La subida libre del Euríbor está asustando a muchos clientes que firmaron hipotecas variables ante la incertidumbre sobre el nivel al que podría llegar y, por tanto, cuánto podría encarecerse su cuota en el momento de la revisión (semestral o anualmente). Es por eso que las entidades están recibiendo un alud de peticiones de los clientes para cambiar su hipoteca variable a fija.
Cientos de clientes que firmaron hace tiempo una hipoteca variable están acudiendo en masa a sus entidades para intentar pactar un cambio a fija. Una opción que conlleva un pequeño coste y, en ocasiones, podrá provocar un cambio de banco.
En Rastreator, donde disponen de un servicio de intermediación hipotecaria, han percibido un incremento del 75% en este tipo de subrogaciones en septiembre y explican a este periódico que se está produciendo una "avalancha" de peticiones a la banca. Desde Help My Cash confirman que los clientes han elevado considerablemente las peticiones de cambio de modalidad de hipoteca a los bancos.
Fuentes financieras dejan clara esta tendencia, aunque desde algún banco explican a este periódico que notaron más la explosión de peticiones en los meses previos al verano, cuando el Euríbor ya estaba marcando máximos de los últimos años.
Aún es difícil poner cifras al número de operaciones de cambio de variable a fija que se están formalizando realmente, dado que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrece los datos con un cierto decalaje de unos tres meses.
¿Sale rentable?
En esta situación la tipología de cada cliente es muy variada. Por una parte, están aquellos que firmaron su hipoteca variable antes de la crisis de 2008 y los que lo hicieron justo después.
Los primeros, además de tener más capital amortizado al ser su hipoteca más antigua, la firmaron a intereses que podían llegar a Euríbor +0,35%. Su "necesidad" de cambiar a fija no es tan urgente como la del resto.
Y es que los que, por el contrario, suscribieron sus préstamos en la crisis financiera o justo después, hacia el año 2012, tienen intereses del entorno de Euríbor +1,65%. La diferencia entre ambos es sustancial, por lo que son los segundos los que más interés están mostrando en cambiar el tipo de su hipoteca.
Los expertos recomiendan medir muy bien si compensa hacer el cambio. No en vano, el Euríbor está subiendo mucho en los últimos meses, pero en los próximos podría bien continuar su ascenso, bien frenarse o bien caer.
En el mercado no se atreven a hacer demasiadas previsiones y dejan la evolución futura del Euríbor en manos de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que podría volver a subir los tipos en 75 puntos básicos el próximo mes de octubre.
Por esta razón, aunque se realicen muchas consultas sobre cambios de hipotecas, no todas llegarán a convertirse en operaciones. El principal motivo es que los tipos fijos que ahora ofrecen los bancos no van a bajar del 2% y el cambio tiene un coste, por lo que es posible que a algunos clientes no les resulte rentable. Aunque todo dependerá del capital que tenga pendiente cada cliente y de lo que se le ofrezca.
Tanto si se hace una subrogación (cambio de banco) o una novación (cambio de condiciones de la hipoteca en la misma entidad), el banco no podrá cargar más de un 0,15% del capital restante si se hace en los tres primeros años del préstamo; si los supera, el coste será cero.
Eso sí, hay que tener en cuenta que si se cambia de banco deberá realizarse una nueva tasación de la vivienda, lo que tiene un coste. Y, según los expertos, en la mayoría de los casos se produce un cambio de banco, dado que la entidad, tras años de bajadas de cuotas, no está dispuesta a ofrecer un interés fijo muy bajo.
Presión a los hipotecados
El Euríbor no deja descansar a los clientes que firmaron hipotecas variables. El miércoles este índice volvió a marcar nuevo récord de los últimos años al alcanzar el 2,4% en tasa diaria, de forma que la media provisional de septiembre se sitúa ya en el 2,083%, en máximos desde hace más de una década.
En este contexto, en las últimas semanas han surgido algunas propuestas por parte de los grupos políticos para evitar que estos hipotecados vean minado gravemente su poder adquisitivo al producirse esta subida del Euríbor mientras se mantiene la inflación elevada.
Más concretamente, Unidas Podemos ha puesto sobre la mesa un límite a las hipotecas variables durante un año (hasta Euríbor +0,1%) para familias vulnerables, mientras que ERC ha propuesto crear un fondo de rescate para aquellos que firmaron hipotecas vinculadas al Euríbor.
Dos propuestas que dejarían fuera a los que suscribieron hipotecas fijas, es decir, que asumieron pagar intereses más caros a cambio de que sus cuotas no estuvieran sometidas a las fluctuaciones del Euríbor. Unos movimientos que durante años han beneficiado a aquellos con hipotecas variables, una situación que ahora se da la vuelta.
Es por eso que la propia Nadia Calviño, vicepresidenta económica, se ha hecho eco de lo que supondría esta diferencia a la hora de legislar solo para los que tienen hipotecas variables, que ostentan el 75% del total de préstamos a la compra de vivienda que quedan vivos de este país.
"Este Gobierno tiene que gobernar para todos para los ciudadanos que suscribieron una hipoteca tipo variable, pero también para aquellos que decidieron protegerse ante la normalización de los tipos de interés que se viene anunciando desde 2018", explicó la también ministra el miércoles durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso.