La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, que es tan buena cazadora como su padre, cuando va de montería financiera siempre dispara con una escopeta de dos cañones. Mejor dos piezas que una con el mismo esfuerzo. Ahora, y tras dejar que circulara el nombre de Belén Romana como candidata para presidir la AEB, ha mostrado su gran baza: Alejandra Kindelán, prima por matrimonio del Rey Felipe y sus dos hermanas.
Desde que se casó con Alfonso Galobart en 1998, en una ceremonia a la que asistió la Infanta Cristina, Alejandra pertenece a la rama de los Borbones, descendientes directos de Alfonso XIII, a través de la abuela de su marido, Giovanna Marone-Cinzano y Borbón, hija a su vez de María Cristina de Borbón tras el matrimonio morganático de esta con el viudo conde de Marone-Cinzano.
Las relaciones dentro de las distintas familias que tienen a Alfonso XIII y a Victoria Eugenia de Battenberg como padres, abuelos y bisabuelos siempre se han mantenido dentro del respeto que hacia los herederos directos a la Corona han guardado, tanto en la persona de Don Juan de Borbón como del Rey Juan Carlos, más allá de los altibajos matrimoniales de sus componentes.
Su propia suegra se separaba de Jaime Galobart para casarse años más tarde con Luis Sánchez Merlo, expresidente de Astra, la compañía que cuenta con 45 satélites de comunicaciones, y hombre de la absoluta confianza de Leopoldo Calvo Sotelo tras la salida de Adolfo Suárez de la presidencia del Gobierno. Y, más importante, fue uno de los consejeros de la Sareb a propuesta conjunta de Santander y CaixaBank.
Nacida en Caracas, Alejandra entró a trabajar en el departamento de Estudios de Banco Central Hispano (ahora Santander) -y después pasó al Servicio de Estudios y Public Policy de la entidad- bajo la responsabilidad entonces de Luis Abril, que había desembarcado en la entidad junto a Alfredo Sáenz desde el intervenido y posteriormente comprado Banesto. Uno de los mejores aprendizajes de la realidad financiera y de la importancia de las relaciones públicas y la comunicación en España para la persona que llegaba desde un puesto en el Banco Mundial.
La elección de Santander
El próximo 5 de abril se convertirá en la sucesora de José María Roldán merced a los pactos no escritos que vienen funcionando desde la propia fundación de la AEB y tras la salida de su primer presidente, Rafael Termes: los dos grandes bancos, Santander y BBVA, se alternan en la elección del presidente y hasta ahora han sido procedentes en su mayoría del Banco de España.
El gran proyecto que Alejandra Kindelán tendrá que abordar desde la Asociación, al margen de mejorar la reputación del sector, será negociar con Isidre Fainé, presidente de la CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorro) para intentar convencerle de la tan ansiada unificación de las dos grandes patronales del sector, un proyecto que lleva años esperando y que no ha sido posible por las diferencias entre los pertenecientes a ambas asociaciones. Desde el propio Banco de España se vuelve a insistir en la idea.
Desde la CECA, al igual que ya sucediera en julio del año pasado, se insiste en que esa fusión de las patronales no tendría mucho sentido, tanto por las diferencias de tamaño de las mismas como por la distinta composición de las entidades que las forman. Con el expresidente de CaixaBank y actual presidente de su Fundación como cabeza visible de la Confederación es muy difícil que se vaya a abordar el proyecto a corto plazo, pese a que fue el propio Fainé quien en 2010, al llegar a la presidencia de la CECA, propuso esa fusión.
Desde los bancos, con el Santander de Emilio Botín y el BBVA de Francisco González a la cabeza, se opusieron, secundados por el Banco de España -con Miguel Ángel Fernández Ordóñez de gobernador- y el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, en el que Elena Salgado ocupaba la vicepresidencia y la cartera de Economía, y el proyecto se abandonó.
Diferencias
Ahí sigue, con algunas diferencias notables que miembros de la Confederación insisten en destacar: mientras la AEB les cuesta dinero a sus asociados, en la CECA ocurre todo lo contrario, lo que significa un menor coste para las entidades, que cuentan con una presencia importante dentro de la Agrupación Europea de Cajas de Ahorros y
Bancos Minoristas, y del Instituto Mundial de Cajas de Ahorros y Bancos Minoristas, dos instituciones donde la representación española tiene la vicepresidencia y la presidencia.
Ahora el reto de convencer a la CECA será trabajo de Kindelán, que para tomar los mandos de la patronal deberá dejar su puesto en Santander. En el mismo se encarga de coordinar la posición de la entidad en materias como la regulación financiera y el análisis macroeconómico y financiero en colaboración con los equipos locales del grupo.
También es responsable Kindelán de coordinar las relaciones con stakeholders institucionales y la presencia de Santander en foros internacionales. Actualmente, además, es miembro del comité de dirección sobre regulación efectiva del Institute of International Finance, así como de distintos consejos consultivos en entidades académicas y económicas en España, como Fedea, la Escuela de Organización Industrial o la Fundación de Estudios Financieros.