OHL cerró 2018 con unas pérdidas de 1.529,8 millones de euros, frente a los 12,1 millones que perdió en 2017, lastrado por resultados no recurrentes como, por ejemplo, la venta del negocio de concesiones, que restó 550,5 millones, o proyectos fallidos por valor de 235,3 millones.
Las ventas bajaron el 6,9%, hasta 2.954 millones de euros, debido fundamentalmente a la menor actividad en construcción, según las cuentas remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por la compañía, que en 2018 vendió OHL Concesiones a IFM por 2.158 millones (fondos que destinó a reducir deuda) y una plusvalía de 48 millones.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) arrojó un saldo negativo de 448,5 millones de euros, frente a las pérdidas brutas de explotación de 66,5 millones registradas en 2017, afectado muy negativamente por la revisión de los proyectos que han penalizado los márgenes de Construcción e Industrial.
De cara a 2019, OHL explica que será un ejercicio de transición "con mayor visibilidad de recuperación y con unos claros objetivos de generación de caja" en el que las ventas se situarán, según sus previsiones, en entre 2.500-3.000 millones, el ebitda superará los 45 millones y la cartera de pedidos se moverá en niveles de entre 5.500 y 6.500 millones.
"La compañía mantendrá el foco en contar con una cartera rentable con Ebitda positivo y generación de caja, siguiendo el camino iniciado en el cuarto trimestre de 2018", ha subrayado OHL, cuya liquidez a 31 de diciembre era de 1.033,3 millones y un endeudamiento neto negativo de 346,8 millones, lo que equivale a una posición de caja positiva.
El grupo añade que en el horizonte 2019-2021, con la generación de caja de su negocio constructor, la liquidez actual disponible y la continuidad de su política de desinversiones de activos no estratégicos, "afronta el futuro con confianza, lo que espera redundará en una mejor percepción de la compañía por parte del mercado".
De vuelta a las cuentas de 2018, el negocio de construcción facturó el 6,2% menos, 2.496,2 millones, y arrojó un ebitda negativo de 282,1 millones, frente a los 70,5 millones en positivo de un año antes.
El área industrial ingresó el 29,6% menos, hasta 189,9 millones, y sus pérdidas de explotación pasaron de 36,5 a 63 millones, tras la decisión de abandonar el segmento de petróleo y gas. En servicios las ventas repuntaron el 11,1% (264,1 millones) y el ebitda bajó el 64,8%, hasta 1,3 millones.