El consejero delegado de Barclays, James Staley, ha decidido dimitir del cargo ante las conclusiones preliminares de un informe elaborado por los supervisores financieros de Reino Unido sobre sus relaciones con el magnate Jeffrey Epstein, acusado de abuso de menores, informa Europa Press.
El banco y el ejecutivo han subrayado que la investigación no concluye que Staley "viera o fuera consciente de ninguno de los crímenes de los que se acusaba a Epstein".
Epstein fue arrestado en julio de 2019 por cargos de abuso sexual y tráfico de decenas de niñas a principios de los años 2000. Este millonario, quien llegó incluso a codearse en algún momento con personalidades como el príncipe Andrés de Inglaterra --hijo de Isabel II--, Bill Clinton o Donald Trump, fue descubierto ahorcado e su celda de una prisión de Nueva York en agosto de 2019.
El consejo, en contra
El consejo de administración de Barclays ha mostrado su disconformidad con las conclusiones de los reguladores y ha destacado la gestión de Staley desde que fuera nombrado consejero delegado del banco, según informa Europa Press.
Ante esta dimisión, C.S. Venkatakrishnan ha adoptado el cargo de consejero delegado con efectos inmediatos. El ejecutivo era hasta ahora máximos responsable de la división de mercados globales y copresidente de la filial británica. Con anterioridad fue el director de riesgo entre 2016 y 2020.
El consejo ha destacado que llevaba tiempo planeando la sucesión de Staley y que Venkatakrishnan era uno de los candidatos identificados como posible consejero delegado del grupo.
El consejo de administración ha decidido que Staley seguirá cobrando su sueldo fijo de 2,4 millones de libras por año (2,83 millones de euros) durante los próximos 12 meses y que mantendrá la aportación anual de 120.000 libras (141.708 euros) a su plan de pensiones.
De su lado, Venkatakrishnan recibirá un salario fijo de 2,7 millones de libras (3,19 millones de euros), de los cuales el 50% serán en efectivo y el otro 50% en acciones del banco. Los títulos tendrán un periodo de mantenimiento de cinco años antes de poder ser vendidos.