Las grandes empresas tecnológicas y las más punteras de la industria del automóvil llevan años de desarrollo del coche autónomo. Por otro lado, las operadoras se afanan en aumentar el despliegue de su red 5G. Para combinar vehículos inteligentes necesitan que las carreteras estén adaptadas para su convivencia con los actuales. En este proyecto hay empresas españolas involucradas y con un papel muy relevante.
Ferrovial ha anunciado la creación de AIVIA Orchestrated Connected Corridors, una iniciativa para desarrollar carreteras inteligentes 5G y tecnología avanzada de supervisión, sensorización y simulación, que cuenta con la participación de Microsoft, 3M y Kapsch TrafficCom.
El proyecto incluye tecnologías de infraestructuras de carreteras para mejorar la experiencia del viajero, que contempla la seguridad, tiempos de viaje fiables o acceso a infoentretenimiento desde el vehículo. Aunque se encuentra en una etapa incipiente, desde la compañía española apuntan a que en los próximos 18-24 meses empezarán a realizar los primeros test para aplicar esta solución en las autovías.
El proyecto
Este proyecto ya cuenta con el apoyo de las altas esferas de las compañías implicadas. Adrian Talbot, Head of Centre of Excellence for Mobility at Ferrovial, explica para Invertia que por ahora “hay que ver quién contribuye con qué en términos de equipos, instalaciones, software, propiedad intelectual, etc.”.
La primera fase pasa por mejorar las infraestructuras físicas, así como su conectividad y sensorización en todo el corredor. Adrian Talbot apunta que el proyecto requiere una tecnología híbrida para conectar las grandes torres 5G de las operadoras con infraestructuras en las propias carreteras.
Sin embargo, admite, “para ofrecer la cobertura y servicios que nosotros esperamos necesitas una mayor densidad de torres 5G, por lo que las que tienen ahora las operadoras no son suficientes”. “Si buscas entregar unos servicios de alta calidad tendrás que instalar nuevas torres 5G porque requieres un elevado número de conexiones”, reconoce.
AIVIA se centrará en entornos de grandes ciudades y autovías de gran capacidad, en un primer momento. “Incluso si una autopista atraviesa una zona poblada que cuenta con cobertura 5G podemos conectar esa red a una red pública en lo que llamamos un anfitrión neutro”, indica el responsable de Ferrovial. Al final, se trata de aprovechar las redes existentes con las que se instalen en las grandes vías para maximizar la cobertura y servicios.
Adrian Talbot señala que en la actualidad ya hay algunos ensayos europeos en marcha, “no enfocados necesariamente en un objetivo comercial, incluso en España”.
Por ejemplo, Cellnex colabora con varios socios para que la red 5G llegue a través de sus torres de España a Portugal. “Así que es realista pensar que en los próximos 18-24 meses podamos ver la primera operación de servicio comercial y ese es el marco para el que estamos trabajando desde el proyecto AIVIA”, confirma.
Aún sin cifras
La mayoría de las empresas anuncian grandes inversiones económicas en los proyectos. En el caso de AIVIA, Adrian Talbot aún no se aventura a poner cifras. “Estamos trabajando y esperamos conocer el coste total de la inversión necesaria para llevar a cabo el proyecto a finales de este cuatrimestre”, explica a este medio.
En el cálculo hay que tener presente la combinación de empresas que colaboran en el proyecto. No solo van a poner dinero sobre la mesa, también hay equipos, instalaciones, software, etc., y por la naturaleza de cada socio unos aportarán más en un ámbito que en otro.
“Probablemente hay entre 10 y 20 personas de diferentes equipos de Ferrovial trabajando en el proyecto y nuestros socios aportan otras 10”, precisa el Head of Centre of Excellence for Mobility de la compañía presidida por Rafael del Pino. En las próximas semanas, especifica Adrian Talbot, “podremos identificar con nuestros socios qué necesitamos hacer realmente e incorporaremos más personas al equipo”.
Paso a paso, un equipo cada vez mayor trabajará hasta alcanzar en el horizonte 3 (a partir de 2026) un sistema completamente refinado, un corredor que proporcionará una gestión del tráfico dinámica y totalmente orquestada para todos los vehículos en áreas urbanas e interurbanas. Quizá todavía los coches no vuelan, pero en breve se comunicarán entre ellos y con las carreteras.