Más concretamente, restringe a 1.500 las adhesiones de empleados de 54 y 55 años con este esquema de indemnización y a 500 las de trabajadores de 52 y 53 años. Las condiciones económicas son mejores y se fija en el 57% del salario la renta a recibir por los prejubilados (desde los 52 años).
Por el momento, dirección y sindicatos se han acercado poco en estas semanas, pues mientras que la primera pide a los segundos una contrapropuesta con medidas "asumibles" para el banco, los sindicatos no ceden en que tenga que haber despidos forzosos y aún consideran elevado el número de salidas, que serán 6.950. La mayoría (5.974) corresponderá a la red de sucursales.
La huelga de este martes va a coincidir con la celebración de la que es, en teoría, la última reunión de la mesa de negociación, que ha celebrado hasta la fecha dieciséis encuentros en los que las partes han acercado muy poco sus posturas.
Cambios de planes
Hace tres semanas la empresa accedió a ampliar el plazo de negociación hasta este martes para intentar lograr el acuerdo, lo que evitó que la plantilla celebrara una primera huelga el 9 de junio.
Sin embargo, el distanciamiento entre las partes llevó a los sindicatos a retomar sus planes para el pasado 22 de junio. Celebraron una huelga que, según sus propios datos, provocó una caída de la actividad del 90% y obligó a cerrar el 70% de las oficinas.
Dos huelgas en tan solo una semana dejan a CaixaBank en una situación sin precedentes en los últimos años, en los que el banco ha tenido que hacer frente a varios procesos de despido colectivo, todos con acuerdo de la mayoría de la representación sindical. De no llegar a un acuerdo en esta ocasión, el banco se vería obligado a ejecutar el ERE de forma unilateral, una posibilidad que los gestores del banco siempre han rechazado.