Los principales bancos y aseguradoras del país (salvo BBVA) se encuentran actualmente estudiando la oferta que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) les remitió hace unos días para comprarles sus participaciones en la Sareb. El interés principal de las entidades es poder computarse los créditos fiscales (DTA, por sus siglas en inglés) correspondientes a las pérdidas que les ha generado su inversión en la Sareb, pero esto solo será posible si se mantienen en el capital de la compañía hasta su liquidación, por lo que ahora van a querer desprenderse de lo mínimo posible.
Eso sí, para que el Estado logre hacerse con el control de la compañía el sector bancario deberá traspasarle al menos un 1%, pues las cuentas no le salen al FROB solo con la compra de la participación minoritaria de las aseguradoras y de Iberdrola Inmobiliaria, que no llega al 3,2% en conjunto. Un porcentaje insuficiente, dado que el Estado necesita sumar a su actual participación (45,9%) más de un 4% para ser el accionista mayoritario.
El FROB se puso en contacto con todos los accionistas privados de la compañía semipública la pasada semana con el objetivo de comunicarles su intención de comprar sus participaciones hasta convertirse en el titular de la totalidad del capital. Ahora los bancos y las aseguradoras están estudiando si quieren aceptar esta oferta, que propone un precio simbólico por sus acciones (menos de 200 euros en total, lo que valora el capital total de la compañía por debajo de los 400 euros), y qué porcentaje están dispuestos a vender. Deben dar al FROB una respuesta en un plazo cercano a un mes.
Para los bancos la decisión no es nada fácil. Aunque sus participaciones, al igual que las del resto de accionistas, ya no valen nada, si quieren tener el derecho a computarse los créditos fiscales correspondientes a las pérdidas por esta inversión tendrán que mantenerse en el capital de la Sareb hasta el final de su vida, lo que está previsto para 2027.
Un horizonte de liquidación que se marcó en el momento de su creación, hace casi diez años, y que el Gobierno ha decidido mantener pese a haber realizado recientemente una modificación de su régimen jurídico (el Ejecutivo podría decidir extender su vida más allá de ese límite, pero para ello debería aprobar una nueva normativa en el seno del Consejo de Ministros que lo modificase y, previamente, en teoría, obtener el visto bueno de Bruselas). Este cambio legal habilita al Estado para tener más de un 50% en el capital de la Sareb.
Participación mínima
En este contexto, la idea de algunos bancos es deshacerse ahora de una participación mínima, la justa para que el FROB tome el control de la Sareb, y mantenerse en el capital con el resto durante los próximos cinco años, explican fuentes financieras. Cada banco tomará su decisión de manera individual, pero lo cierto es que las cuentas salen con un porcentaje muy bajo.
Las participaciones de las aseguradoras y de Iberdrola Inmobiliaria suman un total del 3,14% y el FROB necesita más de un 4,1% para tener una participación de control, por lo que, aunque lograra convencer a estos accionistas minoritarios, tendría que hacerse con en torno a un 1% de la participación conjunta de la banca. O más si no todas las aseguradoras deciden vender.
En el capital de la Sareb están presentes quince bancos. Las participaciones mayoritarias corresponden a Santander (22,23%), CaixaBank (12,24%) y Sabadell (6,61%), pero también invirtieron Kutxabank (2,53%), Ibercaja (1,43%), Bankinter (1,37%), Unicaja (1,27%), Cajamar (1,21%), Caja Laboral Popular (0,59%), Banca March (0,4%), Cecabank (0,34%), Banco Cooperativo Español (0,32%), Deutsche Bank (0,3%), Targobank (0,06%) y Banco Caminos (0,06%). Es notoria la ausencia de BBVA, que desde el principio decidió no invertir en la compañía.
Por su parte, diez aseguradoras apoyan el capital de la compañía con participaciones muy pequeñas. Las más altas corresponden a Mapfre (1,1%), Mutua (0,66%) y Catalana Occidente (0,33%), mientras que el resto (AXA, Generali, Zurich, Santalucía, Pelayo, Reale y Asisa) tienen participaciones cercanas a cero.
Pese a que estas compañías han perdido toda la inversión realizada (que tienen provisionada, en todo caso), hace unos días desde su patronal defendían la creación de la Sareb como "una decisión de Estado". "Todo el sector financiero fue apelado para colaborar en aquella decisión, que fue tomada por un gobierno, pero que fue una decisión de Estado", apuntaba Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa.
La portavoz del sector reconocía, además, que tenía "mucho sentido" la decisión del Gobierno de tomar el control de la compañía, una opinión que existe también en el sector bancario, por lo que el FROB no debería tener muchos problemas para lograr ese 4,1% que le hace falta para convertirse en accionista mayoritario.
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