Mujer metiendo dinero en una hucha.

Mujer metiendo dinero en una hucha. iStock

Banca

Depósitos a plazo, letras del Tesoro, fondos o bolsa: dónde llevar el dinero en tiempos de tipos de interés a la baja

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Con la de hace unos días, ya son cuatro las bajadas de los tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) ha acometido en este ciclo. Y en este escenario son muchos los que se preguntan dónde deben colocar su dinero para que no pierda su valor aparcado en la cuenta del banco... o debajo del colchón.

La economía española ha vivido durante los últimos años un fuerte proceso de desinflación. El crecimiento de los precios llegó a ser del 10% en el verano de 2022 y desde entonces ha sido posible recortarla hasta el 2,4%. Pero eso no significa que no exista y, si no se pone remedio, los ahorros que no se pongan a trabajar terminarán devaluándose, aunque a menor ritmo que hace dos años.

El catálogo de los numerosos bancos, gestoras y plataformas de inversión que operan en España es vasto y en el mismo se pueden encontrar productos como depósitos a plazo, cuentas remuneradas, letras del Tesoro, fondos de inversión o planes de pensiones, entre otros muchos. Pero, ¿cuál conviene más en tiempos de tipos de interés a la baja?

Empezando por el ahorro sin riesgo, hay que tener en cuenta que el contexto actual está llevando a los bancos a reducir considerablemente la rentabilidad que ofrecían hace meses por sus cuentas remuneradas o depósitos. Al menos de los productos que no obligan a acatar ninguna vinculación con la entidad, ya sea cumpliendo requisitos o mediante una suscripción que implique el pago de una cuota mensual.

Así, si se busca no estar atado al banco o encontrar un producto gratuito, en estos momentos es imposible encontrar cuentas que ofrezcan más de un 2,85% TAE o depósitos a un año que den más de un 3,2% TAE. Rentabilidades que aún baten la inflación, pero que se reducen cada día.

Los muy conservadores no batirán al IPC

Y algo similar ocurre con las letras del Tesoro. La bajada de los tipos de interés también se está reflejando en la rentabilidad de este producto, que se hizo muy popular a principios de 2023 al ofrecer rendimientos que superaban el 3%.

Su nulo riesgo animó a muchos ahorradores de espíritu conservador a hacerse con ellas, aunque esa iniciativa implicara esperar largas colas ante la puerta del Banco de España.

Ahora, sin embargo, la rentabilidad está a la baja y ya hace semanas que bajó del 3%, algo que ocurrió por primera vez en dos años. La última subasta de este producto en el Tesoro se saldó con retornos del 2,58% para las letras a tres meses y del 2,384% para las de nueve.

"En un contexto de tipos a la baja, tanto las letras del Tesoro como los depósitos a plazo fijo pierden atractivo en términos reales, puesto que los rendimientos ofrecidos por estos instrumentos tienden a ser inferiores a la inflación esperada", explica Javier Puerto, director de Inversiones de Caser Asesores Financieros, a EL ESPAÑOL-Invertia.

En su opinión, aunque las letras del Tesoro están ofreciendo rentabilidades en línea con otros países europeos, "la inflación subyacente interanual se mantiene en el 2,7% -en España es del 2,4% ya-, por lo que se produce una pérdida de poder adquisitivo en términos reales".

"Para evitarlo, debemos ser conscientes de que la única forma es asumir más riesgo", añade este experto.

Entonces, ¿hay que renunciar a los productos de ahorro sin riesgo por su baja rentabilidad? No necesariamente. La clave está en el perfil de inversor o ahorrador de cada uno.

"Estos instrumentos, junto con cuentas remuneradas o fondos monetarios, siguen siendo recomendables para los inversores más conservadores o aquella parte de la cartera equiparable a liquidez, de la que podemos necesitar disponer en un horizonte temporal más cercano", añade Puerto.

Monedas de euro en un frasco.

Monedas de euro en un frasco. Roman Wimmers, Unsplash.

Por su parte, Pablo Salvador, jefe de Estrategia de Ibercaja Gestión, explica a este periódico que "para personas muy conservadoras puede tener sentido en la medida en que la seguridad les compense la baja rentabilidad conseguida". "En todo caso, difícilmente podrá batirse a la inflación con ese tipo de inversiones", advierte.

