Una persona introduce una moneda en una hucha.

Una persona introduce una moneda en una hucha. Cottonbro, Pexels.

Banca

Letras, depósitos, cuentas o fondos: por qué es importante invertir el ahorro para combatir la inflación

Los expertos recomiendan diversificar la inversión y no dejar el dinero aparcado para que no pierda valor con la subida de los precios.

4 septiembre, 2023 02:48

"La inflación es el asesino silencioso de la economía y los ciudadanos. Destruye la confianza en la moneda y los ahorros". Con estas palabras ejemplificaba una banquera hace unos meses el efecto que el fuerte crecimiento de los precios durante los últimos dos años tiene sobre el dinero de las familias. Aparcar los ahorros en una cuenta bancaria o bajo el colchón puede sonar muy protector, pero en tiempos de inflación no parece ser la mejor idea, pues esta no hace más que devaluar el dinero que no se mueve para evitarlo.

En España el IPC anual ha hecho un viaje de ida y vuelta desde febrero de 2021, cuando aún se situaba en 0%. Su avance empezó a coger fuerza medio año después, superando previsiones mes a mes hasta alcanzar su pico en julio de 2022, en el 10,8%. El retroceso posterior llevó a la inflación a caer hasta el 1,9% el pasado junio, pero la batalla no está ganada: en julio ha repuntado al 2,3% y en agosto, al 2,6%.

Son tiempos de crecimiento de los precios y, por tanto, de devaluación de los ahorros, en los que los inversores no deben despistarse si no quieren que su dinero les sirva para adquirir cada vez menos cosas. "La inflación erosiona el poder adquisitivo de una determinada divisa. Por ello, los inversores necesitan invertir para proteger su capital", explica con mucha claridad a EL ESPAÑOL-Invertia Didier Borowski, director de Estudios de Política Macroeconómica del Instituto Amundi.

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Un capital que ha crecido en los últimos años. La pandemia, por las restricciones al consumo que trajo, generó un ahorro forzoso que engrosó las cuentas de los españoles, especialmente las de aquellos con mayores rentas.

El crecimiento de los precios, especialmente el de los bienes de primera necesidad, junto al endurecimiento de las condiciones de financiación por la subida de los tipos de interés han obligado a muchos españoles a ir liberando ese ahorro, ya sea gastándolo o devolviendo préstamos anticipadamente, especialmente las hipotecas.

Sin embargo, mucho dinero acumulado sigue aún en manos de los españoles. La tasa de ahorro -la parte de la renta disponible bruta que se guarda y no se gasta- es ya del 11,8%, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística, correspondientes al primer trimestre del año. Una cifra que está lejos de los registros de la pandemia, pero que supera a los anteriores a la llegada de la Covid-19.

Algo que ha llevado a que los depósitos de las familias estén en niveles máximos, pese a las recientes caídas. El récord se tocó en diciembre del año pasado, cuando el volumen se situaba en algo más de un billón de euros, según los datos del Banco de España. Al cierre de julio eran aún de 984,8 millones, lo que supone que en lo que va de año han caído casi un 2%, pero se sitúan aún en cifras muy elevadas.

El dinero conservador

Un clásico entre los españoles es dejar el dinero aparcado en un depósito a plazo, uno de los productos más conservadores que hay. El sistema es sencillo: se coloca una cantidad determinada en el producto y, vencido el plazo del mismo (que puede ser tres, seis, nueve, doce, veinticuatro meses), se recibe un interés.

Un producto de fácil comprensión y, sobre todo, de riesgo cero, que tenía un gran éxito hace algunos años, antes de que los tipos de interés se pusieran en negativo. Pasada esa fase y con la subida del precio del dinero rondando el 4% muchos españoles esperaban poder recuperar esta vía de rentabilizar el dinero, pero se han encontrado la puerta cerrada en los grandes bancos.

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Algunas entidades, especialmente las más pequeñas y las digitales, sí han recuperado estos productos y ofrecen rentabilidades interesantes, superiores incluso al 3%, pero los grandes bancos, que dan servicio a la gran mayoría de los clientes del país, se resisten a entrar en la batalla de los depósitos.

Es por eso que las familias han buscado otras vías para poner su dinero a trabajar y el Tesoro, con sus famosas letras, ha resurgido como gran competidor de las entidades. Con escenas cuasi bizarras para estos tiempos de banca digital, como las que protagonizaron los cientos de españoles que hicieron colas ante el Banco de España a principios de año para comprar estos valores, las letras han ido cogiendo protagonismo durante los últimos meses.

Decenas de personas hacen cola para contratar Letras del Tesoro, en el Banco de España, a 3 de febrero de 2023, en Madrid (España).

Decenas de personas hacen cola para contratar Letras del Tesoro, en el Banco de España, a 3 de febrero de 2023, en Madrid (España). Carlos Luján Europa Press

Detrás de su atractivo se encuentra el interés que ofrecen, que en la última subasta fue del 3,535% para las de plazo de tres meses, del 3,665% a seis meses, del 3,7% a nueve meses y del 3,682% a doce meses. Valores mucho más altos que el interés medio que se paga por los depósitos a un año: 2,36%, casi el mismo que el promedio de todos los plazos (2,33%). Tanto han interesado a las familias que estas ya tienen en sus manos casi un cuarto del total en circulación, más que los bancos y el Banco de España juntos.

