En un contexto de subida de los tipos de interés, los bancos están volviendo poco a poco a remunerar a los clientes particulares por sus depósitos a plazo fijo. De momento la tendencia es lenta y se circunscribe a la banca pequeña y los neobancos, pues las entidades más tradicionales se están quedando fuera, al menos de momento.

En todo caso, esta vuelta de los intereses a los depósitos se está trasladando ya a los datos agregados del sistema, como se desprende de los registros del Banco de España.

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El último dato disponible corresponde a junio (es aún provisional) y refleja que el interés ponderado que la banca paga a los clientes por los nuevos depósitos a plazo es del 0,067%, frente al 0,043% registrado en enero de este año.

La subida en el mes es muy limitada -del 0,056% de mayo al 0,067% de junio-, pero lleva al pago por estos depósitos a plazo a niveles que no se veían desde 2017. En aquel momento los depósitos a plazo aún no habían desaparecido de los catálogos de la banca y, además, ofrecían rentabilidad, al contrario que en los últimos años.

Estancamiento

Lo cierto es que el interés medio ponderado de estos depósitos lleva años prácticamente estancado por debajo del 0,1% y hay que remontarse a hace casi diez años, a 2013, para ver una rentabilidad promedio por encima del 1%. El año anterior los datos de nuevas operaciones arrojaban un interés medio del 2,83%.

Un nivel muy alejado del actual, pues ese interés corresponde a los nuevos depósitos que se están contratando y hay que recordar que la oferta actual es muy poco rentable.

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En los catálogos de los bancos españoles no se encuentran intereses superiores al 1,5% (sube al 2% si recurre a entidades extranjeras, contratables a través de plataformas como Raisin). A ese nivel llegan entidades como Renault Bank o EBN, si bien los bancos más tradicionales o no ofertan depósitos o los pagan con rentabilidades mínimas.

Desagregando por periodos, los depósitos a un año dan una rentabilidad de únicamente el 0,01%, un nivel en el que llevan estancados desde 2020 -no dan rentabilidad superior a un 1% desde 2013-. Los depósitos a entre uno y dos años rentan una media del 0,45% y los de más de dos años, el 0,07%.

Si se observa el interés al que se remuneran los saldos vivos (es decir, todos los depósitos que tienen los españoles en la actualidad, no solo las nuevas concesiones), el dato provisional de junio se sitúa en el 0,04%, nivel en el que lleva todo el año estancado, de acuerdo con los registros del Banco de España.