El impuesto y la Autoridad del Cliente Financiero, los dos primeros (e incómodos) temas de Cuerpo con la banca
El nuevo ministro tendrá que decidir también el futuro de la participación del Estado en CaixaBank.
31 diciembre, 2023 03:14El sector bancario puede respirar tranquilo tras el último movimiento de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha elegido como nuevo ministro de Economía, Comercio y Empresa a un técnico que la banca conoce muy bien, Carlos Cuerpo, la mano derecha de Nadia Calviño en los últimos años. Una cara conocida con la que la banca tendrá que bregar en algunas batallas incómodas, como la creación de la Autoridad del Cliente Financiero o la prórroga del impuesto a la banca.
Los últimos años de la economía española no han sido fáciles, pero el Gobierno y los bancos han conseguido entenderse bien... casi siempre. Los acuerdos sellados por ambas partes en materia de inclusión financiera de los mayores, las personas con discapacidad y el entorno rural son un claro ejemplo de entendimiento, pero Calviño traspasa a Cuerpo la cartera con varios asuntos espinosos en el frente, que serán, además, los primeros que deberá tratar con las entidades.
Uno de los primeros proyectos que el nuevo ministro de Economía va a abordar será la creación de la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero. La intención de Calviño era aprobar el anteproyecto de ley correspondiente antes de final de año -precisamente el plazo de audiencia pública del mismo terminó el día antes del útimo Consejo de Ministros de 2023-, si bien la cargada agenda del gabinete del pasado miércoles, con el macrodecreto anticrisis, lo impidió.
La creación de esta autoridad, a la que obliga una directiva europea transpuesta hace ya seis años, ha sido un empeño de Calviño, que el año pasado tuvo que ver cómo el proyecto decaía a escasos días de su aprobación definitiva en el Senado debido a la convocatoria de las elecciones generales.
La ya exministra quiso poner en marcha sus engranajes de nuevo hace un par de semanas y será Cuerpo el que lleve el proyecto (de nuevo) al Consejo de Ministros y lo defienda en el Congreso.
Va a ser el cuarto ministro por cuyas manos pasará alguno de los distintos anteproyectos que han visto la luz para crear esta autoridad, tras Luis de Guindos, Román Escolano y la propia Calviño.
La banca ha criticado duramente durante los últimos años la creación de esta nueva Autoridad. En opinión de las patronales y los propios banqueros, el proyecto solamente servirá para aumentar las reclamaciones y la burocracia, al asumir funciones que ya realizan el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), dependiente del propio Ministerio de Economía.
Dar la cara por el impuesto
El segundo gran tema que Cuerpo tendrá que tratar con la banca será la extensión del impuesto extraordinario, que en un principio solamente iba a durar dos años y que el Gobierno acaba de ampliar a uno más con la vocación de hacerlo más adelante permanente.
Aunque es cierto que la política fiscal depende del Ministerio de Hacienda, también lo es que la relación con la banca recae principalmente en el Ministerio de Economía, por lo que será Cuerpo el que tendrá que afrontar los lamentos del sector.
No será fácil, habida cuenta de que hay pocos asuntos ante los cuales los banqueros hayan sido más claros. "Discriminatorio", "confiscatorio", "injusto", "un ataque", "un tiro en el pie"... son sólo algunos de los adjetivos que la banca ha dedicado a este impuesto que ahora se va a ampliar.
Es posible que el próximo año las entidades decidan, de nuevo, recurrir la liquidación del tributo. Este año lo han hecho, a lo que se ha sumado la impugnación por parte de las patronales ante la Audiencia Nacional de la orden ministerial que crea el tributo.
Darse la mano
Sin embargo, no todo van a ser enfrentamientos. Lo cierto es que durante la etapa de Calviño al frente de Economía el Gobierno y la banca no han tenido una mala relación, sino más bien altibajos.
La parte positiva ha venido de los acuerdos a los que ambas partes han llegado, como los protocolos de inclusión financiera (para mayores, personas con discapacidad y población rural) y las medidas de apoyo a las familias con hipotecas variables.
De hecho, Cuerpo, en su discurso de toma de posesión de la cartera de Economía el pasado viernes, confesó que la mejor medida del Gobierno durante su etapa al frente del Tesoro había sido el protocolo de inclusión financiera de la población mayor y con discapacidad.
"Este ha sido uno de los elementos más gratificantes para mí en los últimos años", reconoció.
Otros retos
Además de los temas más espinosos, Cuerpo deberá tomar las riendas en ciertos asuntos pendientes que ha dejado Calviño. Uno de los más importantes es el futuro de la participación del 16% que el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tiene en CaixaBank.
Una participación que viene de los tiempos de Bankia, integrada en el gigante bancario hace algo más de dos años, y que se prevé deshacer en algún momento.
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"De lo que se trata es de optimizar el punto de desinversión para maximizar el retorno para los contribuyentes. Desde el principio la estrategia ha sido, y sigue siendo, la desinversión", explicaba el propio Cuerpo hace un año en una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces. El plazo máximo de la desinversión se ha ido ampliando en numerosas ocasiones en la última década. Además, ahora el Ejecutivo ya no se cierra tanto a ser un accionista clave en empresas privadas.
La sorpresa ha llegado con Telefónica. La entrada del grupo saudí STC en su accionariado ha terminado llevando al Gobierno a decidir tomar parte en su capital. Hace apenas diez días el Ejecutivo dio mandato a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para adquirir hasta un 10% del capital de la teleco.
¿Podría el Gobierno cambiar de opinión respecto a CaixaBank y terminar quedándose en el capital del banco? A partir de ahora queda en manos de Cuerpo y su equipo, que por el momento sigue siendo el de Calviño, elegir entre que el Estado se quede en el capital de la entidad o salga de ella.
En la decisión pesarán tanto el valor en bolsa de la entidad como las posibilidades de que lo aumente en el futuro. Y hay que tener en cuenta que no vienen buenos tiempos para el sector bancario, cuya valororación siempre se ve penalizada por la incertidumbre.
Aunque los amplios beneficios del sector continuarán, al menos durante unos meses, en algún momento se verán afectados por el inicio de los recortes de los tipos de interés, que podría tener lugar ya a mediados de 2024, según las previsiones del mercado. De hecho, la incertidumbre sobre este aspecto ya les ha pasado factura en las últimas dos semanas.