Raquel Sánchez se convierte este lunes en la nueva ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Tomará el relevo de José Luis Ábalos y se pondrá al frente de un departamento que tiene el mayor músculo inversor del Gobierno. Su objetivo será avanzar en “las políticas en defensa del medio ambiente y la movilidad sostenible”. Tareas que le ponía el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando anunciaba su nombramiento el pasado sábado.
Una elección que ha sorprendido a muchos. En primer lugar, porque supone la salida del Gobierno de uno de los pesos pesados del Presidente. En segundo lugar, porque la nueva ministra es una desconocida para el común de los mortales, e incluso para muchos de los líderes sectoriales que tendrán que dialogar con ella en las próximas semanas.
Sin embargo, no es en absoluto una extraña para Pedro Sánchez. Los 'dos Sánchez' se conocen desde hace años. Han coincidido en distintas ocasiones en la Fiesta de la Rosa que organiza el Partido Socialista Catalán (PSC) en Gavá, a la que el ahora presidente de Gobierno acudía en calidad de líder del partido y la ahora ministra lo hacía como alcaldesa de la localidad en la que se celebraba el evento.
No es sorpresa
Así lo explican fuentes internas del Partido Socialista, a quienes no ha llamado en absoluto la atención el nombramiento de Raquel Sánchez. "Se fijó en ella desde el primer minuto", y ha estado siguiendo su trayectoria tanto en el consistorio como en el partido desde que la conoció.
El ministerio que Pedro Sánchez le ha asingado es, sobre el papel, una de las ‘peritas en dulce’ para todo aquel que llega al Gobierno. El departamento inversor por naturaleza, con un presupuesto de 16.000 millones de euros (sin contar la inversión de los fondos europeos) y con buena parte de las empresas públicas más importantes bajo su tutela: Renfe, Adif, Aena y Enaire, entre otras. Ahí es nada.
Un presupuesto, por cierto, infinitamente mayor que los 58 millones con los que contaba en el Ayuntamiento de Gavá para hacer políticas públicas. Sin embargo, quienes la conocen insisten en que no le va a temblar el pulso ya que es "una buena gestora" que tiene muy claro lo que debe hacer en cada momento.
Pero la llegada de Sánchez a los cuarteles de Nuevos Ministerios no va a ser todo lo tranquila que le gustaría. Sobre la mesa espera una carpeta con el sello de ‘urgente’ y cuyo encabezamiento reza Ley de Vivienda. Una norma que ya debería haber sido aprobada, pero que Ábalos no ha podido desarrollar por los constantes choques con Unidas Podemos. Los morados exigen la puesta en marcha de la limitación de los alquileres y la creación de zonas tensionadas, algo que no estaba en la agenda del exministro.
Precisamente eso fue lo que hizo Raquel Sánchez en Gavá el pasado mes de mayo. Solicitar, acorde con la ley catalana, que la localidad se convirtiera en una zona tensionada y, por tanto, limitar los precios del alquiler durante cinco años. En Unidas Podemos han visto su oportunidad y han desenterrado el hacha de guerra en las redes sociales.
Veremos si se atreve a aplicar esa normativa a nivel estatal o si, por el contrario, rebaja sus posiciones. Quienes la conocen sostienen que hará lo segundo. Dicen de ella que es "una mujer pragmática" que sabe diferenciar el lugar en el que está. O lo que es lo mismo: no es igual liderar el Ayuntamiento de Gavá que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Así que, a priori, parece que su intención será seguir la estela de José Luis Ábalos en este tema. Una postura que va acorde, además, con las directrices de la flamante vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, quien no es muy partidaria de las limitaciones de los precios.
En cualquier caso, entre los inversores en vivienda de alquiler existe cierta cautela sobre su llegada al Ministerio. Las fuentes consultadas dudan de “que tenga el perfil adecuado para plantar cara a Unidas Podemos y olvidar una norma que perjudicará la nueva oferta en alquiler”. Veremos.
Leída la carpeta de la Ley de Vivienda, encima de la mesa de Sánchez estará otra que podríamos denominar la ‘cuestión catalana’. Un tema que ella conoce bien. No sólo por la alcaldía que ocupaba, sino porque forma parte de la Comisión Ejecutiva del PSC. Es uno de los pesos pesados del partido, explican.
El PSC
Será importante analizar los próximos nombramientos que haga en su departamento, sobre todo con la elección de su nuevo secretario de Estado en lugar de Pedro Saura. En los mentideros políticos existe la sensación de que el Ministerio de Transportes se podría conformar como el núcleo duro del PSC en Madrid, en un intento por acercar posturas con la Generalitat a base de nuevas inversiones.
No se puede olvidar que a la llegada de la nueva ministra se suma la presencia de algunos ‘satélites’ del partido. Isaías Tàboas, presidente de Renfe, es uno de ellos. El otro es el actual presidente de Aena, Maurici Lucena, quien iba a ser el vicepresidente económico de Salvador Illa si ganaba las elecciones a la presidencia de la Generalitat.
Tampoco hay que perder de vista que el ‘Grupo Fomento’ cuenta también en su haber con otras empresas de gran calado: Puertos del Estado, Salvamento Marítimo, Enaire o la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEITT). Empresas donde la nueva ministra tendrá responsabilidad y donde deberá nombrar gente de su confianza.
Pero más allá de los dimes y diretes políticos, sobre la mesa de la ‘cuestión catalana’ del Ministerio hay temas que son esenciales: la renovación de la infraestructura y del material rodante del Cercanías en Cataluña, la ampliación del aeropuerto de El Prat o la culminación del corredor Mediterráneo.
El Prat
Cuestiones todas ellas en las que a Sánchez se le va a mirar con lupa por parte de los ejecutivos regionales, pero también por el tejido productivo local. De hecho, en relación con el corredor Mediterráneo eran varios los empresarios valencianos los que lamentaban este fin de semana la salida de Ábalos del Ministerio “porque era el único que pensaba en clave regional”.
Más problemática será la ampliación de El Prat que Aena quiere llevar al Consejo de Ministros en las próximas semanas. La hasta ahora alcaldesa de Gavá era firme opositora a esta obra si Aena no se comprometía a reducir el impacto acústico y la huella sonora de las nuevas terminales y pistas. Veremos si hace gala de ese pragmatismo del que todo el mundo habla.
La nueva ministra ocupa la secretaría de Estrategia del Clima en la comisión ejecutiva del PSC, lo que da una idea del compromiso medioambiental y sostenible que tiene la responsable de un departamento que tendrá que liderar la transformación del transporte. Pero también diseñar las nuevas ciudades y desarrollar la estrategia de Agenda Urbana con vistas a 2030.
Algo para lo que le será de utilidad también el haber ocupado la vicepresidencia segunda de la Red Española de Ciudades por el Clima, la Sección de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que persigue integrar en las políticas municipales la mitigación y adaptación al cambio climático.
Otros retos
Una visión más verde, todavía más ecologista que la de su predecesor, que se dejaba sentir en los últimos presupuestos de Gavà. En ellos, la ya exalcaldesa reflejaba que quería “una ciudad que avanza en la transición ecológica, que crea nuevas perspectivas de actividad económica y que garantiza el derecho a la vivienda en un entorno saludable”.
De hecho, en este sentido, la nueva ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana debería poner en marcha proyectos valorados en 6.820 millones de euros destinados a rehabilitar 1,2 millones de viviendas y a levantar 20.000 casas destinadas al alquiler social.
Hasta aquí, digamos, estarían las cuestiones más urgentes del departamento que este lunes dirige Raquel Sánchez. Sin embargo, a largo plazo hay otras cuestiones que son importantes y que deberá culminar o poner en marcha. El primero, la culminación de la liberalización ferroviaria, y lograr que el equipo de Táboas adapte a la empresa pública para competir. Algo en lo que ya está, pues la pelea ha comenzado con la llegada de la francesa Ouigo a las vías españolas.
También encima de la mesa está otro elemento más polémico pero que está comprometido con Bruselas a cambio de la llegada de los fondos NextGeneration EU. La puesta en marcha del pago por uso en las carreteras españolas. Una norma que se ha comprometido de cara a 2024, ya que se estima que para desarrollar todos los instrumentos normativos y las estructuras necesarias se requieren de dos a tres años.
Una agenda compleja y repleta de desafíos a la que los dos Sánchez, Cristina y Pedro, tendrán que responder.