La rentabilidad media de los grandes bancos del país está ya muy cerca del 10%, un umbral al que durante años ha querido llegar el sector para superar el coste de capital, es decir, la rentabilidad que los inversores exigen cuando invierten en acciones bancarias. El momento ha llegado, pues durante el primer semestre los bancos han logrado alinear su rentabilidad con el coste de capital.
A lo largo de la primera mitad del actual ejercicio, la rentabilidad -medida a través del ROE- promedio de los bancos del Ibex 35 fue del 9,8%, es decir, más alta que el 8,2% cosechado en las mismas fechas del año pasado y muy cerca del 10%, nivel en el que en los últimos años se ha situado al coste de capital de la banca.
Lo cierto es que no se trata de una medida exacta, sino que varía de banco a banco y no tiene un valor oficial. Desde la Autoridad Bancaria Europea (EBA) consideran que el CoE (coste de capital por sus siglas en inglés) está situado entre el 8% y el 10% para la mayoría de los bancos europeos, según se desprende de su informe Risk Assessment del pasado otoño, que se basa en una encuesta al sector. De hecho, tres cuartos de los bancos afirmaron que su coste de capital estaba por encima del 8%.
Hasta el 14%
Un nivel que está en línea con la rentabilidad que han alcanzado los grandes bancos durante el primer semestre en promedio, si bien a nivel individual se observan cifras más altas. En cabeza se pone BBVA, que a nivel de grupo logra una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del 14,1%, por encima de la registrada un año antes (10,4%).
Por detrás, también a nivel consolidado, Bankinter alcanza una rentabilidad del 11,55% en el primer semestre del ejercicio 2022 (versus un 9,55% del año pasado) y Santander un 10,98% (frente del 9,53% del año pasado).
Ya por debajo del umbral del 10% se encuentran CaixaBank, con un ROE del 6,8% (en comparación con el 8,2% del primer semestre del pasado año), y Sabadell, con un 5,7%, por encima del registro de la primera mitad de 2021 (3,1%).
La rentabilidad ha sido durante años el caballo de batalla de los supervisores bancarios, que en cada ocasión posible han instado a las entidades financieras a mejorar sus ratios de rentabilidad buscando la eficiencia y nuevas fuentes de ingresos en un entorno de tipos de interés negativos.
Escudo, reto y riesgo
Y es que la rentabilidad es el primer escudo de la banca ante una crisis y la principal garante de la estabilidad financiera. "El reto y el riesgo número uno", como decía José Manuel Campa, presidente de la EBA. Tanto que "una banca no rentable acaba creando un problema de estabilidad", en palabras de Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.
También los propios banqueros han reconocido en numerosas ocasiones que la baja rentabilidad era un lastre (coger depósitos "claramente a día de hoy es una actividad deficitaria", decía hace algunos meses Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank) algo que achacaban como motivo principal al escenario de tipos negativos. Y el tema ha vuelto a salir en los lamentos del sector en relación con el nuevo impuesto.
Pues antes de que la reciente subida del precio del dinero se empiece a notar en sus cuentas, los grandes bancos españoles ya han cumplido con su cometido. Incluso con pandemia, con guerra de Ucrania y con incertidumbre sobre la situación macroeconómica.