La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC), Cani Fernández, en una Comisión de Economía, Comercio y Transformación Digital en el Congreso de los Diputados el pasado septiembre.

La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC), Cani Fernández, en una Comisión de Economía, Comercio y Transformación Digital en el Congreso de los Diputados el pasado septiembre. Jesús Hellín Europa Press Madrid

Banca

Pymes, pagos y cajeros: los puntos sensibles de la opa de BBVA a Sabadell que preocupan a la CNMC y podrían frenarla

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La opa que BBVA lanzó sobre Sabadell hace seis meses ha dado un giro esta semana con la publicación del razonamiento de la autoridad de Competencia para llevar su análisis sobre la operación a fase 2. El organismo que preside Cani Fernández tiene preocupaciones en varios segmentos sobre los que impactaría la hipotética fusión que amenazan con que la autorización no salga finalmente adelante.

Hace ya casi dos semanas, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) decidió realizar un análisis más profundo del impacto de la posible integración entre ambos bancos tras la opa. Así, finalizó su estudio en la fase 1 y pasó a la fase 2.

Apenas unos días después, la autoridad de Competencia publicó una nota sucinta en la que daba a conocer los detalles de su decisión y los motivos que le llevaron a rechazar algunos de los compromisos propuestos por BBVA.

Y es que existen ciertos aspectos de la hipotética integración que preocupan a la CNMC. Preocupaciones que la autoridad trasladó al banco, el cual le remitió de vuelta una serie de compromisos con la intención de subsanarlas.

Sin embargo, la CNMC considera que estas iniciativas del banco son "insuficientes", poco concretas o que, sencillamente, es necesario más tiempo para analizar si pueden ser de utilidad. Todo para evitar problemas de competencia en varios aspectos, especialmente tres: financiación a pymes, negocio de pagos y acceso a cajeros.

Financiación a pymes

El tema más relevante sobre el que la CNMC muestra preocupación es el impacto que la operación podría tener en los clientes empresariales, especialmente las pymes, que son el negocio estrella de Sabadell y el principal elemento que atrae a BBVA a la hora de plantearse comprar la entidad.

En el estudio que la CNMC llevó a cabo en la fase 1 concluyó que no era posible saber si la operación afectaría al crédito a las pequeñas y medianas empresas, pero sí constataba que "la presencialidad sigue siendo un elemento relevante para las pymes y que la operación produce una significativa concentración y elimina una fuerza competitiva relevante en varios mercados infranacionales".

"Esta Dirección de Competencia no puede descartar que la operación genere un riesgo de efectos unilaterales horizontales en forma de reducción del crédito a pymes, singularmente en aquellos ámbitos en los que la entidad resultante adquiere una posición significativa", añadía la autoridad.

El banco presentó una serie de compromisos para minimizar estas preocupaciones de la CNMC.

En el caso del crédito a pymes, prometió garantizar la continuidad de las líneas de capital circulante (créditos con plazo de terminación o renovación igual o inferior a un año) que Sabadell tuviera vigentes en todo el territorio español durante 18 meses, salvo deterioro financiero. También mantener, durante 18 meses, todo el volumen de crédito a las pymes que no tengan otro proveedor financiero distinto a BBVA o Sabadell.

Sin embargo, para la CNMC no fue suficiente. La autoridad concluyó que, pese a estos compromisos, "no se puede descartar que el hecho de que se apliquen precios medios nacionales en la concesión de nuevo crédito a pymes pueda empeorar las condiciones actuales de determinadas pymes".

"Tampoco se dispone de toda la información que se considera necesaria, en este caso, para poder concluir que el compromiso presentado para abordar el riesgo de reducción de crédito a pymes sea adecuado y efectivo y permita, en el tiempo de duración previsto, la adaptación a la estructura de mercado derivada de la operación", añadía.

Si la CNMC obligara finalmente a BBVA a vender el negocio de pymes para que no haya problemas de competencia, es muy posible que el banco se echase atrás con la operación, pese a todo, pues se trata de una línea roja para la entidad. Y BBVA ya ha amenazado con hacerlo.

Pagos

El sector de la financiación a pymes, pese a ser el más relevante de la operación, no es el único que preocupa a la CNMC. La autoridad también detectó durante su fase 1 que la fusión llevaría al nuevo banco a tener una cuota de mercado superior al 30% a nivel nacional en el mercado de TPV, convirtiéndose en el líder.

Y se generarían problemas de competencia, según la CNMC, que cree, además, que las fintech no tendrían fácil intentar competir debido a los programas de fidelización de los grandes bancos y a su propia notoriedad.

"No se puede descartar que la entidad resultante, tras eliminar a un competidor importante, tendrá un incentivo y la capacidad para empeorar las condiciones comerciales de estos servicios mediante el incremento del precio al comercio que demanda servicios de adquirencia", concluyó la CNMC.

El compromiso presentado por BBVA en este aspecto fue, directamente, la desinversión de los excesos de participaciones estatutarias en las compañías de gestión de pagos de Sabadell. Una iniciativa que, no obstante, la Dirección de Competencia considera "insuficiente", pues "adolece de concreción y no permite concluir que puede resolver de forma completa y efectiva el problema identificado".

Cajeros

El tercer gran punto sensible que pone en jaque la autorización de la CNMC es el acceso a los cajeros automáticos. Y es que actualmente Sabadell cuenta con varios acuerdos con otros bancos para poder utilizar sus máquinas, como la red Euro6000.

"No ha sido posible descartar que, al menos a corto plazo, la operación genere efectos negativos para un determinado grupo de clientes" de Sabadell, explica la CNMC en la nota sucinta.

Para evitar este riesgo, BBVA se comprometió a mantener el acceso al parque de cajeros de Sabadell a todos los clientes de las entidades pertenecientes a red Euro 6000 durante un periodo de 18 meses o, en su caso, hasta la fusión de las partes (en caso de que BBVA ponga fin al acuerdo existente entre Sabadell y los bancos de la red Euro 6000).

Estos tres elementos preocupan por el momento a la CNMC, que, como dice en su nota sucinta, necesita más tiempo para analizarlos. Es su trabajo determinar si la operación de fusión entre ambas entidades va a generar problemas de competencia y subsanarlos, ya sea aceptando compromisos propuestos por BBVA o imponiendo condiciones.

Todo esto antes de dar voz al Gobierno. Hay que recordar que el hecho de que la CNMC haya decidido pasar a fase 2 implica que el Consejo de Ministros podrá pronunciarse sobre las condiciones impuestas. Y puede imponer las suyas propias bajo determinados supuestos. Un elemento que añade incertidumbre a la operación.

"Será clave entender si BBVA satisfará la próxima tanda de requerimientos de la CNMC o se echa atrás", valoran los expertos de Barclays en un reciente informe. Y es que desde el banco azul ya han amenazado con no llevar a cabo la operación si las imposiciones de la CNMC (o del Gobierno) restan valor a la misma.