El hecho de que la dirección de Unicaja y los sindicatos alcanzaran un acuerdo sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) hace un mes no significa que se hayan cerrado los flecos laborales que deja la integración de Liberbank. Ambas partes están llamadas a poner en marcha este año un segundo proceso negociador para armonizar las condiciones laborales de todos los trabajadores del banco, es decir, para que los procedentes de Liberbank y los que ya estaban en Unicaja se rijan por un mismo modelo retributivo.
Esta cuestión, por su complejidad técnica, quedó fuera de la negociación del ERE, que culminó el pasado 3 de diciembre con acuerdo entre la dirección y una mayoría sindical (concretamente, del 74,67% de la representación de la plantilla, correspondiente a las organizaciones CCOO, CIC, UGT, CSIF y Sibank).
En el mismo, ambas partes establecen el compromiso de retomar la negociación sobre esta cuestión a partir de enero, con el objetivo de elaborar antes del final de 2022 un modelo retributivo único para toda la plantilla, de acuerdo con el redactado final del pacto suscrito por el banco y los sindicatos, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL-Invertia.
Esta homologación de condiciones es habitual tras la fusión de dos bancos, pero tiene un mayor sentido en la operación que ha dado lugar a la nueva Unicaja, pues la plantilla de Liberbank ha llegado a su nueva entidad con varios modelos retributivos distintos que responden a la procedencia de cada uno de los empleados (Cajastur, Banco Castilla-La Mancha...). Uno de los objetivos de este nuevo modelo va a ser, como se refleja en el acuerdo del ERE, la garantía de que ningún trabajador, con independencia de su entidad de origen, cobre un salario inferior al actual.
El sistema que se pacte finalmente se aplicará progresivamente a lo largo del plazo que se acuerde entre ambas partes y contemplará la utilización por parte de la empresa de mecanismos de absorción y compensación de los conceptos que estuviera percibiendo cada trabajador antes de aplicarse el nuevo modelo. Como parte de esta negociación, dirección y sindicatos tratarán también el tema de la racionalización del sistema de previsión complementaria.
Más de mil peticiones
Antes de que llegue esa segunda negociación, Unicaja está ahora centrada en el proceso de salida de los trabajadores que finalmente se adscriban al ERE, cuya afectación es la única de los grandes ERE del pasado año que no se ha reducido a lo largo de la negociación. El banco andaluz puso sobre la mesa el pasado mes de octubre un despido colectivo que implicaría la salida 1.513 empleados y esta cifra se mantuvo hasta el final.
No obstante, en el acuerdo los sindicatos lograron arrancar el compromiso del banco de que el ERE se limitaría a 1.314 salidas en el caso de que se alcance este cupo con adhesiones voluntarias.
Por el momento, parece que el banco está abocado a limitar en esa cifra el proceso de reestructuración de la plantilla, habida cuenta de que por el momento han pedido apuntarse al ERE un total de 1.063 empleados, según informan a este periódico fuentes del sindicato CIC.
Y la cifra es relevante porque, según refleja el acuerdo del ERE firmado por la dirección de la entidad y los sindicatos, "la solicitud de adscripción podrá ser rechazada por parte de la empresa solamente en el supuesto de que las adhesiones superen el número máximo de extinciones previsto". Es decir, que el banco solo va a poder rechazar las peticiones si son más de 1.314.
La plantilla está cerca de llegar a ese nivel, pues por el momento solo hacen falta 251 solicitudes más y los trabajadores tienen hasta el próximo 15 de enero para cursarlas. De alcanzar ese volumen, no será necesario llegar a los 1.513 despidos que el banco ha puesto sobre la mesa.