La morosidad de la banca española marca mínimos mes a mes, si bien no todos los agentes del mercado se están comportando de la misma forma. Mientras que las familias y las empresas no financieras se mantienen en niveles bajos, las pymes son las que mayor tasa de dudosos presentan, un 7,1% al cierre del verano pasado. Por sectores, los que están en cabeza de estos datos son dos: el de artes y entretenimiento y el de alojamiento y restauración.
Desde el inicio de la pandemia se asumió que, a nivel de solvencia, las pymes serían el sector más golpeado por la paralización de la actividad que trajo el confinamiento y, posteriormente, las restricciones sanitarias.
Así ha sido, como reflejan los datos del sistema financiero que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) publicó el pasado lunes. Con información de las entidades españolas correspondiente al tercer trimestre de 2021, la morosidad bancaria de las pymes se encuentra en el 7,1%, un umbral superior a los registros de diciembre de 2020 (6,7%) y, sobre todo, por encima de la media. Los hogares (3,8%), con sus correspondientes hipotecas (3,1%), y las empresas no financieras (4,9%) bajan ese promedio. Mientras, la morosidad del sistema español se mantiene en el 3,1% según los datos de la EBA.
Dado que ese es el nivel que alcanzan los dudosos de las pymes en un momento en el que la morosidad está estancada gracias a las medidas de apoyo gubernamental, lo previsible es que este volumen aumente con el paso de los meses y, en el caso de las españolas, cuando empiecen a vencer las carencias de los llamados créditos ICO, la financiación con aval del Estado a través de la cual el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y la banca han canalizado 135.382 millones de euros en más de un millón de operaciones.
Para la morosidad promedio, desde Axis Corporate estiman que podría alcanzar entre el 6% y el 6,5% a mediados de este año, como publicó EL ESPAÑOL-Invertia, un nivel que, en todo caso, se encuentra muy lejos del récord histórico, que fue más del doble de esta cifra (13,62%). La de las pymes, claro está, avanzará en mayor medida al ser el segmento más vulnerable y el que más financiación avalada por el Estado ha recibido, pues las empresas de menos de diez empleados han solicitado el 74% del total de las operaciones de créditos ICO.
Ocio y turismo, los más afectados
De los datos de la EBA también se desprende qué sectores son los que tienen una mayor morosidad. Se trata del ocio (artes y entretenimiento) y el turismo (alojamiento y restauración), que han sido los más afectados por las restricciones sanitarias.
Las ratios de activos dudosos de estas dos actividades a cierre de septiembre del pasado año son del 13,3% y del 9%, respectivamente. En el caso del ocio, el nivel representa una subida de 100 puntos básicos en comparación con el registro de junio, si bien el sector del alojamiento y la restauración ha mejorado sus cifras en 60 puntos básicos. La evolución ha sido similar a nivel agregado en toda la banca europea.
En el lado contrario, entre los sectores con menor nivel de dudosos se encuentran el de información y comunicación (3%), el eléctrico (3,2%), la industria (4,4%) y el inmobiliario (3,9%).
Ante la cada vez más próxima llegada de las carencias de los créditos ICO, que provocarán un repunte en la morosidad, las pymes españolas tienen la opción de solicitar al banco una alternativa antes de entrar en impago. Para ello, además de la negociación individual de cada cliente con su entidad, el Gobierno diseñó un Código de Buenas Prácticas con tres tipos de soluciones: ampliación del vencimiento, conversión del crédito en préstamo participativo o quita.
Sin embargo, como adelantó EL ESPAÑOL-Invertia hace semanas, tras meses en marcha las empresas a las que se concedió financiación con aval del Estado apenas están pidiendo que se les apliquen las medidas alternativas al impago que diseñó el Gobierno y plasmó en ese Código de Buenas Prácticas. Todos los ojos del sector están puestos, por tanto, en la evolución que tendrá la morosidad desde mediados de este año.
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