Los expedientes de regulación de empleo (ERE) que los bancos han puesto en marcha desde que llegó la pandemia han hecho mella en la "paz social" que ha reinado durante años entre direcciones y trabajadores del sector financiero, en los que las grandes movilizaciones y las huelgas habían sido meramente anecdóticas. Ahora la cosa es muy diferente. Tras el precedente que sentaron los trabajadores de BBVA y de CaixaBank con sus respectivos paros generales en protesta por los ERE, la plantilla de Sabadell se mira en su espejo y no descarta llegar a celebrar una huelga si el banco no cede ante sus planteamientos.
Las movilizaciones, de hecho, van a comenzar esta misma semana. Los sindicatos presentes en la mesa de negociación del ERE de Sabadell, que han unido fuerzas, como hicieron también los de CaixaBank, han hecho un llamamiento a la plantilla para concentrarse en la tarde de este jueves frente a la oficina principal de Banco Sabadell-Herrero en Oviedo, adonde acudirá el presidente de la entidad, Josep Oliu, para entregar el Premio Fundación Sabadell a la Investigación Económica, fallado el pasado mes de junio.
"A partir de ahí iremos in crescendo", advierten en conversación con Invertia fuentes de los representantes de la plantilla, que se encuentran concretando el plan de acción sindical, el cual pasará progresivamente por concentraciones y paros de entre 15 minutos y dos horas "hasta llegar a la huelga". "Nos vemos abocados a salir a la calle para defender nuestros derechos", apuntan los diez sindicatos de la mesa de negociación en un comunicado conjunto.
Los representantes de la plantilla son conscientes del efecto que el parón de 24 horas tuvo en las negociaciones de los ERE de BBVA y CaixaBank y recurrirán a la misma iniciativa si el banco no se compromete a que las salidas sean 100% voluntarias y a través de prejubilaciones y bajas incentivadas.
"Vamos a ir viendo las negociaciones", apuntan estas fuentes, que explican que solamente se movilizará a la plantilla si el banco no da su brazo a torcer, si bien el hecho de que la entidad haya rechazado los planteamientos iniciales de los sindicatos durante el periodo informal de negociación ya supone para ellos una mala señal. Desde el banco no hicieron comentarios.
Rechazo de propuestas
La negociación formal comienza este jueves, pero ambas partes se han sentado a tratar el ajuste de empleo en cuatro ocasiones dentro del plazo informal, en el que la dirección les ha trasladado el número de personas que, según sus estimaciones, debería abandonar el banco (1.936 trabajadores) y de las oficinas que pretende cerrar (320 sucursales más reducción de actividad en otras 176), al tiempo que ha desgranado las motivaciones técnicas y económicas de las que nace este proceso de reestructuración.
Tras conocer estas intenciones, los sindicatos plantearon al banco la posibilidad de que recurriera a un plan de prejubilaciones como el acordado con la plantilla a finales del año pasado para 1.800 trabajadores en lugar de un ERE, pues no comprenden la necesidad de un ajuste de empleo habiendo 2.000 trabajadores en edad de prejubilación.
Tampoco entienden la puesta en marcha de este proceso después de que los resultados correspondientes al primer semestre de este año hayan permitido a Sabadell anunciar la vuelta al dividendo, de la contratación de 200 personas en los últimos meses y de la externalización de trabajos administrativos que, en opinión de los sindicatos, "podrían hacer trabajadores internos del banco".
Estos planteamientos no son válidos para la dirección de la entidad, que traslada a los sindicatos que el grueso de los empleados en edad de prejubilación trabaja en colectivos no afectados por el ERE.
Baja rentabilidad
El banco, además, aduce una necesidad de mejorar la eficiencia en un contexto en el que, pese a lograr beneficios en el primer semestre del año, la rentabilidad de Sabadell cerró en el 3,1%. Además, según cifras de la entidad trasladadas a los sindicatos, la operativa en las oficinas se ha desplomado casi un 70% en los últimos cuatro años.
Para los sindicatos, el rechazo a sus propuestas genera un distanciamiento entre ambas partes. "De todas las medidas propuestas, lo único que han dicho es que podría recolocarse [en empresas del grupo, concretamente en la filial Banco Sabadell Operaciones y Servicios] a 60 personas, apenas un 3% del total, es ridículo", apuntan fuentes de la representación sindical.
Según exponen a este periódico, el banco se ha abierto a priorizar la voluntariedad en las salidas si la plantilla acepta traslados entre provincias bajo la premisa de que los excedentes de empleados de mayor edad no se encuentran exactamente ubicados donde son necesarios los recortes.
Sin embargo, desde la representación de la plantilla tampoco ven esta opción como válida. "No solamente tenemos que negociar las condiciones de los que se van, sino también velar por las de los que se quedan", apuntan.
En la reunión de este jueves, la dirección de la entidad hará entrega a los representantes de la plantilla de toda la documentación necesaria para poner en marcha el proceso y los servicios jurídicos de los sindicatos lo estudiarán después.
El banco quiere zanjar la negociación en las próximas cuatro semanas, durante las cuales ambas partes se sentarán a la mesa en nueve ocasiones con la intención de llegar a un acuerdo, como ha ocurrido en prácticamente todos los ajustes de empleo de la banca de los últimos años. De ambas partes dependerá que este plazo no se alargue, como ocurrió tanto en el ERE de BBVA como en el de CaixaBank, en los que las movilizaciones de la plantilla estuvieron muy presentes.