En su opinión, existen alternativas "con un elevado grado de certidumbre y seguridad", como los fondos de rentabilidad objetivo y los perfilados más conservadores, que "pueden ser mejores opciones a la ahora de, como mínimo, conseguir igualar o batir la inflación".

Entrar en bolsa

Si se está dispuesto a subir el nivel de riesgo, una opción es invertir en bolsa para intentar arañar algo de rentabilidad mientras el precio del dinero va disminuyendo cada vez más.

"Invertir en renta variable es interesante en un contexto de tipos de interés a la baja, especialmente si el recorte se interpreta como un estímulo para el crecimiento económico", apunta el experto de Caser.

Pero, ¿dónde entrar? "Sectores más cíclicos, como autos, retail y consumo discrecional suelen ser los más beneficiados, ya que el crédito más barato impulsa tanto el consumo como la expansión empresarial", explica Puerto.

El aterrizaje en el mundo de la bolsa puede hacerse directamente, invirtiendo en bolsa desde un bróker o un banco o bien a través de un fondo de inversión que esté posicionado en renta variable.

Diversificar, diversificar, diversificar

Si se opta por invertir a través de fondos o planes de pensiones, desde Ibercaja Gestión recomiendan no quedarse con un solo activo. "Nuestro mantra tanto este año que acaba como el que viene es que es necesaria la vuelta a la diversificación", explica Salvador.

En su opinión, es necesario volver a un posicionamiento en carteras mixtas, "idealmente a través de fondos perfilados o fondos mixtos", con el objetivo de poder contar "con el soporte de la renta fija, a la vez que podremos optar, a través de la renta variable, a rentabilidades más atractivas a futuro".

Eso sí, para Salvador "el paso hacia las carteras mixtas, con mayor protagonismo de renta variable, ha de ser progresivo". Este experto ve como puntos optimistas para 2025 el "crecimiento resistente" de Estados Unidos y la "tendencia positiva a largo plazo" de Europa.

"Este entorno, junto a la previsible aplicación de políticas desreguladoras por parte del gobierno de Trump, a una inflación moderada y a unos bancos centrales que continúan con sus políticas expansivas definen un marco favorable para los mercados de renta variable. En todo caso, como decimos, el paso ha de ser progresivo, aprovechando oportunidades de entrada que a buen seguro se irán produciendo", añade.

En cuanto a la renta fija, el atractivo va a depender del momento del año del que se hable.

"En la primera parte del año los mercados de renta fija continuarán beneficiándose de la política de relajación monetaria, en una economía con menores inflaciones y un crecimiento modesto pero estable. Sin embargo, en la segunda mitad de año, las bajadas provocarán que el nivel alcanzado por las curvas ofrezca ya un menor valor relativo y por ello pensamos que la renta variable ofrecerá mejores oportunidades", explica Salvador.

En este contexto de bajada de los tipos de interés, los instrumentos de renta fija más beneficiados serán los bonos con plazos más largos, precisamente por su sensibilidad a la evolución del precio oficial del dinero, como explica el experto de Caser.

"Para inversores minoristas, es recomendable tomar exposición a renta fija a través de fondos de inversión, que nos permite diversificar entre distintos emisores tanto corporativos como gobiernos, teniendo una gran cantidad de opciones disponibles acotadas con distintos rangos de vencimientos", añade Puerto.

¿Amortizar hipoteca con los ahorros?

Pero, más allá de productos concretos, hay quien puede pensar que la mejor opción para colocar el ahorro del banco es amortizar anticipadamente la hipoteca. Lo cierto es que esta fue una alternativa interesante en 2022 y 2023, cuando se eliminaron por ley las comisiones que implica hacerlo.

Ahora, sin embargo, si compensa o no pagar lo que queda de la hipoteca con anticipación dependerá, sobre todo, de las condiciones que se tengan en el préstamo.

Si el interés es muy alto, es posible que sea más interesante amortizar cuanto antes (o, al menos, renegociarlo con el banco), pero si se paga un interés bajo -y por bajo se puede entender en torno a un 2%- probablemente salga más rentable invertir ese dinero y arañar una rentabilidad superior, algo que es posible, incluso, con productos muy conservadores que apenas conllevan asunción de riesgo.