Duro Felguera parece respirar. La compañía asturiana ha recuperado el tipo en bolsa creciendo un 47% desde el pasado 2 de diciembre, al calor del ruido del mercado respecto de eventuales ofertas para hacerse con la compañía.
De hecho, este jueves Duro Felguera ha confirmado a la CNMV que tiene cuatro ofertas sobre la mesa. Una de ellas, adelantada por Invertia, del dueño de Capital Energy, Jesús Martín Buezas.
Estas cuatro propuestas se sumaron a la de Blas Herrero, presentada esta semana, pero que no es reconocida por la compañía argumentando que el asturiano no ha firmado los acuerdos de confidencialidad respectivos.
En cualquier caso, estamos ante el escenario más favorable para el equipo gestor liderado por José María Orihuela. El futuro de Duro Felguera depende de los 200 millones que pidió a la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI) a finales de agosto, pero la entidad pública no ha dado señales de aprobar el plan de manera inminente.
Las fuentes consultadas por Invertia indican que el proceso "sigue su marcha" y que no "hay plazos", aunque reconocen que no se vería con malos ojos que la compañía pueda capitalizarse antes de la aprobación del rescate. De esta manera, tendría que dar entrada a uno -o varios- socios de referencia que aporten un salvavidas a la actual situación y que garanticen la hoja de ruta de crecimiento de la compañía.
Banca acreedora
Lo mismo pasa con la banca. En mayo, Orihuela envió una carta a los acreedores de Duro Felguera -BBVA, Banco Cooperativo Español, Sabadell, Santander, Bankia, CaixaBank y Liberbank- pidiendo una quita del 85% de una deuda de 95 millones. La carta no fue contestada y fue la mejor demostración de que necesitan garantías y nuevos inversores en la compañía.
Para ello, el CEO contrató a Alantra hace dos meses para realizar una búsqueda exhaustiva de inversores. Orihuela buscó revertir el rechazo de la banca acreedora que no confía en su gestión; dar una señal de confianza y de tranquilidad a la SEPI para que acelere el rescate, pero sobre todo para buscar una alternativa a la oferta de Blas Herrero.
Durante los últimos tres meses, la única propuesta en firme ha sido la del asturiano, pero este plan es rechazado por el equipo gestor ya que, entre otras cosas, pide el control accionarial de la compañía y la salida fulminante del propio Orihuela.
De esta manera, con cuatro ofertas sobre la mesa, el CEO de Duro Felguera coge un respiro que le permitirá presentarse ante la SEPI con garantías de una liquidez que en estos momentos no posee. Para ello, el objetivo es articular un mix para dar entrada a la mayor cantidad posible de nuevos inversores.
La idea es dar entrada a todos los interesados, pero sin dar el control de la gestión ni de la compañía a ninguno. De no ser posible y en el caso de que los interesados -al igual que Blas Herrero- busquen ser los únicos inversores en Duro Felguera, el equipo de Orihuela se decantaría con el que garantice la oferta qué dé más tranquilidad a la banca y a la SEPI.
Rescate de la SEPI
Por descontado que el plan de Herrero se descarta. Ya se hizo de manera oficiosa hace semanas, una tesis que se refuerza con el respaldo de las nuevas propuestas
El 28 de agosto Duro Felguera solicitó un rescate -y la entrada de la sociedad pública en el capital- de 100 millones de euros y que se dividirá en un préstamo participativo de 70 millones y una ampliación de capital suscrita por SEPI por importe de 30 millones de euros.
Este apoyo público temporal se enmarcaba dentro del proceso de reestructuración financiera global de la compañía, que comprendía, además, la refinanciación de la deuda sindicada vigente, el otorgamiento de una nueva línea de liquidez con garantía ICO y de una línea de avales con cobertura CESCE.
El apoyo de la SEPI es clave, ya que el rescate público es condición indispensable para la viabilidad de la compañía. El grupo presenta un patrimonio neto negativo de 96,8 millones de euros y un fondo de maniobra negativo de 161,3 millones. Con estos números, Duro Felguera no está en causa de disolución exclusivamente gracias a la normativa aplicada por el Gobierno para aliviar a las empresas más afectadas por la Covid.