El pago fraccionado no deja de crecer y Apple no quiere perder este tren. El gigante de Silicon Valley ha anunciado que ofrecerá a sus clientes un servicio de buy now, pay later -BNPL, por sus siglas en inglés, o "compre ahora y pague después", en español-. Una iniciativa con la que plantará cara a las compañías que controlan el sector, como Klarna, pero también desafiará las dudas de unos reguladores que ya han puesto el foco en esta forma de pagar.
El gigante tecnológico anunció el lunes durante su Conferencia Anual de Desarrolladores, entre otras actualizaciones, la puesta en marcha de un servicio de BNPL, Apple Pay Later, que estará disponible este año para sus clientes de iPhone y Mac de Estados Unidos. Mientras, lo probará con una serie de usuarios cualificados.
Los consumidores podrán aplazar el pago de sus compras hasta en cuatro cuotas repartidas en seis semanas sin comisiones ni intereses. El servicio funcionará con la red de Mastercard y con Apple Pay y estará disponible tanto para compras online como para las realizadas en tiendas físicas. Como paso previo a su entrada en este mundillo, Apple adquirió el pasado mes de marzo la fintech británica Credit Kudos con el objetivo de profundizar en el mundo de los pagos.
Apple se suma así a un servicio financiero que se ha puesto muy de moda en los últimos años entre todo tipo de entidades y que permite a los clientes aplazar el pago de sus compras en varias cuotas, en muchas ocasiones de forma gratuita y aunque se trate de pequeños importes.
Un servicio que se ha visto impulsado por el auge del comercio electrónico que se ha vivido en los últimos años y, especialmente, tras la llegada de la Covid. De hecho, hay quien opina en el sector que esta explosión se mantendrá en los próximos años hasta llegar a suponer un cuarto del total de los pagos que se producen en e-commerce en Europa.
Presión sobre la competencia
Con esta incursión, Apple planta cara a los gigantes del mundo de los pagos y el buy now, pay later, como PayPal, Afterpay, Affirm o Klarna, que precisamente se encuentran en estos momentos lidiando con "la presión de los inversores", según recogía el lunes el diario Financial Times.
Un reto al que se suman los que asolan al resto de entidades financieras, como la ralentización del crecimiento económico y las subidas de los tipos de interés, que en el caso de Estados Unidos comenzaron ya en marzo y que en la zona euro están a punto de llegar.
No en vano, el incremento del precio del dinero, junto al elemento que pretende neutralizar, que es la inflación desbocada, disminuye la disposición a consumir de los clientes. Por otra parte, es cierto que en momentos de difícil coyuntura económica el pago aplazado de compras de pequeño importe puede ser de mucha utilidad para los consumidores.
En Estados Unidos Apple competirá, entre otros, con el gigante Klarna, que no está pasando, precisamente, por su mejor momento. La mayor fintech europea acaba de anunciar el despido del 10% de su plantilla, unos 700 trabajadores, tras considerar que el escenario con el que habían proyectado sus previsiones había cambiado con la invasión rusa de Ucrania y la elevada inflación.
Estados Unidos es el segundo mercado por ingresos de la fintech (el primero es Suecia, su país de origen), algo que se debe, en parte, a los múltiples acuerdos que mantiene con marcas como Net-A-Porter, Bloomingdales, Macy's, Converse, Ralph Lauren, Pandora o Nike. En todo el mundo tiene 147 millones de clientes y al cierre de 2021 alcanzó un beneficio operativo de 1.600 millones (+38%).
Affirm, otro de sus competidores en Estados Unidos, perdió 521 millones de dólares en los primeros nueve meses del año y tiene ya 12,7 millones de clientes (+137% en un año).
De llegar a Europa en algún momento, la compañía de Cupertino se enfrentará, asimismo, a Klarna, pero también a otros competidores, como las fintech Afterpay y Clearpay, la plataforma de pagos PayPal, el gigante del comercio electrónico eBay o las emisoras de tarjetas Visa y Mastercard.
En Europa este servicio recaudó más de 1.000 millones de euros en 2020 y más de 930 millones en el primer trimestre de 2021, de acuerdo con un informe de Exton Consulting. Los países con mayor penetración del BNPL son Suecia (cuna de Klarna), Francia, Reino Unido y Alemania.
La vigilancia del supervisor
El auge que está registrando esta actualización del pago aplazado ha despertado el interés de las autoridades, que ya han comenzado a diseñar su regulación, como en el caso de Reino Unido, donde el Gobierno ha decidido tomar medidas para proteger a los compradores.
"La decisión del Gobierno de incorporar el Buy now, pay later a la regulación mitigará los riesgos al dar a la Financial Conduct Authority [la CNMV británica] vigilancia sobre los proveedores de buy now, pay later y permitiendo a la gente elevar sus quejas al Financial Ombudsman Service [el defensor del pueblo británico] si algo va mal", apuntaba el Ejecutivo de Reino Unido el pasado mes de febrero.
En Europa los reguladores también trabajan sobre esta idea y se espera que en unos meses pueda existir una regulación al respecto. Los principales focos de atención son evitar las compras impulsivas, proteger a los consumidores e impedir el endeudamiento excesivo.
No en vano, actualmente no existen límites para aplazar pagos de compras, por lo que puede generarse un endeudamiento encubierto sobre el que los reguladores y las propias compañías que ofrecen estos servicios apenas pueden tener control. Y el cliente debe ser consciente de que aplazar un pago genera una deuda con el comercio.
Todo lo contrario a lo que ocurre con el crédito, pues su desarrollo es monitorizado por los supervisores y existe por parte de la entidad que lo concede una valoración previa de la solvencia del cliente y un análisis de riesgo. Además, los impagos de préstamos quedan registrados y dificultan el siguiente acceso a un crédito.
Así, es posible que un cliente disponga de muchos aplazamientos de pagos en diferentes aplicaciones o entidades sin que exista un registro que permita advertir del riesgo de un excesivo endeudamiento.
"Comprar y pagar luego es muy tentador, pero puede fomentar la compra impulsiva, y por ello hay que poner sensatez para no terminar endeudándose en exceso", advierte, por su parte, el Banco de España, que recuerda que algunos de estos servicios pueden ofrecerlos entidades que se escapan a su supervisión.
De acuerdo con un reciente informe de Receeve, esta modalidad de pago deja, principalmente, tres consecuencias sobre el sector financiero: aumento del gasto de los consumidores, incremento del endeudamiento de las entidades y disminución de la cuota de mercado de otros productos de crédito.
La incursión de la banca española
En cuanto a los grandes bancos españoles, es posible que también se conviertan algún día en competencia de Apple si su servicio llega a Europa, aunque por el momento están dando sus primeros pasos en este mercado.
La mayor apuesta es la de Santander, que lanzó hace algunos meses en Alemania Zinia, una plataforma de buy now, pay later que en España estará disponible a finales de este año, como adelantó Patricia Benito, directora general de Openbank, durante la segunda edición de 'Wake up, Spain!', foro organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y D+I.
Otras entidades también han lanzado sus propias soluciones, como Plazox, una aplicación que permite aplazar pagos en compras online y físicas a los clientes de BBVA, Santander, Unicaja, Bankinter, Ibercaja, Caja Rural, Kutxabank y Cajasur.
Fuera de la banca tradicional, en España también ofrecen estos servicios compañías como PayPal, Clearpay o Sequra.
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