El Euríbor vuelve a marcar en octubre un récord desde hace más de una década, como viene siendo habitual en los últimos meses, lo que deja por el camino una cadena de encarecimiento de las cuotas de las hipotecas variables, que van a ser especialmente fuertes en estos dos últimos meses del año. Con todo, desde el sector financiero se considera que el impacto en número de clientes de la subida de este índice, que está aún en línea con la media histórica (entre el 2% y el 3%), va a ser limitado.
El índice al que está referenciada la mayoría de las hipotecas variables en España ha cerrado octubre en el 2,629%, es decir, por encima del nivel de septiembre (2,2%). Aunque la subida del décimo mes del año (menos de medio punto porcentual) no ha sido tan fuerte como la del noveno (un punto porcentual), la histórica subida que se registra en el acumulado del año se amplía algo más.
El nivel al cierre de octubre es también superior a los de hace seis y doce meses, cuando el Euríbor estaba anclado en torno al -0,5%. Esto significa que las hipotecas variables a las que les toque revisión con esta referencia inevitablemente se encarecerán.
Final de año
A pesar de que el índice lleva sumido en una vertiginosa escalada desde principios de año, lo cierto es que el golpe más fuerte lo van a empezar a notar aquellos que tengan una hipoteca variable y deban revisar la cuota en noviembre y diciembre, porque lo harán con la referencia de septiembre y octubre, respectivamente.
Esto es así porque, como explican desde el sector, las hipotecas variables se reprecian con el Euríbor de dos meses antes, un pequeño decalaje que está retrasando el mayor golpe hasta final de año.
Así, aquellos que han revisado la cuota en septiembre han utilizado la referencia de julio (0,992%) y tanto si su revisión era anual como semestral tendrán que asumir casi 1,5 puntos porcentuales de subida -en julio del año pasado y enero de este el Euríbor se encontraba cercano al -0,5%-. Por este mismo motivo, aquellos que revisen en noviembre lo harán con la referencia de septiembre, mucho más alta.
"Esto tendrá un impacto significativo a partir de noviembre y de ahí en adelante", afirmaba José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander, durante la última presentación de resultados del banco, celebrada la pasada semana.
Como ejemplo, tomando como referencia una hipoteca de 150.000 euros a 25 años firmada a Euríbor +0,99%, el encarecimiento con la referencia de octubre sería de unos 230 euros al mes, lo que supone más de 2.700 euros al año.
No obstante, el importe de la subida depende de las condiciones de cada hipoteca a nivel individual, lo que convierte en infinita la casuística de los clientes que tengan firmada una hipoteca variable.
Impacto limitado y gestionable
Desde la banca se asume que el impacto será, en todo caso, limitado. Es cierto que en España en torno al 75% de las hipotecas vivas están firmadas a tipo variable, pero también lo es que la mayoría corresponde a préstamos suscritos hace años, en los que ya se ha devuelto gran parte del capital prestado y que en muchos casos fueron firmados en un momento en el que el Euríbor estaba por encima del nivel actual.
No en vano, en los últimos años, en los que el índice ha estado cayendo y en negativo, la mayoría de las hipotecas firmadas lo ha sido a tipo fijo. En agosto (último dato oficial disponible) las fijas representaban aún el 71,9% de las nuevas hipotecas firmadas y eso que llevan meses encareciéndose. Y es que, como informó EL ESPAÑOL-Invertia, los clientes siguen pidiendo la modalidad que da más estabilidad.
"En la cartera generada más sensible, la mayoría [de las hipotecas] está [firmada] a tipo fijo", apuntaba Álvarez, de Santander, que añadía que "las cuotas aún no han subido mucho". "Los problemas siempre surgen con las hipotecas nuevas y si hay desempleo, porque desaparece la fuente de ingresos. Ahora mismo no tenemos un escenario en el que haya habido una diferencia material", añadió.
"A día de hoy no estamos recibiendo llamadas ni inquietud", apuntaba, por su parte, María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, en su presentación de resultados, añadiendo que el perfil medio de cliente de la entidad es de renta media o medio-alta.
César González-Bueno, su homólogo en Sabadell, señalaba que "entre aquellos que tienen más principal por pagar son muchos menos los que tienen tipo variable. Son muchos menos los que van a sufrir un incremento más acusado de los tipos por tener una parte de capital más alta por pagar. El importe vivo de las hipotecas más antiguas es de la mitad que las hipotecas nuevas, tienen menos capital y por tanto su subida de cuota será relativamente menor".
Para el banquero, en todo caso, se tratará de una situación "perfectamente gestionable" por parte del sector, algo en lo que coincidía Onur Genç, su homólogo en BBVA: "Pensamos que el tema de las hipotecas en España no va a ser excesivamente grave".
Un acuerdo con el Gobierno
En todo caso, para aquellos clientes que pudieran verse en una situación de vulnerabilidad, la banca está negociando con el Gobierno cómo ampliar el Código de Buenas Prácticas de deudores hipotecarios para que incluya la situación actual, en la que la subida tan rápida del Euríbor puede poner en problemas a algunos clientes.
Actualmente, este Código, al que están suscritos prácticamente todos los bancos desde hace una década, recoge soluciones para aquellos clientes que no pueden pagar su hipoteca.
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En el mismo se contempla que la banca tiene un mes para dar respuesta a una persona que solicite una reestructuración de su deuda hipotecaria y, si se encuentra en riesgo de exclusión, debe ofrecerle condiciones que el cliente pueda afrontar para devolver el préstamo. También incorpora la dación en pago, es decir, entregar la vivienda a cambio de cancelar la deuda, una solución de último recurso.
Por el momento, la propuesta que está sobre la mesa de negociación entre la banca y el Gobierno pasa por ampliar el vencimiento de las hipotecas que se hayan encarecido al menos un 30% y cuyas cuotas superen el 40% de los ingresos de la familia, que en ningún caso podrán ser mayores a 24.318 euros.
Las negociaciones siguen en marcha y, como ya informó EL ESPAÑOL-Invertia, el objetivo del Gobierno es tener este acuerdo suscrito cuanto antes, tras lo cual el mismo se incorporará a la legislación a través de un real decreto-ley.
Según explican a este periódico fuentes conocedoras, el acuerdo "está cerca" y la intención del Ejecutivo es llevar el nuevo real decreto-ley a Consejo de Ministros antes de que acabe noviembre.
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