Otra alternativa para poner el dinero a trabajar de forma conservadora, asumiendo poco riesgo, son los seguros de ahorro, un producto a caballo entre un depósito y un seguro de vida que permite al cliente obtener una rentabilidad tras depositar un dinero determinado. Al vencimiento de la fecha establecida en el contrato la aseguradora devuelve al cliente el dinero si sigue vivo.

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Estos productos también han hecho la competencia a los bancos que no ofrecen depósitos. Las cifras son claras: las aseguradoras vieron las primas de estos seguros dispararse un 71,6% en en tan sólo los cinco primeros meses del año. No es de extrañar, pues ofrecen rentabilidades cercanas al 3%, que al lado de los depósitos son altas.

Para quien tenga una aversión al riesgo que le impida confiar en estos productos siempre existirá la opción de las cuentas remuneradas, en las que solamente es necesario depositar dinero (que puede variar y sacarse en cualquier momento) a cambio de un rendimiento. Los grandes bancos ofrecen intereses de hasta el 5%, pero no es gratis, sino que está condicionado a vincularse a la entidad con la domiciliación de la nómina, de los recibos o la contratación de otros productos.

El dinero que se arriesga

Todos estos productos atraen a los clientes más conservadores, pero no dejan de ser una forma de sacar un cierto rendimiento al ahorro que bate por muy poco a la inflación, que actualmente está en el 2,6% y repuntando. Es por eso que los expertos recomiendan invertir, más que sencillamente ahorrar, en tiempos de inflación.

La salida de depósitos que se desprende de los datos del Banco de España indica que algo se está moviendo en el dinero de los españoles. La inquietud de las familias por la falta de depósitos con remuneraciones atractivas en los grandes bancos, así como un empujoncito por parte de las entidades, están llevando a la gente a sacar el dinero que tenían aparcado en el banco para llevarlo a fondos de inversión.

Ante la falta de oferta de depósitos a plazo, los grandes bancos aconsejan a sus clientes llevar el ahorro a productos que consideran de mayor valor. Productos que, además, aportan comisiones a las entidades, algo que los depósitos no hacen.

Las cuentas de los grandes bancos correspondientes al primer semestre del año reflejan que estos aumentaron un 5,13% su saldo en fondos de inversión en España en la primera mitad del año, hasta 253.019 millones de euros. Mientras, redujeron su volumen de depósitos en España (no sólo de las familias, sino también de las empresas) un 2,7%, hasta 1,193 billones de euros.

En qué invertir

Pero, ¿cómo elegir el producto con el que luchar contra la erosión del valor del dinero? "Con la inflación bajando desde un nivel mucho más alto, pero con cierta incertidumbre en torno a la trayectoria futura, los bonos pueden ofrecer valor a los inversores, mientras que la renta variable tiene un precio al menos parcial para esos rendimientos más altos, por lo que puede ser un buen momento para invertir", explica a este periódico Rubén García Paez, director general para Iberia y Latam de Columbia Threadneedle Investments.

La clave está en no poner todos los huevos en la misma cesta. En su opinión, "siempre hay riesgos en la inversión, pero a largo plazo suele ser mejor invertir de forma diversificada, con asignaciones tanto a la renta variable como a la renta fija".

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Este experto considera que, "al entrar en un periodo de aumento de la inflación, la inversión que puede conservar su valor es la renta variable, sobre todo las empresas capaces de repercutir las subidas de precios a sus clientes para compensar el aumento de los costes, y los bonos ligados a la inflación, cuando el mercado valora una inflación inferior a la prevista por el inversor, aunque también es importante tener en cuenta el rendimiento real".

Y es que "no todas las compañías tienen la misma capacidad para repercutir en sus precios de venta los aumentos de los costes. En consecuencia, algunas compañías (las que disponen de un poder de fijación de precios) se han beneficiado de la inflación", añade Borowski, de Instituto Amundi. Algo a tener en cuenta si se quiere invertir en renta variable.

La oportunidad de la renta fija

¿Y qué hay de la renta fija? García Paz destaca que, inmediatamente después de un periodo de aumento de la inflación, los rendimientos de la renta fija son mucho más elevados, pues reflejan unos tipos de interés más altos.

"Esto ofrece a los inversores la oportunidad de aumentar sus asignaciones a la renta fija, con el potencial de proporcionar mayores ingresos y ofrecer cierta diversificación frente a sus asignaciones a la renta variable para un escenario en el que el crecimiento económico se ralentice y la renta variable obtenga peores resultados", aporta el experto de Columbia Threadneedle Investments.

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Para Blanca Comín, directora de Wealth y Banca Privada de Amundi Iberia, en un entorno de subida de tipos, alta volatilidad e incertidumbre geopolítica y económica, la clave está en los fondos monetarios y de renta fija a corto plazo.

Los puntos fuertes de estos productos, en opinión de esta experta, son tres: "Su perfil equilibrado de rentabilidad/riesgo respecto a los depósitos bancarios, su amplia diversificación dada la multitud de instrumentos y emisores del mercado monetario y de renta fija y su capacidad potencial de amortiguar la volatilidad de otras clases de activos". Además, son vehículos con un marco regulado y de control de riesgos, es decir, son instrumentos transparentes y líquidos.

Un abanico de opciones de inversión sin duda muy amplio con el que poner el dinero a trabajar y que no pierda valor en tiempos de inflación. Y es que guardar el dinero en el colchón no siempre es la mejor opción.