Cimic obtuvo un beneficio neto de 473,6 millones de dólares australianos (290 millones de euros) durante los nueve primeros meses del año, lo que supone un descenso del 17,4% respecto al mismo periodo de 2019 debido a la crisis del coronavirus.
No obstante, la filial de ACS en Australia logró incrementar sus ingresos un 8% respecto al segundo trimestre del año, el más afectado por la pandemia, por lo que augura una mejora progresiva de las condiciones operativas para el último trimestre del ejercicio.
"Estamos viendo que mejoran las condiciones operativas, lo que está suponiendo un impulso a medida que entramos en el último trimestre del año. Los gobiernos han anunciado numerosos paquetes de estímulo en nuestra principal actividad, con oportunidades adicionales a través de una sólida cartera de proyectos de colaboración público-privada (PPP) y en la minería, un mercado está demostrando ser resistente", asegura su presidente, Marcelino Fernández Verdes.
Según su última cuenta de resultados, la facturación fue de 9.533 millones de dólares australianos (5.809 millones de euros), un 13% menos que el año anterior, mientras que su resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 1.490 millones (908 millones de euros).
Su carga de trabajo alcanza ahora los 35.500 millones de dólares (21.632 millones de euros), que le aseguran hasta dos años de continua entrada de ingresos, repartidos en proyectos mineros, de infraestructuras, de mantenimiento y de otras estructuras públicas de agua y otros recursos.
Confianza en el futuro
"De cara al futuro, la inversión en infraestructura será una valiosa contribuyente a la recuperación económica posterior al Covid-19 y nos aporta programas de inversión en las regiones donde operamos. Nuestro enfoque en la digitalización y la innovación es cada vez más importante, ya que respalda un mejor riesgo de compartir, brindar eficiencia y mejorar los resultados de seguridad y sostenibilidad", añade Fernández Verdes.
Tras la presentación de resultados este viernes, los títulos de la compañía australiana se dispararon un 9,21%, hasta los 22,17 dólares por acción, volviendo así a sus niveles de agosto, antes de verse golpeada por una demanda de algunos de sus accionistas respecto a la venta de su negocio en Oriente Medio. Sin embargo, su matriz, la española ACS, caía un 2% en el Ibex 35 pasadas las 10:30 horas.